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Año XV - Edición 278 01 de diciembre de 2016

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Jornadas sobre la Organizaci髇 Mundial del Comercio: evoluci髇 y evaluaci髇

  • Notas

Los días 7 y 14 de noviembre tuvieron lugar las Jornadas sobre la Organización Mundial del Comercio: evolución y evaluación en el Salón Verde. Las mismas fueron organizadas por el CEIDIE.

El día 7, bajo el título “Organización Mundial del Comercio: ¿parálisis o relanzamiento?” expusieron Matthew Kennedy, Valentina Delich y Eduardo Tempone. Para comenzar, Sandra C. Negro presentó a los disertantes. Tras esto, Matthew Kennedy destacó que la idea de que si la OMC no logra nuevos acuerdos y normas, esto es un fracaso para la organización es muy popular en la prensa. “Para saber si esto es verdad, tenemos que preguntar cuáles son las funciones de la OMC. La OMC tiene muchas funciones importantes y relevantes más allá de las negociaciones”, resaltó. Primeramente, la administración y seguimiento de sus acuerdos, siendo aproximadamente 19 acuerdos firmados en 1994 que siguen en vigor. La segunda función es la solución de controversias y la tercera función es crear un foro para negociaciones. “Podemos preguntar si cumple o no estas tres funciones. La OMC tiene ciertos logros en cada una de sus funciones”, remarcó.

Valentina Delich, a su turno, consideró que en la OMC “estamos muy entrapados en esto de las grandes rondas de negociación, al estilo de lo que la Ronda Uruguay. Nos tienen con el parámetro de la Ronda Uruguay, entonces cualquier ronda que no sea grandiosa es un fracaso”. En este sentido, señaló que “estamos entrampados en el ejercicio de una ronda en medio de un escenario que no solamente es cambiante sino que también es incierto”. De esta manera, describió que hay mucha incertidumbre con relación a cómo se van terminar de configurar los modos de producción, el poder económico y el poder geopolítico. “Es en ese marco de incertidumbre y de reconfiguración en el cual la OMC está también inserta”, sostuvo.

A su turno, Eduardo Tempone hizo foco, entre otros puntos, en el debate sobre la crisis de la adaptabilidad en la OMC. En este marco, hizo mención de una nueva configuración del poder económico mundial, “pero esa transformación naturalmente va acompañada de un cambio tecnológico fenomenal, esto ha alterado las matrices tradicionales del comercio y esto hace que a una institución como la OMC le cueste adaptarse a los nuevos tiempos”. Generalmente, comentó, el cambio de mentalidad y de las instituciones es muy lento.

El 14 de noviembre se realizó la segunda jornada, la cual se enfocó en “Controversias comerciales: evolución de la jurisprudencia de la OMC”. Así, para comenzar, Matthew Kennedy hizo alusión a varios temas: la condición normativa de la jurisprudencia, el método de interpretación, críticas de aspectos de la jurisprudencia de forma general y vínculos con las negociaciones que no se desprenden de los informes. Con relación a por qué los precedentes no son vinculantes, Kennedy analizó: “Si miramos el final del artículo sobre el órgano de apelación, art. 17 apartado 14, dice que los informes del órgano de apelación serán adoptados y aceptados sin condiciones, pero por las partes de la diferencia, no por todos. Los que no participan en la diferencia no están vinculados y esto es muy importante”, remarcó. Hacia el final sostuvo que la jurisprudencia de la OMC no debería tener una condición normativa.

Por su parte, María Manuela Moccero explicó que en la OMC hay acuerdos abarcados, entre ellos se encuentra el acuerdo anti-dumping. “El acuerdo anti-dumping trata de regular cómo los países que son miembros de la OMC tienen que llevar adelante las investigaciones, tienen que ser llevadas conforme al acuerdo anti-dumping, pero también da definiciones sustantivas, define qué se entiende por dumping”, remarcó. De esta manera, añadió que la OMC en el acuerdo anti-dumping dice cómo debe ser determinado ese dumping. “Lo que se hace es tomar en cuenta las ventas de ese productor bajo investigación, pero muchas veces el acuerdo también prevé que puede darse que no haya lo que se conoce como operaciones comerciales normales, cuyo alcance no está definido exactamente en la jurisprudencia y por eso tienen cierta libertad las autoridades investigadorafras”, desarrolló.

Finalmente, Sandra C. Negro hizo una evaluación en cuanto al comportamiento de los países en desarrollo frente al sistema multilateral de comercio y específicamente en la utilización del Entendimiento sobre Solución de Disputas. En este sentido, subrayó: “Las resoluciones de disputas tienen un precedente bastante sustantivo en la práctica llevada a cabo durante la vigencia del sistema GATT, entre 1947 y 1995”. Asimismo, destacó que la ventaja fundamental según la mayor parte de la doctrina fue que el sistema ponía un límite a la utilización de sanciones unilaterales en el comercio internacional. “Había dos normas precedentes en el GATT de 1947, los arts. 22 y 23, esos dos artículos eran los que habían regido para solucionar las disputas entre 1947 y 1995. Esas dos disposiciones no se deben olvidar porque están hoy vigentes”, adicionó Negro.