Los/las estudiantes vamos a los juicios
El pasado 24 de abril, en el Aula 365 de Posgrado, comenzó una nueva edición de Los/las estudiantes vamos a los juicios, un programa de formación y reflexión en torno a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de estado en Argentina entre 1976 y 1983. A lo largo del programa, se abordan los procesos judiciales que buscan justicia por los delitos perpetrados durante la última dictadura cívico-militar, con una mirada crítica sobre sus avances, desafíos y significados actuales. El programa está especialmente dirigido a estudiantes interesados en la memoria, la verdad y la justicia como pilares fundamentales del Estado de Derecho.
Malena Silveyra fue la encargada de iniciar la exposición, destacando el carácter pionero de Argentina en el juzgamiento civil de los crímenes de la dictadura. Señaló el sostenido interés de nuevas generaciones que se inscriben en el seminario, cuyo propósito, explicó, es “ponerle el cuerpo al juzgamiento, yendo a las audiencias y estando ahí”. Planteó que la experiencia presencial transforma el escenario judicial, ya que la sociedad, al estar presente, observa y participa. “Los familiares y sobrevivientes sienten nuestra presencia”, remarcó, subrayando también la importancia de una mirada crítica desde el derecho.
En relación a los desafíos contemporáneos, hizo referencia a los efectos de la pandemia en la dinámica judicial, en particular, el retroceso en la presencialidad en muchos tribunales, sostenido en parte por la figura de los jueces subrogantes.
Silveyra abordó luego el tema del genocidio en el marco del proceso argentino, introduciendo la figura de Raphael Lemkin, creador del concepto. Explicó cómo Lemkin, desde joven, reflexionó sobre las masacres perpetradas por el estado turco contra pueblos como el armenio, sirio, kurdo y griego, notando que estas iban más allá de la violencia puntual, ya que negaban el territorio y la ciudadanía a determinadas poblaciones.
Lemkin, víctima del nazismo, debió huir de su país y terminó exiliado en Estados Unidos, donde en 1944 publicó su libro El dominio del eje sobre la Europa ocupada, anticipándose a la “solución final” con una investigación sobre el exterminio nazi. En su obra, el autor describía las políticas sistemáticas de aniquilamiento que incluían no sólo asesinatos, sino la supresión de leyes, lenguas y culturas. Ante la falta de una categoría jurídica adecuada, Lemkin acuñó el término genocidio, definido como “la destrucción de los patrones nacionales del grupo oprimido y la imposición de los patrones nacionales del grupo opresor”, con el objetivo de anular su identidad a través de la eliminación de sus integrantes vivos.
Seguidamente, trasladó luego el análisis al caso argentino, mencionando hechos como el bombardeo a Plaza de Mayo en 1955 y el posterior derrocamiento de Juan Domingo Perón, lo que la llevó a reflexionar sobre el contexto político tras la Segunda Guerra Mundial. En su recorrido, abordó el concepto de terror como parte del proceso genocida, describiendo cómo se construye al enemigo, que termina siendo cualquiera que se oponga al régimen.
Con este marco teórico e histórico, continuó el desarrollo del encuentro, proponiendo una reflexión profunda sobre el papel del derecho en la construcción de la memoria y la justicia.