¡Seguinos!

Año V - Edición 99 14 de diciembre de 2006

Buscar

La ciencia y la valoración de la prueba

  • Notas

Con el objeto de celebrar la obtención por una de las alumnas de nuestra Facultad del tercer premio del Concurso de Semilleros del XXVII Congreso Colombiano de Derecho Procesal, la Cátedra de Derecho Procesal Civil del Dr. Osvaldo Gozaíni invitó al Presidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal, Dr. Jairo Parra Quijano, para que brindara una disertación el 21 de noviembre en el Salón Verde sobre “La ciencia y la valoración de la prueba” en el proceso.

Previo a la conferencia, el profesor Gozaíni realizó una breve presentación del expositor invitado y destacó la importancia que significa para nuestra Facultad la obtención del galardón, por el cual han competido más de sesenta universidades.

El Dr. Parra Quijano reflexionó sobre el rol de la ciencia en el  ámbito del proceso y trazó como pregunta directriz hasta dónde puede y debe el juez valorar las pruebas fácticas producidas en un caso dado. En rigor de verdad, la inquietud surge porque la mayoría de los códigos procesales latinoamericanos imponen a los magistrados la evaluación de las pruebas según las reglas de la sana crítica, incluso sobre aquellas de tipo científico (NdR: así, nuestro Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, arts. 165 inc. 5, 386 y 477).

El profesor colombiano comenzó haciendo tres afirmaciones a tener en cuenta cada vez que se analiza este tema. Lo primero que debemos advertir es que al hombre le “venden” (sic) a través de los medios de comunicación las virtudes de la ciencia y la técnica; aunque ya se ha demostrado que la ciencia no una panacea. En segundo lugar, debemos saber que la naturaleza no es un gran rompecabezas; no se la puede estudiar por partes sino en conjunto. Por último, el tercio final del siglo XX, con sus avances en tecnología y biotécnica, ha dejado muy en claro que hoy en día el hombre común no puede entender -“ni le interesa hacerlo”- el funcionamiento de los objetos que utiliza y que lo rodean.

Citando al profesor Michele Taruffo, quien visitó recientemente nuestra Facultad, Parra Quijano sostuvo que actualmente los jueces tienen la mala tendencia de adoptar herramientas científicas haciéndolas pasar como si fueran de sentido común. “Lo peor que hay es que la gente tiene opiniones sobre todo”, criticó nuestro invitado, aludiendo a los abogados y los jueces que creen saber todo acerca de cualquier disciplina. “El derecho debe humildemente hermanarse con las otras ciencias; sobre todo con las de tipo social” —propuso.

Si bien al juez la legislación le reconoce la facultad de evaluar casi a discreción ciertos medios probatorios, Parra Quijano opinó que no se puede trabajar ya desde el ámbito de la posibilidad (donde cualquier resultado es posible) sino que deben adoptarse parámetros probatorios de probabilidad, cercanos a lo razonable y lejos de lo arbitrario. “El juez puede hacer inferencias, pero debe ampararse en la ciencia” -enfatizó.

Las preguntas que propuso nuestro expositor fueron: ¿Puede el juez citar literatura científica para fundar sus fallos? ¿Está capacitado para evaluar pruebas periciales? “La respuesta es ¡No!”, respondió Parra Quijano, para quien el juez solamente puede verificar ciertas garantías mínimas que haya debido seguir el estudio científico que realice el perito (adopción de estándares oficiales, idoneidad, certificaciones). “¿Cómo podríamos hacer una sana crítica sobre la prueba de ADN, que tiene una probabilidad de 99,9% de compatibilidad?”.

Lejos de los imperativos doctrinarios actuales, el profesor Parra Quijano apela al conocimiento y a guardar un mínimo de confianza en la razón cartesiana. “Yo no creo que basarnos en la ciencia constituya una catástrofe”, como habitualmente se le critica al peor positivismo científico. Para nuestro invitado se trata, al fin y al cabo, de sincerarnos como juristas y admitir que el derecho no es una piedra filosofal que todo lo sabe y todo lo puede.

El Dr. Jairo Parra Quijano es un referente en materia probatoria y de derecho procesal, y ha escrito numerosos trabajos como el Manual de Derecho Probatorio y  el Tratado de la Prueba Judicial. Además de ser el Presidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal, dirige el Instituto Colombiano de Derecho Procesal, es profesor en la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Libre de Colombia, y la Universidad Externado de Bogotá, y ha sido Conjuez de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado de Colombia.