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Año XVII - Edición 312 01 de noviembre de 2018

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Mesa redonda sobre consenso fiscal

  • Notas

En el Salón Rojo, la Comisión de Graduados de la Carrera de Especialización en Derecho Tributario, el Centro de Estudios de Derecho Financiero y Derecho Tributario y la Carrera de Especialización en Derecho Tributario llevaron adelante el pasado 4 de octubre una mesa redonda sobre consenso fiscal.

En este marco, brindaron su aporte Fabiana Schafrik (presidenta de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires), Andrés Ballotta (administrador gubernamental de Ingresos Públicos, AGIP) y Enrique Bulit Goñi (profesor de Posgrado de la Facultad), cuyas ponencias coordinó Lucas Gutierrez.

En primer lugar, Fabiana Schafrik explicó que el consenso fiscal es un producto del federalismo de concertación, contiene múltiples compromisos asumidos para los niveles de gobierno que han adherido a sus cláusulas y, a la vez, el consenso se relaciona con otras normas jurídicas que fueron sancionadas contemporáneamente, directa o indirectamente”. Luego contó: “El consenso de 2017 surge en un contexto de intensa litigiosidad entre las provincias y la Nación. No debemos olvidar el contexto de la discusión por la detracción del 15% de lo que era la precoparticipación prevista en el pacto fiscal n. º 1 para fines provisionales y también la discusión de la detracción por aplicación del decreto 1399, destinado a solventar los gastos de la AFIP por su administración en todo el sistema”. Asimismo, recordó los fallos de la provincia de Santa Fe contra el Estado Nacional y de la provincia de San Luis contra el Estado Nacional donde se discute esta temática y donde la Corte a modo de obiter exhorta a la sanción de una ley de coparticipación. Y agregó que el consenso se edificó sobre la base de compromisos comunes de los intervinientes en este producto del derecho intrafederal, compromisos de la Nación y compromisos exclusivos de las provincias y la Ciudad Autónoma. “Entre los compromisos exclusivos, se encuentran los que tienen relación con aminorar la carga tributaria del impuesto sobre los ingresos brutos”.

Acto seguido, Andrés Ballotta introdujo que “el consenso no resuelve, lamentablemente, los problemas que quedan de demandas de repetición y contingencias que tenemos todos los fiscos locales para atrás con todos los años no prescriptos pero trae una solución para adelante”. Por otro lado, detalló que “para la Ciudad de Buenos Aires el consenso fiscal representa en término de recaudación de ingresos brutos entre un 12% y un 15% de la recaudación propia, que en términos económicos son 23 mil millones de pesos”.

Luego contó que “a partir del 2018 empieza a existir una brecha entre el promedio de recaudación provincial de ingresos brutos y el IVA DGI, donde la reducción del cronograma especialmente en lo que es industria empieza a notarse en las recaudaciones provinciales”. En este sentido, expuso: “Seguimos el caso de las grandes industrias en la Ciudad y vemos los efectos en la base imponible de las grandes industrias que ya empiezan a reducir sensiblemente su carga tributaria, que fue lo que procuró el consenso fiscal que era reducir la presión fiscal en uno de los impuestos más distorsivos como el de ingresos brutos”.

Hacia el final, aseveró: “A nosotros nos da que finalizado el cronograma de aplicación del consenso fiscal por el valor agregado que representa la etapa de comercialización de industria primaria la presión tributaria bajaría un 55% en el precio final del bien”.

Finalmente, Enrique Bulit Goñi manifestó: “Me parece bien la celebración del consenso fiscal, es un esfuerzo que por supuesto será perfectible pero lo siento como un paso adelante indispensable”. Posteriormente, indicó que “el caso argentino es un caso complejo. Argentina está entre los siete países más grandes del mundo pero está entre los países menos poblados del mundo y, además de la poca población, el 40% vive en el 0, 1% del territorio: Capital Federal y Gran Buenos Aires, de modo que no es sencillo estructurar un sistema para un país con tales características y desigualdades”. Por lo tanto, sostuvo: “Esto nos impone a todos los analistas ser comprensivos. Este no es un tema que pueda tener una solución desde la Administración General de Ingresos Públicos o desde la Sala I de la Cámara Federal, sino que tenemos que comprometernos los cuarenta millones de argentinos para caminar, por lo menos por un tiempo, en una determinada dirección”.

A continuación, distinguió que “la mayoría de los países del mundo tienen estructuras unitarias, pero la mayoría de los países del mundo de gran extensión tienen estructuras federales. Los primeros tienen fuertes dosis de descentralización, es decir que descentralización es un poco la regla en la organización de los países, sea por la vía del federalismo o sea por la vía de la descentralización pura en regímenes unitarios”.