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Año XVI - Edición 293 19 de octubre de 2017

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XVIII Jornada de Derecho de la Integración

Integración y género

  • Notas

El pasado 27 de septiembre en el Salón Azul se llevó adelante la XVIII Jornada de Derecho de la Integración: “integración y género”, organizada por la ONG Mujeres para la justicia, la Cátedra de Derecho de la Integración (Dr. Calogero Pizzolo) y la Cátedra Jean Monnet (UBA).

Con la coordinación de Jazmín Blanchimann (miembro de la ONG Mujeres para la Justicia y jueza de Familia de la provincia de Buenos Aires), participaron en calidad de expositores Claudia Celerier (presidente de la ONG Mujeres para la Justicia, jueza en lo Civil y Comercial de la provincia de Buenos Aires), María Alejandra Merlo (vocal de la ONG Mujeres para la Justicia y asesora de Incapaces de la provincia de Buenos Aires), Agustín Fabbricatore (profesor adjunto en Derecho de la Integración) y María Luisa Storani (parlamentaria del Mercosur).

En primer lugar, Andrea Mensa manifestó que “estamos trabajando en la formación de un centro de excelencia de estudios sobre integración y dentro del centro la temática principal es cómo los derechos humanos en general pueden colaborar en el fortalecimiento de los procesos de integración y viceversa”. Asimismo, indicó que hay problemáticas comunes desde el Mercosur que hacen que se tengan que enfrentar desafíos de forma conjunta entre los distintos países que integran el Mercosur y aquellos países que no lo integran pero que están llamados a colaborar. Además, resaltó que las temáticas relacionadas con el género, merecen una protección especial en los procesos de integración.

Seguidamente, Jazmín Blanchimann presentó la jornada para luego cederle la palabra a Claudia Celerier. “Mujeres para la justicia nació desde una inquietud compartida de todas nosotras, que estamos en el ambiente jurídico, que nos generaba vivir en una sociedad que no es ni equitativa ni igualitaria”, comenzó diciendo la jueza.

Luego, brindó una serie de datos que forman parte del resultado de la investigación que hizo para su tesis doctoral, que tiene que ver con cómo juzgan los jueces civiles a las personas en situación de pobreza, en particular a niñas y mujeres. “Básicamente, estudié el prejuicio de los jueces civiles hacia las personas en situación de pobreza en un ámbito patrimonial”, explicó. La oradora trató de encontrar evidencias de prejuicio y para eso tomó tres aspectos: el resultado del proceso, el monto indemnizatorio otorgado y el discurso de los jueces en las sentencias. En este marco, contó que los resultados más llamativos se dieron cuando tomó casos de niños y niñas. “En casos de niños de clase media, los jueces otorgan el daño estético como contenido patrimonial porque consideran que ese daño estético los va a afectar en sus futuras relaciones de trabajo”, sostuvo. En contraposición, en los casos de niñas en situación de pobreza con cicatrices, los jueces no otorgaron el daño estético como daño patrimonial.

Por su parte, María Alejandra Merlo compartió con el público que “estamos celebrando un fructífero año de trabajo y de reflexión con un grupo de mujeres que hemos entendido el precepto de la antropóloga y etnóloga mexicana, María Marcela Lagarde y de los Ríos, de la sororidad. Es un concepto que viene a ponerse a la vanguardia porque lo que tiene que ver con él es la hermandad”.

Por otro lado, recordó que cuando ella ingresó a la Justicia en el año 1987 no existían las Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad. Estas reglas establecen que las personas vulnerables serían los niños, los ancianos, los migrantes, las poblaciones indígenas, los privados de libertad y las mujeres que son victimizadas por su género.

“A partir del siglo XX, se lograron grandes conquistas pero, sobre todo, desde el plano normativo, a partir de 1979 en el que Naciones Unidas dicta la maravillosa Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), el mundo de las mujeres comenzó a cambiar”, detalló y puntualizó que en el año 1994 se sancionó la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, que vino a suplir la falta de la CEDAW con relación a la violencia contra la mujer.

Más tarde, Agustín Fabbricatore se enfocó en la actualidad en materia de género en el ámbito de la Unión Europea, desarrollando jurisprudencia reciente del Tribunal de Justicia en torno a la temática y la aplicación del Reglamento de Dublín III con perspectiva de género.

Finalmente, María Luisa Storani desarrolló su exposición sobre la temática de género en el ámbito del Mercosur, la legislación regional y la agenda de trabajo en el Parlamento, además de explicar sobre este último la situación en el marco institucional actual.