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Año XVIII - Edición 324 22 de agosto de 2019

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La corrección, infaltable aliada en el acto de traducir

  • Notas

La Carrera de Traductor Público llevó adelante la charla-taller “La corrección, infaltable aliada en el acto de traducir” el pasado 28 de junio en el Salón Azul. La disertación estuvo en manos de Alejandra Patricia Karamanian.

Cabe destacar que la oradora invitada es traductora pública de inglés (UCA), correctora internacional de textos (Litterae/Fundéu), especialista en Enseñanza de Español para Extranjeros (USAL) y posee un posgrado en Business and Law (National-Louis University, Chicago). Asimismo, dicta seminarios presenciales y en línea de traducción, corrección y lengua española.

La directora de la Carrera de Traductor Público, Beatriz Rodriguez, dio la bienvenida al encuentro y presentó a la disertante.

Acto seguido, Alejandra Patricia Karamanian desarrolló sobre qué competencias deben tener los revisores o correctores de textos traducidos y no de textos originales. “Partimos de la premisa de que la corrección, la revisión, la edición y la adaptación son todos términos muy diferentes pero con un mismo objetivo que es cumplir con la función del texto y junto con las expectativas del lector debe formar parte integral y constitutiva del acto de traducir”, introdujo y subrayó que “no se debe considerar la revisión como una opción que existe dentro del acto de traducir. En realidad se cerraría el circuito con la revisión y si es por un colega, mejor”.

Más adelante, se refirió al proceso de internacionalización: “Hay empresas que se ocupan de un mismo texto de divulgación y lo internacionalizan: lo adaptan sintácticamente y léxicamente de forma tal que pueda ser después traducido a varios idiomas, ya sea por humanos o por máquinas”. Y detalló que “esa internacionalización del texto, que se llamaría la predicción del texto, pasa por ese proceso y se localiza a los distintos idiomas y hasta las distintas variedades”.

“Otro aspecto fundamental de nuestra premisa es la profundización en el estudio continuo de los idiomas de trabajo. No solamente del idioma extranjero, sino sobre todo al idioma que generalmente traducimos que es nuestra lengua materna”, distinguió y explicó que la profundización “nos va a servir para poder fundamentar nuestras correcciones porque como profesionales tenemos que poder decir por qué tradujimos de una cierta manera y elegimos una sintaxis o una unidad léxica”.

Además planteó el interrogante acerca de si el corrector de textos traducidos tiene que ser necesariamente un traductor y sostuvo: “No es conditio sine qua non que sea traductor pero considero que es muy aconsejable porque si solo es revisor, no conoce la lengua y la cultura de la que proviene el texto”. Y agregó que “solo con el texto traducido no nos ocupamos de aspectos tales como omisiones, adiciones, e insuficiencias”. En este sentido, puntualizó sobre las competencias comunes del corrector y el traductor. Una de ellas es el dominio de las lenguas de trabajo. “Tanto el traductor como el revisor, si es traductor, dominan las lenguas de trabajo y tienen una sensibilidad cultural y el conocimiento de los paradigmas de la traducción”, describió.