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Año XI - Edición 206 27 de diciembre de 2012

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Los Maestros del Derecho Público: Germán Bidart Campos, Mario Justo López y Alberto A. Spota

  • Notas

El 4 de diciembre se realizó un encuentro en el que se recordó a los profesores Germán Bidart Campos, Mario Justo López y Alberto A. Spota. Primeramente, se efectuó el descubrimiento de sus retratos en el Departamento de Derecho Público I y, posteriormente, se dio paso al seminario.

Para comenzar, Alberto R. Dalla Via expresó: “nos juntamos para realizar un acto de estricta justicia: reconocer y honrar a quienes nos enseñaron y de quienes seguimos aprendiendo todos los días”. También se permitió recordar a Miguel Padilla y a Carlos Floria, ambos fallecidos recientemente. En cuanto a este último, hizo suyas las palabras de Mariano Grondona cuando caracterizó en una de sus columnas periodísticas a Floria como “un hombre sereno”.

Luego, fue el turno de Susana Cayuso, quien se mostró agradecida por habérsele concedido la posibilidad de referirse a la persona de Alberto A. Spota, su maestro de derecho constitucional. “Es difícil sintetizar los aspectos más destacados de quien fuera un gran docente, un lúcido académico y un destacado profesional”, anticipó. Sí mencionó que fue el primer Presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, además de convencional constituyente y conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Relató que Alberto A. Spota había sido un entrañable amigo del padre de Cayuso, unidos ambos por lo compartido en la vida universitaria, en la pertenencia política y en la amistad que los unió a lo largo de su vida. “Fue recién en la década del ‘70 cuando recibida de abogada, la figura de Alberto Antonio Spota comienza a cobrar en mi desarrollo profesional y docente una influencia determinante, que se extiende al presente”, resaltó.

Rememoró la resistencia de Spota a la reducción en la carga horaria de esta casa. Ya en otros terrenos, la oradora mencionó que Spota siempre advertía a sus alumnos de los elementos políticos que se encuentran presentes en el discurso jurídico. “Un perfil docente abrumado, intenso, polémico y frontal”. Citando al mismo Spota, Cayuso sostuvo que la única fuerza real de lo ético consiste en la capacidad de imperio que tiene la opinión pública nacional e internacional para condicionar la eficacia en lo político y obligar a que valores éticos de justicia prevalezcan sobre términos de eficacia que arrasen, al propio tiempo, los valores de justicia y sus consecuencias.

Seguidamente, Daniel Sabsay recordó al profesor Germán Bidart Campos. “Es difícil poder hablar en pocas palabras de una figura tan inmensamente polifacética, tanto en sus aspectos humanos y personales, como lo que significó él como educador, como educador absolutamente trascendente”, subrayó. Si bien Sabsay no fue alumno de Bidart Campos, sí se siente su discípulo debido a que trabajaron conjuntamente durante 14 años en el mismo buffet de abogados. Explicó que cuando uno hablaba con Bidart Campos la sensación que uno tenía era que él era absolutamente conciente de la finitud de la vida, de la necesidad de dejar una obra y todo ello rodeado de un marco de absoluta humildad. “Jamás conocí una persona más humilde que Germán Bidart Campos, una persona permanentemente sobrevalorando, a mi modo de ver, a los otros, nunca lo escuche criticar a nadie, tenía una actitud absoluta de condescendencia, pero no en un sentido ligero, sino que esa era profundamente su naturaleza”, elogió Sabsay. Además, destacó su trascendencia a nivel internacional, que se ve constatada a partir del hecho de que continúa siendo recordado por los académicos de otros puntos del globo. Como nota de color, relató que en la biblioteca de la Corte Suprema de Justicia de la Nación hay un solo autor que tiene todo un bibliorato por separado, por la numerosa cantidad de comentarios de jurisprudencia, y ese autor es ni más ni menos que Germán Bidart Campos.

Por último, Horacio Sanguinetti, discípulo de Mario Justo López,definió que “maestro es la categoría pedagógica y científica máxima, mucho más que el doctor, mucho más que el profesor, mucho más que cualquier otra jerarquía” y añadió que “se llega a maestro superando esas instancias y es realmente la instancias superior que no otorga ninguna Universidad, sino el consenso de sus discípulos”. Explicó que Mario Justo López se acercó a la vida pública inicialmente por medio de la política estudiantil y, más precisamente, del partido socialista obrero. Sanguinetti y su maestro trabajaron conjuntamente en varios proyectos como, por ejemplo, la elaboración de un diccionario de política. “Quiero recordar un artículo del año 1984 en La Nación sobre la muerte del derecho político, donde él sostiene que ha sido un gravísimo error que nuestras autoridades, a cuya designación apoyábamos todos por cierto, pretendieran cambiar el nombre de la materia (de derecho político a teoría del estado) y así el contenido, el alma de la materia”, manifestó. 

Nos juntamos para realizar un acto de estricta justicia: reconocer y honrar a quienes nos enseñaron y de quienes seguimos aprendiendo todos los días”, aseguró Alberto R. Dalla Via