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Año XIV - Edición 254 10 de septiembre de 2015

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La enseñanza del Derecho y el método del aprendizaje profundo

  • Notas

Con la conferencia de Julián Hermida (Associate Professor of Law and Justice, Algoma University, Ontario, Canadá), el 20 de agosto tuvo lugar en el Aula de Desarrollo Docente el encuentro preparatorio de las V Jornadas de Enseñanza del Derecho, que se realizarán los días 17 y 18 de septiembre de 2015.

Para dar inicio, el profesor Julián Hermida afirmó que el objetivo de esta charla era compartir los resultados de su investigación en pedagogía universitaria, volcados en el libro Facilitating deep learning. “Este libro ha sido posible gracias a las invitaciones que he recibido de esta universidad y de otras, en donde me he enriquecido con intercambios y charlas con profesores de esta casa. Sin esta participación, el libro no hubiera sido posible”, subrayó. Respecto al aprendizaje posible, señaló que se trata de aprender para siempre. “Es poder aplicar lo que aprendemos hoy en el aula en distintos contextos de nuestra vida profesional, a diez, quince, veinte o treinta años después de haberlo aprendido en el aula universitaria”, explicó. El aprendizaje profundo se contrapone al aprendizaje superficial, aprendizaje en el que uno recibe cierta información y lo puede utilizar para aprobar un examen o para contestar una demanda, pero una vez que aprendió los conocimientos, al poco tiempo los olvida y no los puede transferir y aplicar fuera del contexto en el que lo aprendió. “De acuerdo a las investigaciones, la mayoría de los estudiantes en el mundo, en Europa, Estados Unidos y Canadá, aprenden de manera superficial”, señaló.

Tras relatar una experiencia personal en la enseñanza, Hermida explicó que pueden aprenderse muchos temas y conceptos de manera superficial y algunos de manera profunda. Expresó, además, que se puede hacer algo, desde el aula, para que los estudiantes puedan aprender de forma profunda. “Esto no quiere decir que el cien por ciento de los alumnos aprendan de forma profunda”, resaltó. Si se crea un ambiente propicio para el aprendizaje profundo, la mayoría de ellos va a aprender en forma profunda. Este ambiente propicio consiste en la creación de conflictos cognitivos. “Un conflicto cognitivo comienza con una historia, un problema, un pregunta, una situación, que no puede ser resuelta con la estructura cognitiva de los alumnos”, aseveró. En este sentido, analizó que todas las personas van desarrollando a lo largo de sus vidas modelos mentales de la realidad, “lentes a través de los cuales vemos el mundo". Si se crea una situación que no puede ser resuelta o entendida a través de estas lentes, se puede estar creando un conflicto cognitivo. “Pero no cualquier situación va a lograr que los alumnos modifiquen la manera de pensar y de ver el mundo. Porque un fenómeno muy importante es que tendemos a ver el mundo, los nuevos conocimientos, las nuevas situaciones, a través de nuestros modelos mentales de la realidad y no tratamos de cambiarlos”, detalló. De esta manera, aun cuando nuestros modelos mentales de la realidad no pueden explicar un fenómeno nuevo, se tiende a cambiar el fenómeno o a descartarlo. “El proceso de cambio de estas estructuras cognitivas, de estas lentes, es muy difícil”, agregó. Para que se dé este fenómeno de cambio en la estructura cognitiva de los modelos mentales de la realidad, este problema, pregunta o situación debe ser lo suficientemente motivadora. “El modelo de aprendizaje profundo consiste en efectuar conexiones entre ese nuevo conocimiento que surge del problema, la pregunta o la situación que causa el conflicto cognitivo, y el conocimiento previo, las experiencias, de los estudiantes. Debe haber una conexión entre lo nuevo y lo viejo”, argumentó Hermida. Las conexiones se realizan a través de recurrir a competencias cognitivas y metacognitivas de alto grado de desarrollo. “Si el alumno recurre a estas competencias de alto grado de desarrollo y efectúa estas conexiones, está inmerso en el proceso de aprendizaje profundo”, enfatizó.

“El modelo de aprendizaje profundo consiste en efectuar conexiones entre ese nuevo conocimiento que surge del problema, la pregunta o la situación que causa el conflicto cognitivo, y el conocimiento previo, las experiencias, de los estudiantes. Debe haber una conexión entre lo nuevo y lo viejo”, argumentó Julián Hermida.