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Año XII - Edición 219 10 de octubre de 2013

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Panorama actual de la integración regional: UE, NAFTA y la negociación de Transpacífico

  • Notas

La cátedra de Derecho de la Integración de la profesora Sandra C. Negro y el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) organizaron conjuntamente el pasado 16 de septiembre la conferencia “Panorama actual de la integración regional: UE, NAFTA y la negociación de Transpacífico”, actividad en la que disertaron los profesores Rafael Pérez Miranda (Universidad Autónoma Metropolitana, México, y profesor invitado de la Universidad Nacional Arturo Jauretche) y Gabriele Orcalli (Università degli Studi di Padova, Italia).

En primer término, Gabriele Orcalli se refirió a las dos posturas sostenidas por los países de la Unión Europea acerca de la crisis regional. De esta manera, hay quienes creen que la crisis es consecuencia de una demasiada integración en Europa y quienes sostienen que no se puede sobrepasar la crisis porque hay poca integración. El resultado de esta situación es un enorme decaimiento de la confianza de los ciudadanos en la Unión.

No obstante, el proceso de integración ha sido muy significativo: existe un mercado común, una Europa sin fronteras y una moneda única.

El aspecto fundamental de la crisis, explicó el disertante, es el tema de la tasa de interés sobre los títulos públicos de los países de Europa, el cual es un indicador muy importante de la confianza que el mercado financiero tiene sobre la posibilidad de los países de tener un éxito positivo en su actividad económica. Antes de la unión monetaria, la tasa de interés de los diferentes países estaba muy elevada: Alemania tenía una tasa muy baja, mientras que la de Portugal, España e Italia era muy elevada. Esto era un indicador de las diferentes tasas de inflación entre los diferentes mercados. Después del 2000, con el surgimiento del Euro, las tasas de interés vuelven a ser iguales en todos los países europeos. Parecía que todos los países europeos formaban un único país, eran todos iguales, todos gozaban del mismo tipo de confianza en el mercado internacional y todos tenían la misma posibilidad de hacer crecer su propia economía, afirmó Orcalli.

Después del 2007 la situación volvió a cambiar; las tasas de interés se modificaron de manera muy fuerte: Alemania volvió a bajar mucho su tasa mientras que Portugal, Irlanda, España e Italia la aumentaron. De esta manera, se creó mucha desconfianza sobre muchos países europeos.

El problema de Europa es que tenemos un mercado único, una moneda única, una política económica, única; pero en realidad no somos un único país, expresó. Lo grave es que, de acuerdo con Orcalli, esto es el resultado de una mala conducción del proceso de integración, “el problema fundamental es una constitución económica inadecuada”, aseveró. Lo que se realizó en Europa fue en realidad un mercado interior europeo, todas las otras políticas económicas permitidas en Europa como políticas unificadas solamente son en razón del funcionamiento del mercado interior.

A continuación, Rafael Pérez Miranda se refirió al Tratado de Libre Comercio para América del Norte (NAFTA) y al Tratado de Marraquech. Mencionó los capítulos sobre propiedad intelectual y un acuerdo sobre inversión. Se agregan además al Tratado, los llamados acuerdos paralelos, con pocas posibilidades de ser efectivos, uno en materia laboral y otro en materia ambiental.

El resultado de este convenio es que agudizó la dependencia de México respecto de las exportaciones e importaciones a Estados Unidos. Permitió un sistema de importación y exportación ficticio dentro del comercio exterior de las transnacionales que en realidad no beneficia para nada al país. Lo mismo sucedió con la inversión extranjera directa: se suponía que al incorporar México este capítulo sobre promoción de la inversión extranjera, el justificativo era darles seguridad a los inversores extranjeros para que se asienten en el país; sin embargo, no se incrementó sustancialmente este tipo de inversión hacia México. “En los últimos años ha recibido más inversión extranjera Argentina que México”, aseveró.

Dentro del modelo del NAFTA ninguno de los tres países pretende avanzar en el proceso de integración, sólo interesa avanzar en el intercambio comercial y facilitarlo. Se crearon instituciones muy superficiales como la Comisión, la cual consiste en reuniones de los tres Ministros de Comercio para interpretar el Tratado, pero que no ha funcionado. También existe una Secretaría en cada país, un grupo burocrático encargado de agilizar el procedimiento de solución de diferencias en materia de dumping, protección de la inversión extranjera y resolución de controversias entre los países.

En este momento, México está negociando, como asociado privilegiado de los Estados Unidos, su participación en el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, más conocido TPP.

“El problema fundamental (de la crisis de la Unión Europea) es una constitución económica inadecuada”, aseveró Gabriele Orcalli.