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Año VIII - Edición 155 17 de diciembre de 2009

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Jornada en homenaje al Dr. Roberto Gavaldá

  • Notas

Con motivo de la donación de la valiosa biblioteca de economía del Dr. Roberto Gavaldá al Departamento de Ciencias Sociales de esta Facultad, conteniendo 280 libros, el 19 de noviembre en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho se reunieron en su homenaje los Dres. Felipe Tami, Daniel Sabsay, Eduardo Conesa y la Emb. Lilian O´Connell de Alurralde. El moderador de la actividad fue el Dr. Marcelo Bruno Dos Santos, quien señaló que en 1962 el Dr. Roberto Gavaldá obtuvo el título de contador público, en 1968 la Licenciatura en Economía Política y desempeñó diversas funciones como economista en organismos oficiales. De esta manera, en 1974 fue designado representante argentino ante el Banco Mundial y enviado a Washington, fue Director Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional en representación de Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay y Uruguay desde 1974 hasta 1976. Falleció el pasado 2 de octubre a los 71 años.

Para dar inicio, el Dr. Felipe Tami transmitió un testimonio vivencial de su personalidad, por la condición de amigo que mantuvo con él, creando entrañables lazos de unión. De tal modo, afirmó que “el modo en que se vive es siempre un reflejo de lo que alguien es y de los rumbos que lo orientan en lo profundo de su ser”. En virtud de ello, trajo al presente recuerdos y vivencias que siguen teniendo actualmente la misma intensidad de siempre. Señaló entonces que era un hombre de bien, que vivió siempre desde la inspiración de una clara escala de valores y comentó que supo transitar con invariable fidelidad a si mismo los caminos que le fueron deparados, sin que sus convicciones profundas lo alejaran de una visión realista de los hechos y las personas. Observó además que todos los tramos de su vida estuvieron marcados por la rectitud así como por la lucidez mental, el equilibrio del espíritu y el coraje de la autenticidad, teniendo siempre una actitud cordial y modesta. A su vez, aclaró que si bien las referencias a las actividades profesionales del Dr. Gavaldá han apuntado comúnmente a su condición de economista, resulta incompleta ya que recorrió múltiples campos y asumió una variedad de funciones entre la docencia y la consultaría, el sector público y el privado, en el ámbito nacional e internacional.

Seguidamente, el Dr. Daniel Sabsay recordó que lo conocía hace 30 años y era una persona destacada, sumamente preparada, con una experiencia internacional notable. Describió su sorpresa por la modestia, sencillez y la capacidad maravillosa de comunicación que tenía, así como también contaba con una amplia cultura. Anunció que la donación realizada por este economista a la Facultad de Derecho manifiesta su multidisciplinariedad y diversidad, su capacidad de entender distintos pareceres y diversos conocimientos. Postuló también que realmente tenía vocación pública, una honestidad y entereza absoluta, que “son valores difíciles de encontrar en los hombres públicos”, opinó. Aseveró asimismo que resulta un rasgo sumamente útil que un economista que sirve a lo público también oriente a aquellos que se desarrollan en el sector privado

A su turno, la Emb. Lilian O´Connell de Alurralde advirtió que la diplomacia requiere un enfoque multidisciplinario de la realidad, sin el cual corre el peligro de desmembrarla a partir de un reduccionismo. Hizo mención a que el Dr. Gavaldá aceptó colaborar como coordinador de un curso sobre relaciones internacionales con el apoyo del gobierno de Italia, destacando su dedicación, simpatía y paciencia tanto con los profesores como con los alumnos provenientes de distintas disciplinas. Asimismo, aseveró que fue parte de una generación que experimentó un extraordinario florecimiento de las ciencias sociales, que durante varias décadas otorgó carácter hegemónico a la economía, momento en el cual el mundo discutía sobre el desarrollo y sus descontentos, la planificación y libertad de comercio, se abrían y cerraban instancias entre este y oeste, norte y sur. Subrayó entonces que su actuación profesional llegó a alcanzar la mayor importancia en la defensa de los intereses nacionales en los cargos desempeñados en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional. A su vez, tenía un sentimiento solidario de la vida y el privilegio de benevolencia natural, no exenta de una singular picardía. Para concluir, remarcó que esta donación celebra su vocación docente y su espíritu investigador, ya que en gran parte somos los libros que hemos leído.

Posteriormente, el Dr. Eduardo Conesa resaltó que existía una aureola de prestigio que rodeaba toda la familia Gavaldá, mencionando que lo conocía desde 1951 cuando ingresaron al primer año del Liceo Militar General San Martín como cadetes reclutas de la 13º promoción, donde el brillo intelectual de los estudiantes era fundamental. Además, evocó un pensamiento traído del semanario The Economist, el cual sostiene que “Estados Unidos gustan pensarse a si mismo como una corporación de la meritocracia, un país donde la gente es juzgada sobre la base de sus capacidades individuales antes que por sus contactos familiares; desde el comienzo, los norteamericanos creyeron que la igualdad de oportunidades les daba una ventaja sobre el viejo mundo”. En tal sentido, aludió a que el Dr. Gavaldá además de economista, era un agudo observador de la realidad social y de la estructura de las clases sociales.

Por último, destacó que tenía pasión por las ideas que lo animaban y realizaba el arte de conversación dentro de la Universidad y fuera de ella.

Hacia el final, el hijo del Dr. Gavaldá, Juan Marcelo, en nombre propio y de sus tres hermanos, brindó unas palabras de agradecimiento por el homenaje que se rindió a su padre.