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Año XIX - Edición 350 17 de diciembre de 2020

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Peticiones e iniciativas del pueblo: hacia la construcción de un nuevo sujeto de derecho durante el primer peronismo

  • Notas

El pasado 26 de noviembre se realizó la actividad "Peticiones e iniciativas del pueblo: hacia la construcción de un nuevo sujeto de derecho durante el primer peronismo".

Expusieron los equipos de investigación "Las peticiones de los sectores populares a la convención constituyente de 1949: prácticas y expectativas ante la reforma constitucional", (Proyecto UBACyT de la convocatoria 2020, directora Leticia Vita) y "Discursos y subjetividad política en el primer peronismo. Nuevas miradas desde abajo y en clave local: Córdoba, Santiago del Estero, Río Negro y La Rioja” (CIECS-UNC-CONICET, directora Mercedes Barros). Organizó el Proyecto UBACyT "Las peticiones de los sectores populares a la convención constituyente de 1949: prácticas y expectativas ante la reforma constitucional" (dirigido por Leticia Vita).

En primer lugar, Leticia Vita explicó el propósito del encuentro: “Buscar comprender el alcance, el impacto de la configuración de un nuevo sujeto de derecho durante el período que llamamos primer peronismo. En ambos proyectos tenemos una fuente en común que nos interesa que representa esta voz, o lo que llamamos la voz del pueblo, las clases populares o subalternas que son estas cartas, peticiones, iniciativas que llegan, en nuestro caso, miramos la convención, en el caso de ustedes directamente a Perón y Evita”.

Seguidamente, Mercedes Barros comentó brevemente la trayectoria del proyecto que dirige. “Asume como punto de partida la marca decisiva que el peronismo ha dejado –y deja– en la Argentina contemporánea tanto desde un punto vista institucional como identitario”, señaló. Y agregó que “lejos de quedar sujeto a experiencias políticas acotadas, el peronismo se renueva e insiste, y precisamente por eso, invita a una constante reflexión y estudio. Convirtiéndose en uno de los fenómenos políticos más estudiados no sólo en nuestro país sino también en la región”.

Luego puntualizó que habría un cierto exceso en torno al peronismo que dificulta su delimitación como fenómeno de análisis, así como la posibilidad de decir algo nuevo. “Es por eso que desde la academia ha habido varios intentos de acotar ese exceso por diferentes vías. Por un lado, desde un ímpetu clasificatorio existe una inclinación por distinguir, discriminar los múltiples peronismos. (...) Por otra parte, nos encontramos con un ímpetu que opera de forma inversa, se orienta a despejar la gran incógnita discriminando lo que sería propio y definitorio del peronismo”, sostuvo.

En esa línea argumental, se preguntó sobre cómo abordar esa complejidad y la persistencia del peronismo sin opacar este exceso que lo ha caracterizado. “La realidad política insiste en mostrar el retorno del peronismo y en ese gesto se hace imposible detener los interrogantes en torno a esta identidad política, su modulación con los populismos clásicos y su reactualización frente a los populismos el nuevo milenio”, sostuvo y sumó que “nuestro proyecto surge y se inspira en esa insistencia. No para volver a clasificar ni sustancializar este fenómeno sino más bien para abordar su regularidad en la dispersión de su acontecer”.

“Nos enfocamos en esa dimensión identitaria del movimiento popular, la cual ha sido asumida e implícitamente referida en un sinnúmero de investigaciones sobre el peronismo sin haber logrado convertirse en el foco de estudio privilegiado de los peronólogos”, expresó y detalló que “el interés de nuestra investigación era en ese entorno, merodea esa deuda. decimos que nuestro leitmotiv es justamente enriquecer el entendimiento sobre la trama de articulaciones que se desplegó en y a través de ese nuevo discurso político de 1945, dando origen a una forma de identificación política perdurable y de gran arraigo”.

El grupo de investigación partió de la idea de que el discurso peronista desencadenó un proceso de producción y articulación discursiva mucho más complejo que lo asumido hasta el momento por la historiografía tradicional y los estudios más recientes. “Su expansión y materialización en una serie de reformas institucionales, sociales promovió nuevos derechos y beneficios para los trabajadores, pero, sobre todo, creó nuevas atribuciones justamente para participar en diferentes dimensiones de la vida socioeconómica y política de entonces. Justamente sobre esa vivencia popular inédita se forjó una experiencia subjetiva que sostuvo al peronismo como movimiento político y sobre la cual se modeló una forma de identificación política de gran pregnancia”, señaló.

En ese sentido, la propuesta ha sido poner en cuestión las diferentes miradas respecto del entramado de articulación y producción discursiva y mover la atención a ese proceso subjetivo, de aparatos complejos y, sobre todo, autónomos que se dio en la base de la sociedad. “A diferencia de ciertas miradas que encuentran la clave interpretativa en las voces de los líderes y sus aliados, nuestro trabajo se inmiscuye en esa gama de sentidos y representaciones articuladas desde abajo, desde los mismos sujetos que se identificaron con el ideario político propuesto por este nuevo discurso político”, enfatizó.

Con el objetivo de acceder a esa trama de sentidos recurrieron al acervo documental compuesto de cartas, peticiones, comunicaciones enviadas a Juan Perón y Eva Duarte como así también a la literatura popular encontrada en canciones, poemarios, cartas de lectores y cuentos de ficción de la época. “A lo largo nuestro trabajo indagamos sobre el valor historiográfico de la carta como fuente, de la petición como fuente también haciéndonos cargo de los desafíos metodológicos y que plantea para el análisis político”, comentó y agregó que “recatamos estas practica epistolares en tanto prácticas significativas, en ese sentido, performativas de una subjetividad política popular que se configuró en aquellos años”.

Finalmente, reconoció que este tipo de fuentes permiten merodear una subjetividad que no se manifiesta quizás en otro tipo de materiales ni en entrevistas posteriores. “Esto no significa que se trate de una fuente más transparente que otras, pero sí de un medio destacado que habilita un acercamiento a esa dimensión subjetiva que hasta ahora solamente había estado asociado a las narrativas del historiador. Por obvio que parezca el registro analítico al que permite acceder la carta difiere de aquel que propone un recorrido obligatorio por los documentos oficiales, discursos de las principales figuras”, destacó.

A continuación, volvió a tomar la palabra Leticia Vita para introducir el trabajo del proyecto de investigación que dirige. “En la carrera de Derecho, la cuestión constitucional y fundamentalmente la reforma constitucional de 1949, sería un asunto que se trataría o bien en las materias iniciales como Derecho Constitucional o ya si alguien sigue la orientación de Derecho Laboral, en una materia específica que se llama Constitucionalismo Social”, afirmó. En ese sentido, explicó que “la constatación que llama la atención es que como materia como tal, como hecho, no se aborda en Derecho Constitucional ni tampoco en Constitucionalismo Social. Uno diría que, si bien no es ley vigente, la reforma constitucional de 1949 es un antecedente fundamental para comprender la inserción de Argentina dentro de este movimiento más amplio de constitucionalismo social”.

En relación con lo anterior, indicó que “la teoría constitucional argentina y gran parte del derecho más tradicional de la historia constitucional se encuentra dividido entre quienes niegan directamente la legitimidad de la reforma desde un punto de vista bien normativo, técnico, en el sentido de que se trata de una reforma constitucional que no habría seguido los parámetros establecidos en la Constitución -los dos tercios de miembros presentes del Congreso para habilitar la reforma –por lo tanto no se la estudió. (...) No se la enseña porque no es derecho vigente, es ilegítima o como gran parte de de los tratadistas con los cuales todavía se sigue estudiando y se siguen formando generaciones de juristas dice que es una

reforma antidemocrática o incluso totalitaria”. Y agregó que “por otro lado, están quienes reivindican la constitución y su programa político pero tampoco se han detenido demasiado en el estudio de sus fuentes”.

Tras comentar brevemente los proyectos de investigación que precedieron al actual, sostuvo que en este tercer proyecto están trabajando con las peticiones de los sectores populares. “Fue un poco inevitable porque precisamente hubo una voz que estaba ahí latente, pero no había sido todavía abordada. Las peticiones aparecen mencionadas en los debates de la Convención Constituyente pero en ningún trabajo de investigación sobre el período, el proceso”, planteó y reflexionó que “al consultar la fuentes y el archivo y ver en el Archivo del Senado de la nación, los trabajos de la Asamblea, las actas internas y otros materiales con los trabajos de la asamblea nos encontramos con estas peticiones”.

El grupo trabajó con una serie de 228 expedientes: “Es un recorte temporal porque es el período en el que sesionó la Asamblea –han llegado cartas evidentemente antes y después por

lo que pudimos constatar– que incluyen telegramas, cartas a mano, mecanografiadas, formularios repletos de firmas invocando distintas cuestiones frente a la reforma constitucional”. En estos documentos aparecen voces que hacen observaciones sobre la reforma, sobre qué debería incluir o no, profesores. “Mayoritariamente, hemos encontrado una voz colectiva, de trabajadores, de mujeres organizadas que hicieron llegar esos reclamos frente a la Asamblea”, puntualizó.

Vita expresó que el proyecto de investigación apunta a superar la visión que predomina en la historia constitucional en general y en gran parte de la historia del derecho tradicional puesta sobre todo en las grandes figuras, en el derecho estatal, en derecho que viene desde arriba y no en esa miradas jurídicas o en esa percepción sobre derechos que pueden aparecer en estas voces. “Ahí tal vez las herramientas de la historia crítica del derecho, la historia que ponen el

énfasis no sólo en el derecho vigente sino también en ese derecho que queda en los márgenes, que queda por fuera del derecho sancionado, nos dio herramientas para ver esta voz que también nos interesa recuperar”, manifestó.

En este marco, aseguró que no es un hecho menor que los derechos sociales, los derechos de trabajadores, trabajadoras pudieran ser sumados a la constitución más allá de que efectivamente esas demandas ingresaran o no. “Ahí también hay un valor muy grande, no necesariamente la visión instrumental, aparece una carta y esa demanda luego está en la Constitución, sino que ya exista esa demanda es significativo”, explicó. Y sumó que “todos los indicios demuestran que son peticiones espontáneas y esto es muy es muy llamativo porque sería la primera vez que hay una voz popular en el marco de un proceso constituyente”.

Asimismo, remarcó que hay una relación muy fuerte entre estas expectativas y percepciones sobre lo que implicaba una reforma constitucional. “Esta centralidad de la Constitución en el sentido más popular que una persona puede invocar la Constitución para aludir a sus derechos es algo bastante nuevo. Que en 1948 y 1949 estos individuos, estas personas vieran a la Constitución como algo de sus vidas, algo que podía transformar su existencia es algo que nos llamó mucho la atención que va un poco en esta línea de pensar el peronismo, pensar este

momento por lo menos como algo disruptivo en términos de derechos”, indicó y sumó que “más allá de que sean derechos que puedan venir de antes, desde punto de vista simbólico, retórico es muy impactantes y quedará para nuevos proyectos ver cómo esto se plasma en procesos judiciales”.

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