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Año XIV - Edición 249 04 de junio de 2015

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Los Caudillos. Base del Federalismo u Oposición a la Organización Jurídico Política de la República Argentina

  • Notas

El 20 de mayo en el SUM del Instituto Gioja se desarrolló una conferencia que trató la temática de los caudillos, organizada por el Seminario Permanente sobre la historia de la Facultad de Derecho y a cargo de Manuel Pizarro. El evento fue coordinado por Tulio Ortiz.

Para comenzar, Manuel Pizarro hizo referencia a la Guerra de Independencia, la cual comienza fundamentalmente hacia fines de 1810, con la creación de las primeras fuerzas y los primeros combates. “Esta Guerra de la Independencia se va a extender hasta 1824, cuando el ejército español es derrotado por el general Sucre en la batalla de Ayacucho”, evocó. Asimismo, expresó que los caudillos van a significar una oposición más o menos organizada a tres aspectos: la ciudad puerto, los impuestos y la libre navegación de los ríos. “En estas tres aristas nacen los caudillos, pero también hay una arista que no es menor, la sentimental. Los caudillos provenían del interior y los ejércitos de la Independencia se nutrieron fundamentalmente de mujeres y hombres del norte del país. Había una especie de desagradecimiento desde la metrópoli hacia esas luchas”, destacó Pizarro. En este sentido, el orador añadió que a partir de 1810 el único combate que se da en las proximidades de la ciudad de Buenos Aires es el combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813. “Realmente, las batallas se van a dar en el norte. Buenos Aires no estaba acostumbrada a vivir de la lucha”, resaltó. Por otro lado, Pizarro analizó que los caudillos también tuvieron sus diferencias. En algunos momentos, caudillos federales como Artigas, López y Ramírez combatieron juntos, luego López y Ramírez traicionan a Artigas y, después, López lo vence a Ramírez, lo detiene y lo hace ejecutar. Respecto a las provincias de la parte mesopotámica, afirmó que estaban claramente configuradas por su amor y su vivencia de los ríos Paraná y Uruguay. “La libre navegación de los ríos y la idea de la confederación nace de las provincias mesopotámicas”, resaltó.

Seguidamente, el expositor hizo mención del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 que decide la votación para destituir al virrey Cisneros e instalar una junta provisional sin Cisneros. “En ese Cabildo del 22 de mayo, la votación casi se pierde porque el obispo español Benito Lué y Riega dice que no están representadas las provincias, por lo que no había legitimidad para destituir al virrey”, declaró. Esta tesis fue neutralizada por Juan José Paso. De esta manera, Paso contrapone la tesis del obispo y sostiene que Buenos Aires es la hermana mayor. “Dice que se comprometen por acta a hacerles saber a las provincias que deben aportar sus diputados para conformar la junta provisional”, expresó Pizarro. En ese aporte, los principios de las votaciones no estaban muy asentados y los diputados vienen con las instrucciones que les daba cada caudillo. Por otra parte, Pizarro comentó que hay tres aspectos fundamentales en esta génesis. El primero se vincula con que dentro de la junta gobernativa, o conocido como primer gobierno patrio, se va a desarrollar una lucha hacia el interior de la misma junta, entre aquellos que pretendían un gobierno central y de poca cantidad de personas y otro sector, denominado “saavedrista”, donde primaba la idea de concretar la convocatoria del 22 de mayo. “A fines de 1810 llegan los diputados del interior, se suman y conforman la Junta Grande”, recordó. De esta manera, la Junta Grande queda conformada por los diputados del interior y funciona en Buenos Aires. Sin embargo, luego de la derrota de Huaqui se desplaza a la Junta Grande y a Saavedra y se instala el Primer Triunvirato, donde hay un neto carácter centralista. “No quiero sintetizar diciendo que los morenistas fueron todos centralistas y los saavedristas fueron todos provinciales, porque no era así, pero había una génesis de esta diferencia”, destacó. El segundo aspecto tiene que ver con la influencia que tiene a partir de 1812 la Logia Lautaro en el Río de la Plata. “La Logia Lautaro nunca cedió a los intereses del interior. Siempre mantuvo el libre comercio, la exención impositiva hacia los productos impositivos y el monopolio del puerto”, adicionó. El tercer y último aspecto de la génesis de los caudillos tiene que ver con poder determinar quiénes son las personas que escribieron la primera historia argentina. “La primera respuesta es casi lógica, quienes la escribieron fueron los intelectuales de la época”, expresó. En este sentido, mencionó al deán Gregorio Funes, a Vicente Fidel López y a Domingo Faustino Sarmiento. “Estos historiadores no ahorraron adjetivos y superlativos para tratar a los caudillos como salvajes, ignorantes, sanguinarios, vagos, pendencieros, gente de bajo estofa”, describió. Así, esta es la imagen con la que va a transitar el caudillo típico, no solo durante el siglo XIX sino también durante gran parte del siglo XX.

Posteriormente se refirió a la vida de varios caudillos en particular, entre ellos José Gervasio Artigas, Martín Miguel de Güemes, Estanislao López, Facundo Quiroga y Juan Manuel de Rosas.

“Los caudillos van a significar una oposición más o menos organizada a tres aspectos: la ciudad puerto, los impuestos y la libre navegación de los ríos”, expresó Martín Pizarro.