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Año IX - Edición 172 22 de diciembre de 2010

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Las mujeres como parte fundamental en la resolución de conflictos y en la consolidación de la paz

  • Notas

Con motivo de celebrar el 10º aniversario de la Resolución 1325 de las Naciones Unidas que ha marcado un punto de inflexión en la cuestión de género, el pasado 17 de noviembre se reunieron en el Salón Verde de la Facultad de Derecho la Decana de esta Casa de Estudios, Dra. Mónica Pinto, la Directora de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa, Ileana Arduino, y la representante de la Asociación Mujeres de Paz en el Mundo en América Latina y en el Caribe, María Julia Moreyra.

En primer término, la Dra. Mónica Pinto precisó que la ONU cuenta con una estructura para la resolución de conflictos debido a la práctica y las peculiaridades de los conflictos de los Estados pero ha sido bastante deficitaria en cuanto a presencia femenina. Además, mencionó la Carta de las Naciones Unidas, que es el primer instrumento jurídico vinculante que presenta ante el mundo los derechos humanos y en su artículo 8 establece que la organización no hará distinciones entre hombres y mujeres a los fines de ocupar posición dentro de los órganos. Con respecto a las actividades de la ONU, explicó que se encarga de la verificación activa en América Central y que toma parte en las negociaciones de paz en los conflictos armados en El Salvador y Guatemala, pero nunca se pensó que una mujer podía estar a cargo de los operativos. En este sentido, aclaró que la ONU ha ensayado nuevas fórmulas para la participación de la mujer. También destacó las experiencias de la sociedad civil organizada ya que en determinados contextos de violación de derechos humanos ha habido una organización de un sector de mujeres para poder establecer pautas de trabajo.

En cuanto al mercado laboral, estimó necesario generar una cultura que haga un espacio para pensar que si tenemos mujeres en determinado periodo de fertilidad, ésta va a necesitar parar, tendrá sus chicos, los va a gozar y tendrá que poder volver a insertarse. Sin embargo, la práctica ha demostrado que cuando se vuelve, la situación relativa resulta peor a la que se tenía anteriormente. Señaló asimismo que cuando las mujeres hacen algo mal en una posición encumbrada, se considera que afecta a todas en el mismo ámbito, pero cuando sucede con hombres no se piensa de esa manera. Resaltó finalmente los puntos positivos en la Resolución 1325, subrayando los ataques que sufren las mujeres por su condición, la victimización de la mujer y su postergación, que son obstáculos poderosos para poder llegar a cualquier tipo de solución.

A continuación, Ileana Arduino comentó cómo se lleva adelante el desarrollo de una política pública orientada a asegurar la inclusión efectiva del género en el ámbito de las operaciones internacionales de mantenimiento de la paz en el Ministerio de Defensa. Hizo referencia entonces al “Modelo argentino de modernización del sistema de defensa”, un documento oficial en el que el Estado ha fijado las diez pautas que van a regir en la gestión de todo el sistema de defensa en todos sus aspectos.

Analizó también el contexto institucional en el que se inserta la política de género para operaciones de paz. Resaltó que hacia el año 2009, las mujeres representan el 10, 5% del personal para todas las Fuerzas Armadas y desde 2008, el Departamento de Operaciones de Paz de Naciones Unidas estimaba la participación de las mujeres desplegadas en todo el mundo en el 2,14%. A su vez, se refirió al Plan Nacional para la aplicación de la Resolución 1325 en el ámbito de la defensa. De tal modo, remarcó que la pauta sobre la que se ha trabajado fue fomentar el trabajo multisectorial entre civiles y militares que permita desarrollar una propuesta de plan que se pueda cumplir.
Observó además un escaso nivel de desarrollo de las carreras militares de las mujeres, asociado a una exigencia de alto grado y alto rango.

Para concluir, describió que este año se concentraron en monitorear los procesos de inspección y actualmente hay en trámite una resolución que va a generar que por primera vez las inspecciones de las tropas en Argentina tengan un dispositivo entero de inspección en materia de género, no sólo en relación con la situación de las mujeres que están incorporadas al contingente sino en relación a cómo las tropas se manejan con las mujeres de la población local.

Hacia el final del evento, María Julia Moreyra puntualizó que la Asociación Mujeres de Paz en el Mundo es un organismo internacional suizo que busca fortalecer la influencia de las mujeres en los ámbitos de la paz, la justicia, la seguridad y la sustentabilidad y aseguró que la Resolución 1325 del año 2000 es uno de los pilares de la organización que representa. Como este año se cumplen 10 años, la asociación decidió entregar una base de datos constituida por dos ejes: las buenas prácticas y las visiones inspiradoras de paz para lograr un mundo donde haya equidad de género y sea justo. Instó entonces a que los Estados adopten las medidas necesarias para aplicar a nivel nacional la Resolución 1325 y que se traduzca en que mayores mujeres participen y que haya un cambio en el discurso social.

A su vez, hizo mención al caso de Ruanda que en 1994 enfrentó un conflicto armado pero luego pudo empezar a desarrollarse. En la actualidad, tiene la tasa más alta de legisladoras en el mundo y el 40% del Gabinete del Presidente lo constituye mujeres. “Es una sociedad que aprendió que la participación igualitaria traía beneficios”, expresó. También postuló que la Resolución se puede resumir con tres “pe” y tres “erres”: prevención de nuevos conflictos, participación de las mujeres y protección a mujeres y niños; y reconstrucción, reintegración y reparación.

Para finalizar, se proyectó un video con el testimonio de Teresa Bernal, una de las Mujeres de paz de Colombia.