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Año XX - Edición 353 29 de abril de 2021

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Integración jurídica internacional y COVID-19: ¿Qué pudimos haber hecho mejor Brasil y Argentina?

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El 14 de abril de 2021 el Departamento de Ciencias Sociales y la Dirección de Posgrado organizaron la actividad "Integración jurídica internacional y COVID-19: ¿Qué pudimos haber hecho mejor Brasil y Argentina?", que contó con la participación de los/as profesores/as Gislene Cremaschi Lima (Brasil), Cleber Couto (Brasil), Luciana Scotti (Argentina) y Jorge Berbere Delgado (Argentina).

La presentación estuvo a cargo del profesor Ricardo Rabinovich-Berkman, director del Departamento de Ciencias Sociales. Coordinaron Nelson Basile Neto (Brasil) y Elizabeth Silva (Argentina).

A su turno, Luciana Scotti se refirió al Mercosur en el marco de la pandemia. “El Mercosur, que involucra a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, estaba cumpliendo sus primeros treinta años. Lo cierto es que cuando uno hace un balance de nuestro proceso de integración advierte que ha habido muchas deficiencias en este proceso, que se dio con una mirada muy económica en sus inicios”, introdujo y se refirió a qué podrían haber hecho Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay durante la pandemia: “Una negociación conjunta para todo lo que tiene que ver con los insumos sanitarios, pero principalmente la negociación de las vacunas, desde el Mercosur. Es decir, desde un proceso de integración que busca su inserción internacional en el mundo y tiene, dentro de sus principales objetivos, buscar un mejor posicionamiento en el mundo de estos países en desarrollo”.

Por otro lado, señaló que “siempre la comparación está presente y normalmente en esa comparación se mira al proceso de integración por excelencia que es la Unión Europea (UE). Lo cierto es que la UE ha tenido también sus deficiencias, porque las hemos tenido todos a nivel global (...), pero los estados europeos dentro del marco de la UE realizaron desde los inicios de la necesidad de enfrentar esta situación una plataforma de intercambio de datos para investigadores en temas de salud pública, infectología y el COVID-19”. Y detalló: “Los 27 estados optaron por estar dentro de esta estrategia porque entendieron que era la mejor manera de posicionarse en el mundo para la obtención de las vacunas (...). Y se obtuvieron cuatro para cada ciudadano europeo, evidentemente, sobran las vacunas para los ciudadanos de la UE”.

Asimismo, planteó: “En el sistema centroamericano de integración que vincula a países como Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras y El Salvador encontramos que han tenido una estrategia conjunta. No ha tenido las mismas alternativas y posibilidades que se están dando en el ámbito europeo, pero avanzaron hacia una estrategia y entendieron que había una crisis sanitaria global con un particular impacto a nivel regional en donde era necesario tanto buscar los objetivos en materia de salud como también los objetivos en el ámbito económico y guiarse por el principio de solidaridad”.

Más adelante, agregó: “En el caso del Mercosur desde el minuto uno no se hizo nada y no solamente no se advirtió que el Mercosur podía ser una plataforma para un mejor acceso a las vacunas, sino que en el ámbito de negociaciones comerciales, en Argentina, se fue para atrás”. Y reflexionó: “Creo fervientemente que la integración regional de nuestros países es posible, pero queda un largo camino en ese sentido (...). Ojalá podamos en algún momento ponernos de acuerdo, dejar las diferencias de lado, dejar las posiciones ideológicas y coyunturales de un presidente o de otro que hacen que el Mercosur en definitiva y el proceso de integración que nos toque se termine diluyendo”.

Por su parte, Jorge Berbere Delgado expresó que “en estos últimos años tenemos una construcción de nuevas realidades que fueron diagramadas a partir de los avances y ditirámbicos de la biociencia, de la biotecnología, y también ingresamos en una era planetaria, en una era de la globalización. Estamos en pleno apogeo antropocéntrico, en la hiperinflación en la economía del conocimiento y, también, lamentablemente, en la era del calentamiento global”.

En cuanto al manejo de la pandemia, comentó: “Cuando vemos y escuchamos los discursos tanto del presidente brasilero como del presidente argentino en una disputa sin sentido parece que no están tomando conciencia de la gravedad actual. No estamos aprendiendo mucho”. Y agregó: “Estamos enfrentando día a día una postura dentro de un manejo de confort. Cada uno se ubica dentro de aquel sector que dice o que piensa igual que nosotros, construyendo enfrentamientos día a día a través de la famosa grieta”.

Seguidamente, sostuvo que “hay dos enseñanzas que nuestro pueblo también tiene que enfrentar y aprender que es la humildad, como primera cuestión, y la segunda cuestión es la prudencia”. En este marco, aseveró que “somos sujetos sobreexigidos con una única meta y una única ética que es la eficiencia y la optimización personal, así continuamos un proyecto de vida indiferente a todo lo que nos rodea en una sociedad del rendimiento y transformándonos en una sociedad del cansancio”. Y puntualizó que “la prudencia no significa no tomar riesgos. Por el contrario, la prudencia es tener una mirada en perspectiva futura, cosa que no estamos haciendo. Es la capacidad de obrar evitando que se produzcan acontecimientos disvaliosos, tomar decisiones, pero decisiones que beneficien a todos”.

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