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Año XIV - Edición 247 07 de mayo de 2015

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La fraternidad en la cooperación Sur/Sur en situaciones de crisis

  • Notas

Con la organización del Departamento de Ciencias Sociales, el pasado 16 de abril se llevó a cabo en la Sala Vélez Sarsfield el panel sobre “La Fraternidad en la cooperación Sur/Sur en situaciones de crisis”, coordinado por el Dr. Enrique Del Percio. En esta ocasión, el expositor invitado fue Patricio Hendler, coordinador de Asuntos Bilaterales, Regionales y Multilaterales de Cascos Blancos.

Luego de una breve presentación del profesor Del Percio, Patricio Hendler explicó su función dentro como también el objetivo del organismo, consistente en la promoción de voluntariado humanitario. A su vez, estimó que Cascos Blancos es el organismo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto que se ocupa de ejecutar y diseñar la asistencia humanitaria internacional, en este sentido, trabaja en la atención y respuesta a desastres socionaturales, y en la lucha contra el hambre y la pobreza. Seguidamente, refirió nuevamente aquellas situaciones en que Cascos Blancos brinda asistencia, primordialmente, tras emergencias, en las cuales pueden diferenciarse dos momentos claves: el envío de suministros humanitarios, con la solicitud y aceptación del país afectado, y el desplazamiento de voluntarios. Vale destacar que para que Cascos Blancos pueda actuar es necesaria la existencia de una solicitud por parte del país afectado, de algún organismo internacional, o bien del gobierno nacional.

Acto seguido, el orador aseveró que dicho organismo gubernamental, que forma parte de la política exterior nacional, ha participado activamente representando a la República Argentina en distintos ámbitos donde se ha construido en la última década un nuevo paradigma de la asistencia humanitaria. Tal paradigma estuvo motivado, principalmente, por el nuevo sentido de integración impulsado en la región latinoamericana, ya no estrictamente comercial, sino más político y social. “Ante un desastre que afecta algún país de la región, los primeros en llegar son los propios vecinos estrechando sus brazos solidarios”, subrayó. De este modo, este nuevo paradigma fomentó los lazos de hermandad y solidaridad entre los países de la región latinoamericana y caribeña.

El orador prosiguió explicando el cambio que atravesó la gestión integral de riesgo. En primer lugar, comentó que la visión tradicional de las emergencias siempre estuvo basada en modelos respuestistas, ya que esta considera a los desastres como naturales. Frente a esta situación, como se trata de desastres que no pueden predecirse, se actúa dando respuesta, es decir, se actúa después de que hayan ocurrido. “Lo único que queda es responder”, resaltó el expositor. Actualmente, a la tradicional visión del desastre, que es responder, se le sumó la gestión del riesgo, a partir de la cual los riesgos pueden prevenirse y reducirse. Estimó que este nuevo paradigma rechaza el concepto de desastre natural, postula que un desastre puede estar generado por un evento natural, pero el evento natural en sí no conlleva un desastre. “El desastre es social, no natural. Los desastres son una construcción social, histórica, y que está determinada por un modelo de desarrollo, porque si disminuyendo la vulnerabilidad se reducen los desastres, estamos hablando de desarrollo”, definió. De este modo, se acuñó el concepto de desastre socionatural. Asimismo, destacó que gracias a este nuevo modelo, los países están trabajando en la búsqueda de soluciones locales a problemas locales en un marco de cooperación sur/sur, entre países en desarrollo. “El nuevo modelo trabaja en la construcción de capacidades, en la unión de comunidades para que puedan resolver sus problemas, así, la gestión de riesgos se torna fundamental”, agregó.

A modo de reflexión, hizo referencia al cambio cualitativo que generó este nuevo paradigma, sustentado en la cooperación sur/sur, y a los recursos que lo posibilitaron, entre ellos, el crecimiento económico y la política social apuntada al regionalismo. Destacó que dicho cambio contribuyó a consolidar fronteras de paz y estabilidad en la región latinoamericana y caribeña. Por otro lado, estimó que el modelo que propone este nuevo paradigma, el cual promueve la reducción del riesgo a partir de la actuación sobre los patrones que generan riesgo, es decir, aquellos patrones que parten de la vulnerabilidad y la pobreza, entendidos como asuntos no resueltos del desarrollo. Agregó que este modelo, además, promueve la participación comunitaria de los países en todas sus fases: “Se pasa de ser una víctima potencial a ser un actor transformador”. Por último, resaltó el papel que desempeña Cascos Blancos en la política exterior argentina, ya que constituye el engranaje perfecto a este nuevo paradigma pues agrega la promoción del voluntariado humanitario al modelo de asistencia humanitaria, participativa y horizontal entre países. “Este nuevo paradigma ha contribuido a consolidar y estrechar los lazos de solidaridad y hermandad con los hermanos pueblos latinoamericanos y caribeños”, concluyó.