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Año XIX - Edición 342 20 de agosto de 2020

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Política ambiental pospandemia

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El 14 de julio el Centro de Derecho Ambiental de la Facultad organizó la charla “Política ambiental pospandemia” a cargo del licenciado Sergio Federovisky, biólogo especializado en Ecología, posgrado en Economía Ecológica y periodista y secretario de Control y Monitoreo Ambiental del MAyDS.

En primer lugar, propuso reflexionar sobre qué sucede con las políticas públicas en materia ambiental en Argentina y en el resto del mundo. “Si uno coloca una curva de la conciencia individual en materia ambiental de los últimos treinta años -que podría mensurarse en la aparición de organizaciones no gubernamentales, instituciones, leyes-, va a ver que tiene una curva creciente. Pero si se traza otra tratando de observar la evolución del valor de los indicadores ambientales en materia de suelo, agua, residuos, por no hablar de los globales, cambio climático, desertificación, deforestación, lo que va a ver es una curva decreciente”, sostuvo.

En esa misma línea argumental, planteó que “si algo ha fracasado en todo este tiempo, tanto a nivel nacional como a nivel global, ha sido las políticas públicas. No han sido las políticas públicas capaces de establecer metas, seguirlas y cumplirlas”. Luego se refirió a la reforma constitucional de 1994 y se preguntó si no representó un error que dificulta la implementación de políticas públicas en materia ambiental que las provincias cuenten con la potestad irrestricta de los recursos naturales.

Explicó que una política pública es todo aquello que un gobierno decide hacer y no hacer y retomó la definición del politólogo norteamericano Brian Berry: “En materia de cuestiones ambientales se sabe todo lo que hay que hacer, falta sujeto político que lo realice”. Y añadió que “no solo la política pública sino también la normativa tiene mucho por hacer todavía. Falta identificar cuáles son las herramientas y cuáles son los instrumentos con los que un sujeto político puede operar en materia de política ambiental”.

Asimismo, señaló que “buena parte de la normativa de los últimos tiempos en la Argentina tiene más características de respuesta que de intencionalidad para modificar realidades que tienen que ser necesariamente mejoradas”. Y aludió a la Ley de Bosques: “Es una ley reactiva y necesaria pero no una ley pensada para diseñar una política porque irrumpe como respuesta al modelo sojero instalado a partir del 2001 como respuesta a la crisis económica. Una de las consecuencias casi ineludibles de ese modelo es el avance irrestricto de la frontera agropecuaria que trae como resultado la deforestación y la protesta de cierto sector de la sociedad”.

Por otro lado, analizó la Ley de Glaciares. “Curiosamente termina en el mismo punto que la Ley de Bosques. Tratando de frenar el viento con la mano en el sentido de conferir herramientas al Poder Ejecutivo para que le ponga límites a una actividad económica que el mismo Poder Ejecutivo considera vital para el desarrollo económico del país. Eso hace que tanto la Ley de Bosques y la Ley de Glaciares sean bastantes difíciles de aplicar”.

Finalmente, expresó que “la ecología es una ciencia y me da la sensación de que tanto en materia normativa como en materia de despliegue y aplicación de políticas públicas cuanto más aproximados estemos a las definiciones académicas y científicas que propone la ecología mejor nos va a ir, mejores resultados vamos a tener y mayor pertinencia van a tener esas políticas y menos declarativas, menos enunciativas van a hacer”.

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