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Año VIII - Edición 144 18 de junio de 2009

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La crisis de la Ciencia Política

  • Notas

Con la presentación de “La crisis de la Ciencia Política”, el pasado 29 de mayo, el Departamento de Filosofía del Derecho y la Maestría en Filosofía de Derecho dieron comienzo a su ciclo de conferencias 2009. La disertación tuvo lugar en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y estuvo a cargo del Dr. Antonio Martino, profesor de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Pisa. El Director del Departamento y de la Maestría en Filosofía del Derecho, Dr. Ricardo Guibourg, expresó unas palabras de presentación.

De manera introductoria, el Dr. Antonio Martino consideró que si bien el objeto de la ciencia política no es definido porque es variable, “todos coinciden en que estudia el ejercicio, distribución y la organización del poder en una sociedad”. Advirtió también lo peligroso que resulta que los politólogos prefieran seguir alimentando una ilusión acerca de la virtud de las ciencias políticas antes que iniciar una reflexión seria y autocrítica de la misma, y sostuvo que la crisis que la disciplina experimenta fue la reacción contra el hiperfluctualismo.

Asimismo, afirmó que “los supuestos positivistas que han llegado a limitar la ciencia política de otros sectores sociales de acción fueron mirados sobre todo hacia la democracia”, la cual se vio como forma de interrelación social e implica “tratar de develar el entrenamiento de relaciones y vivencias que conforman la experiencia social de los ciudadanos”.

Con respecto a los límites de la ciencia política, estimó que éstos se deben a que la propuesta es una teoría, la cual tiene que basarse en una metateoría y termina siendo una metapolítica.

Además, hizo referencia a las transformaciones que, en el lapso de 20 años, se produjeron en la escena mundial. A este respecto, aseveró que, en otros tiempos y circunstancias hubiesen implicado ciclos de varias décadas para desarrollarse acontecimientos tales como el colapso del viejo sistema soviético, el fin de la guerra fría, el triunfo de la democracia y el mercado, la multiplicación de los centros hegemónicos, el desarrollo de Internet y la reestructuración de la economía mundial. De esta manera, estimó que aunque la ciencia política se halle en la búsqueda de una teoría general, de una cosmogonía que integre todas las conclusiones formuladas en una síntesis explicativa en conjunto, ésta “no puede quedarse solamente releyendo el pasado”.

Por otra parte, explicó que el pluralismo teórico desemboca en múltiples interpretaciones de su objeto y lleva a discusiones sobre la pretendida cientificidad de la disciplina.

A continuación, puntualizó que debido a la fuerte influencia del materialismo histórico, la ciencia política en los países en desarrollo, sobre todo en América Latina, logró que se perdiera la interdisciplinariedad porque “el rol de la política, el poder y el Estado fueron reducidos a aspectos secundarios dependientes de factores socioeconómicos”, aunque reconoció que se trata de una cuestión sumamente discutible.

En lo concerniente al aspecto económico de lo político, comentó algunas de las ideas provenientes de dos autores de este siglo, los premios nobel Buchanan y Arrow. Seguidamente, mencionó a Weber, quien anticipó que la organización y burocratización interna tiene consecuencias importantes para la toma de decisiones.

En lo atinente al análisis sistémico de lo político, indicó varios problemas: la inestabilidad monetaria, la manera en que la sociedad solventará la longevidad de sus personas mayores, la revolución de la información, cómo brindar sustento a millones de habitantes cuando la automación saca trabajo y el cambio climático que provoca la extinción de la biodiversidad.

Finalmente, aseguró que el concepto de calidad de la democracia adopta criterios abiertamente normativos e ideales para valorar a las democracias existentes y rechazó la crítica que se le hace a la ciencia política de utilizar criterios normativos, destacando que todas las ciencias sociales los utilizan. Por último, reflexionó que “no están cambiando las leyes, está cambiando el mundo y debemos cambiar la ciencia para adecuarnos a los cambios del mundo”.