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Año XVIII - Edición 332 12 de diciembre de 2019

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Jornada sobre derecho financiero desde la perspectiva de género

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Con la organización en conjunto del Centro de Estudios de Derecho Financiero, la Carrera de Especialización en Derecho Tributario, la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), el Departamento de Derecho Económico y Empresarial y el Tribunal Fiscal de la Nación, el 19 de noviembre se llevó adelante una jornada sobre derecho financiero desde la perspectiva de género.

En el Salón Verde, brindaron su aporte Horacio Corti, defensor general de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Candelaria Botto, coordinadora de Economía Femini(s)ta, y Agustina O’Donnell, vocal del Tribunal Fiscal de la Nación.

Fabiana Schafrik de Nuñez, vocal de la Cámara de Apelaciones CAyT, ofició de moderadora y brindó una breve introducción. “Vivimos en una sociedad altamente desigual donde aún hoy pasados casi veinte años del siglo XXI no todos acceden en igualdad de oportunidades al goce de los derechos sin sufrir algún tipo de discriminación”, sostuvo y puntualizó: “Hoy nos reúne hablar de la discriminación que involucra al colectivo femenino para pensar desde la perspectiva financiera herramientas que contribuyan a revertir esta desigualdad. El mercado de consumo y el mercado laboral como también la economía han sido herramientas útiles para acentuar y permanecer en esta opresión sistemática de las mujeres”. Y enfatizó que “se requieren medidas de acción positiva por parte del Estado que tiendan a desarticular la brecha de la desigualdad de género y discriminar para revertir la discriminación”.

A continuación, tomó la palabra Horacio Corti, quien reconoció la importancia de que haya actividades en este marco en el mundo del derecho financiero en la Facultad.

Luego explicó que él observa la conexión entre la cuestión de género y el derecho financiero desde una perspectiva más general de derechos humanos, tal como se desarrolla la práctica del derecho internacional de los derechos humanos. En este sentido, destacó que “en general causa sorpresa hablar de la política fiscal en el marco del derecho internacional de los derechos humanos y, sin embargo, la propia práctica de ese derecho internacional ha desarrollado toda una doctrina sobre la política fiscal, es decir, los diferentes órganos del sistema universal, como es el Comité DESC, han hecho con mayor o menor intensidad reflexiones, consideraciones, recomendaciones y reglas sobre cómo debe ser la política fiscal de los Estados como consecuencia de haber suscripto a algunas de las convenciones del derecho internacional”. Asimismo, especificó que, en este marco, “la reflexión se originó en el ámbito del presupuesto y del gasto público, es decir, se empezaron a pensar reglas y directivas que limitan la discrecionalidad presupuestaria de los Estados a la luz de los tratados internacionales de derechos humanos”.

Por otro lado, contó que desde una iniciativa del Center for Economic and Social Rights “actualmente, estamos redactando unos principios de derechos humanos y tributación aplicables al sistema interamericano de derechos humanos, uno de cuyos puntos se refiere a la igualdad y uno de sus subaspectos se refiere a la cuestión de género”.

Seguidamente, Candelaria Botto se refirió a “la necesidad de incorporar la perspectiva de género en todo el ciclo presupuestario y también pensar la perspectiva de género como parte de una perspectiva de derechos humanos, entendiendo la importancia de tener un análisis interseccional en el sentido de tener en cuenta el género, la raza, la clase social y, en este punto, también hacer un llamado de atención porque en nuestras estadísticas públicas no tenemos datos sobre la población travesti y trans y en ese sentido nos quedan por fuera de la visibilidad y del hacer políticas públicas porque no tenemos ni siquiera un estado de situación”. Y enfatizó “la neutralidad en el presupuesto lo que hace es ser ciega al género”. En esta línea argumental, explicó que “las mujeres que sí entran al mercado de trabajo lo hacen en condiciones mucho más adversas que sus compañeros varones. Tenemos tasa desempleo más alta, tasa de subocupación horaria más alta, es decir, que tenemos mayoría de trabajos de media jornada que obviamente tiene que ver con las jornadas de trabajo no pagas y que por ende quedan por fuera de este circuito”.

Más adelante, desarrolló: “Esta realidad que nos evidencian nuestras propias cuentas oficiales no coincidían con un presupuesto que no tenía en cuenta esto y la principal traba es que la teoría económica hoy en día se basa en la síntesis neoclásica keynesiana con la metodología del individualismo metodológico donde ese individuo que se suponía que representaba al conjunto de la sociedad solo evidenciaba la realidad de los varones cis, blancos y heterosexuales y en muchos casos incluso dentro de los ejercicios económicos estábamos hablando de varones que eran propietarios”.

Agustina O’Donnell, a su turno, comenzó su ponencia recordando una frase de Calvo Ortega, catedrático español, de que el impuesto es la herramienta más eficaz para reducir las desigualdades sociales y para la puesta en marcha de políticas orientadas a la igualdad. “Entonces, hace un tiempo que venimos analizando cuánto se puede hacer desde el lado financiero y de las políticas tributarias en el marco de las políticas orientadas hacia la igualdad de género y hacia la igualdad de los más vulnerables”, resaltó.

Además indicó que entre otros requisitos de las democracias modernas y de calidad que se buscan es que estas puedan y sepan receptar las demandas sociales de la población: “Hay una demanda de que estos temas sean receptados. Y creo que en la reforma constitucional en el 1994 se receptan demandas al introducir el artículo 75 inciso 23, donde se legislan las medidas de acción positiva o de discriminación positiva que son importantísimas en materia de políticas de género orientadas hacia la igualdad de género porque son esos instrumentos que permiten equiparar en la desigualdad”.