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Año XI - Edición 192 10 de mayo de 2012

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La agenda LGBT. Avances y deudas pendientes

  • Notas

En el marco del escenario post matrimonio igualitario y el debate sobre la sanción de la ley de identidad de género, el pasado 16 de abril el Grupo de Trabajo Interdisciplinario “Derechos Sociales y Políticas Públicas” estableció un espacio a fin de deliberar con expertos e importantes referentes respecto de la agenda pendiente, de cara a una efectiva mejora en materia de derechos y condiciones de vida para la ciudadanía LGBT.

En esta ocasión, estuvieron presentes Marisa Herrera (Doctora en Derecho UBA - Investigadora CONICET), Esteban Paulón (Presidente de la Federación Argentina LGBT), Lohana Berkins (Coordinadora General de ALITT), Ernesto Meccia (Sociólogo, Escritor, Profesor UBA-UNL) y Diana Maffia (Doctora en Filosofía UBA - Investigadora IIEGE).

Para comenzar, Marisa Herrera hizo referencia al Anteproyecto del Código Civil, considerando que contiene las bases constitucionales internacionales como pilar fundamental. Además, señaló que cuenta con bases constitucionales de derecho de familia en sí y en materia de filiación. También observó que con el matrimonio igualitario se obtuvo un reconocimiento de muchas luchas de los últimos tiempos.

Así, precisó que las bases en materia de familia residen en la visión de pluralismo; la autonomía, la libertad y el desarrollo de la personalidad; el derecho a fundar una familia, con la gestación por sustitución; y la responsabilidad parental. Sin perjuicio de ello, advirtió como problemas detrás de la reforma, la presunción de paternidad, el vínculo del niño con su familia biológica y el derecho a la identidad.

Por último, aseguró que la reforma tiene el objetivo de destruir la desigualdad y seguir en la línea de pensar la igualdad con un contenido diferente.

Seguidamente, Esteban Paulón comentó el gran efecto social que tuvo el matrimonio igualitario. Indicó entonces que son necesarias políticas públicas y programas específicos para abordar un compromiso conjunto. Reconoció, además, que la transformación tiene lugar cuando se da un marco social y político favorable. No obstante, remarcó que la discriminación cotidiana opera mucho más allá de cualquier norma. Instó entonces a “generar un espacio de diálogo, participar en el debate del nuevo Código, participar activamente en la reglamentación e implementación de la ley de identidad de género”.

Mencionó asimismo, el Plan de ciudadanía LGBT, estimándolo necesario para pasar de la igualdad formal a la igualdad de oportunidades real en la sociedad.

Por su parte, Lohana Berkins trató las consecuencias de la justicia en su experiencia en contra de los derechos de los travestis. En tal sentido, hizo referencia a la negación de los derechos por pretendidas cuestiones morales. También analizó la Ley de identidad de género que actualmente se encuentra en tratamiento. En este orden de ideas, destacó que la ley no es patologizante, por lo cual no debe existir una condición de enfermedad para su aplicación. Asimismo, detalló la gratuidad de la ley y el acceso a la salud integral, agregando que las modificaciones totales o parciales en el cuerpo pueden ser importantes para la persona pero no son requisito para aplicar la ley.

Finalmente, estimó conveniente generar mecanismos donde no se pierda el valor crítico por la diferencia.

Más adelante, Ernesto Meccia brindó las conclusiones sobre el Informe de la Universidad Austral, referido a matrimonio entre personas del mismo sexo y sobre su estudio de fallos referidos a la cuestión LGBT. Así, aportó una evolución en las torsiones del lenguaje jurídico para abordar estos temas. Se refirió entonces a la noción de “experimentos de ingeniería social” ligada al estilo de vida, el cual no amerita ningún derecho especial. En este sentido, subrayó la bifurcación existente en los operadores jurídicos, por la jurisprudencia asentada sobre la noción de estilo de vida.

Teniendo en cuenta estos fallos contrarios a la ampliación de ciudadanía sexual, precisó que esta clase de derechos sin deberes, Kant lo denominó “derechos imperfectos”. Finalmente, distinguió dos ideas de derecho: como pretensión y como libertad.

Hacia el final de la reunión, Diana Maffia abordó la ampliación de la ley del matrimonio y el debate por la ley de identidad, señalando que “para que tal camino pudiera recorrerse con tal velocidad durante décadas y persistentemente el movimiento por los derechos de la diversidad sexual sumó activismo, y reflexión política y teórica, además de respaldos académicos”. De tal modo, opinó que el proyecto toca un punto clave del sistema sexo-género que es la dicotomía sexual. Explicó que con el proyecto, no se requiere la participación de peritos o expertos que determinen la adecuación del cambio solicitado.

Para finalizar, aseveró que la identidad sexual constituye un aspecto importante de la identidad personal, toda vez que el derecho a la identidad es básico y personalísimo, como lo es también reconocer la autoridad epistémica sobre el cuerpo, la sexualidad y el género.