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Año XV - Edición 274 06 de octubre de 2016

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Los seguros de salud y el sistema de salud en Argentina. ¿Hacia dónde vamos?

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Realizada en el Salón Verde, el pasado 12 de septiembre tuvo lugar un panel compuesto por Aldo Neri, Luis Pérez y Daniel Maceira. El evento fue organizado por el Grupo de Trabajo Interdisciplinario “Derechos Sociales y Políticas Públicas” y el Observatorio del derecho a la Salud y Seminario de Investigación en Derecho y Salud (Instituto Gioja).

Luis Pérez indicó que no hay posibilidades de desarrollo de un sistema de salud como tal si no hay acceso equitativo para todos. Asimismo, hizo alusión a los problemas sanitarios actuales. “Tenemos una mezcla de viejos y nuevos problemas sanitarios. Entre los viejos, está la desnutrición, infecciones vectoriales como el Chagas o el dengue, hay parasitosis (…). Por otro lado, hay temas muy viejos como el maltrato infantil o la violencia de género que siguen incidiendo en la carga de la enfermedad; hay mucha patología biológica y familias frágiles con vulnerabilidad social que configuran un cuadro complejo respecto de la equidad de los resultados en salud”, describió. Con relación a los nuevos problemas, señaló que no son realmente nuevos, sino que toman relevancia social, tales como el sedentarismo, los trastornos alimentarios, la obesidad, las adicciones, una preponderancia creciente del impacto de lesiones por siniestros viales y también de lesiones autoinflingidas. Asimismo, hizo alusión las enfermedades crónicas no transmisibles: a la obesidad y las lesiones hay que agregarles la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Por su parte, Daniel Maceira planteó tres ejes: la salud es un derecho, hay que encontrar una forma efectiva para generar cobertura para esa garantía de derecho y, como tercer eje, la equidad. “En Argentina la situación se vuelve desafiante porque tenemos un montón de instituciones que financian y definen gasto en salud. Es claro que hay un problema de escala”, comentó. Destacó que cada una de las 24 provincias define su estructura de financiamiento de salud, dos de las provincias más grandes, Córdoba y Buenos Aires, están municipalizadas. “Pensar que una población sin cobertura formal y que accede al sistema público puede encontrar una garantía de derechos equilibrada entre 600 instituciones que financian salud es raro”, consideró. Remarcó que el gobierno nacional trata de cubrir el financiamiento a través de bacheos con programas nacionales. “Eso constituye una porción muy pequeña de lo que se gasta en salud. El tema de cómo hacer para que la garantía de derechos sea efectiva y equitativa no es fácil”, resaltó. Respecto al sistema de seguros sociales, Maceira indicó que hay más de 350 seguros sociales, donde se supone que todos tienen la obligación de prestar el mismo PMO (Programa Médico Obligatorio), pero su capacidad de financiamiento difiere. También manifestó que aproximadamente el 60% de la prestación de los servicios de salud se hace en clínicas y sanatorios privados.

A su turno, Aldo Neri hizo referencia al surgimiento de la institución del hospital público. “Universal, en definición inicial universal, porque todos podían atenderse, aún hoy. Por eso hablar de universalidad, unilateralmente, sin darle el contenido a la palabra, no implica satisfacer el derecho a la salud de ninguna manera, sino simplemente marcar el acceso libre, muy difícil para unos, muy fácil para otros, y con desigualdad en el servicio que reciben”, aseveró. Reseñó que hasta la década del 70 el hospital como servicio público era un área de aprendizaje y prestigio de los profesionales, y un área que resolvía mejor los problemas complejos. Explicó que se produjo un cambio a partir de la década del 70. “En la década del 70, inicialmente, teníamos no más del 30% de la población cubierta por la seguridad social y en los comienzos de los 80 llega a casi 70%. La seguridad social financia un desarrollo del sector privado, que antes no conocíamos”, relató. Neri añadió que hoy en día una persona promedio anhela una prepaga. “Esto es el imaginario colectivo, hay que tenerlo muy en cuenta en política. La sociedad cambió y eso implica un contenido muy distinto del derecho que siente el individuo”, consideró.