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Año V - Edición 90 14 de julio de 2006

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La formación docente y los nuevos modos de subjetivación

  • Notas

Dentro del marco de las IV Jornadas de Pensamiento Experimental, el pasado jueves 29 de junio, se realizó la conferencia “La formación docente y los nuevos modos de subjetivación”. El evento tuvo lugar en el Salón Auditórium de la Facultad y contó con la presencia de Cinthya Farina, Gabriela Veronelli y Gonzalo Aguirre.

Primeramente, Gonzalo Aguirre comenzó destacando que hoy en día estamos hiperubicados por la existencia de aparatos tales como los celulares, GPS o programas como el “google earth”, pero a la vez nos hallamos súperdesubicados. Esto se debe a razón de que lo que está hiperubicado es el “homo máquina comunicans” y el que se encuentra desorientado es el “homo máquina laborans”. Explicó que la confusión viene de creer que el hombre trabajador está hiperubicado y a la vez desorientado, pero manifestó que lo que en verdad sucede es que el que vive desubicado es el hombre trabajador y el que está hiperubicado es el hombre comunicante. Aguirre subrayó que en este contexto, los docentes que solían ubicar a los homo máquina laborans, se encuentran a su vez desorientados dado que los profesores siguen siendo homo máquina laborans que están enfrentados a homo máquina comunicans. De esta manera, los docentes siempre listos para mejorar intentan reformarse ingresando en el mundo de la formación permanente y, este intento de reforma no tiene éxito en la medida de que es una mejora del docente máquina laborans que no puede incorporar el problema de la información, el nuevo modo de subjetivarnos.

Luego, distinguió que este nuevo modo de hacernos sujetos no es el viejo modo de subjetivación mejorado sino que este nuevo modo es distinto, no es más rápido ni mejor. En este orden de ideas expresó que la función de la conferencia fue calibrar las diferencias de estos modos de subjetivación y tratar de pensar estrategias de acción al respecto.

Posteriormente, Gabriela Veronelli se refirió al tema y advirtió que esto se da, por ejemplo, cuando un sujeto va caminando por la calle y escucha una frase dicha por otro sujeto al pasar. En este cruzar de sujetos no hay diálogo, el oír al pasar quita al oyente de su audición estándar en la que estaba y llama  su atención. Destacó que, a pesar de no haber diálogo, hay comunicación y propuso pensar las contribuciones que esta manera de comunicar puede aportar a la comunicación que se da en la universidad.
A su vez, subrayó que en el aula, prima la audición estándar. El oído estándar oye contenido, funciona como grabador de lo que el profesor dice y la mano toma nota. Manifestó, además, que es importante que los alumnos comiencen a dar mayor importancia al oído al pasar, que los parciales no sean sólo una desgrabación de lo que el profesor dice. Es importante que también se permita el desarrollo personal, la creación propia.

Por otra parte, marcó la distinción entre la lengua como una relación y la lengua como hecho trascendental. La primera funciona para producir conocimiento, construir información mientras que la segunda es un sistema basado en reglas gramaticales, semánticas y fonéticas. De esta manera, se hace una distinción entre la lengua como hecho y la lengua como acción. La principal diferencia es que en la primera, se entiende la comunicación como un asunto de transmitir información, de este modo todo lo expresado es plausible de ser decodificado en un sistema de interpretación de signos, oír o ver un signo significa entenderlo. La lengua en acción es una experiencia que inserta al sujeto en la realidad social. Es decir, desdibuja la distinción científica sujeto hablante- objeto lengua lo que hace del comunicarse más bien una cuestión de sentir. Permite dar cuenta de una percepción no cognitiva sino afectiva que canaliza la comunicación. En cuanto a los aspectos académicos, resaltó que hay que enseñar a descreer de aquello que dicta que entender algo es controlarlo. La lengua no es algo que se nos da o se nos quita sino que es un espacio que habitamos cotidianamente, un espacio inagotable e inapropiable.

Por último, Cynthia Farina comenzó hablando de arte, cuerpo y política de lo sensible. Para tal fin propuso al público escuchar la pieza del  músico y artista visual Arnaldo Antúnez “Certeza voluble”. En esta obra, Antúnez se ocupa de investigar y jugar con las relaciones entre sonido e imagen, trata de problematizar los discursos a través de alteraciones y deformaciones de los sonidos de las palabras, actúa sobre el sentir de las palabras a partir de intervenciones sobre los tonos y resonancias de su pronunciación. Al respecto, Farina se preguntó cómo ese tipo de pieza puede afectarnos y planteó que una propuesta de arte como la presentada, nos atinge en el cuerpo, ya que los procesos de formación de lo sensible se dan en el cuerpo. El cuerpo no es propiedad del sujeto sino que el sujeto mismo configura un cuerpo. Se constituye como el territorio de la experiencia y de la reflexión. Produce unas maneras de ver y decir, de ser sensible y razonar, de percibir y conocer de moverse con y por la realidad. En este sentido, Farina propuso reflexionar sobre lo que nos conmueve y lo que no. Sobre nuestros gustos porque ellos son forjados colectivamente en relación al tiempo y a un espacio determinado geográfico. Advirtió que la percepción se aprende, aprendemos a ser sensibles a determinadas imágenes o discursos y no a otros. Finalmente, dijo que la tarea del arte es hacer visibles y audibles a las fuerzas que componen la realidad que forman a nuestras maneras de ser, desarticulando a estas formas.