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Año XXI - Edición 376 07 de julio de 2022

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Impacto de la bioética en tiempos de hiperinformación

  • Notas

El pasado 16 de junio, en el Salón Azul, se llevó a cabo la jornada "Impacto de la bioética en tiempos de hiperinformación". La actividad fue organizada por el Seminario Permanente de Investigación en Bioética (directores: Noemi Rempel y Jorge Carlos Berbere Delgado), perteneciente al Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales "Ambrosio L. Gioja".

Participaron en calidad de expositores/as: Jorge Berbere Delgado (Derecho - UBA), Carmen Fontan (profesor titular de Derecho Constitucional, UNT), Enrique Del Percio (Rector de la USI, Derecho, UBA), Santiago Cantón (Consejo Interamericano de Derecho Humanos) y Carlos Pagni (periodista). Noemí Goldsztern de Rempel (Derecho - UBA) moderó el intercambio.

Tras la presentación de la profesora Noemí Goldsztern de Rempel y las palabras del vicedecano Marcelo Gebhardt, expuso el profesor Jorge Berbere Delgado. En su presentación, se preguntó sobre la relevancia de hablar hiperinformación en la actualidad. “Los medios han cambiado profundamente. Hoy el medio fundamental es lo que hablamos de la autopista digital. ¿Pero cuáles fueron las consecuencias? ¿Cuáles fueron las consecuencias de estos avances que nos llevan realmente a estar o pretender constantemente estar informados en el marco global? Y se plantean distintos interrogantes, distintas situaciones y algunos aspectos también inimaginables que impactan profundamente en la vida de cada uno de nosotros”, señaló.

En ese sentido, indicó que “hoy nos encontramos en el marco de un régimen de información que se expresa de una manera, que podemos disentir, pero es cómo una penetración y dominio donde la información a través del algoritmo y de la inteligencia artificial pueden traer como consecuencia establecer pautas de direccionamiento, sesgar el pensamiento, procesos sociales, poner pautas direccionadas en procesos sociales, culturales, políticos, económicos”. Prosiguió: “Hay una distorsión, una confusión entre lo verdadero, lo falso, el hecho objetivo, la opinión subjetiva. Y pasa muchas veces que hay una desconexión entre la realidad, entre lo fáctico, lo que realmente sucede y no sabemos si sucede y cómo sucede. Y ello nos hace perder la confianza”. Y aludió al autoconvencimiento: “Apelamos a una conducta de confirmación porque necesitamos esa conducta de confirmación. Necesitamos confirmar lo que escuchamos en función a una pulsión del deseo. Y es difícil saber muchas veces cómo estamos y dónde estamos parados”.

A continuación, Carmen Fontan señaló que “la bioética como ética aplicada a la vida nos permite a todos debatir sobre estas situaciones con una mirada distinta, con una mirada multidisciplinaria y tratar de asesorar con seriedad para resolver problemas que afectan a toda la gente, generaron inquietudes desde mediados del Siglo XIX. Hoy los medios se han hecho cargo, pero las dudas siguen presentes”. Organizó su exposición sobre la bioética en el marco del derecho latinoamericano. “Vincular la bioética con nuestra rica historia, con nuestra propia realidad regional es la que nos va a dar la posibilidad de retomar decisiones que efectivamente solucionen los problemas de los sentidos y la sociedad. Porque deben tener en cuenta en los sistemas políticos y económicos del contexto. Si no tenemos en cuenta este marco, difícilmente podremos dar respuestas operativas y positivas a la gente”, indicó.

En esa línea argumental, sostuvo que “si pensamos que en los países de Latinoamérica, la mayoría de la tecnología que se consume no se genera acá. Antes de encontrar soluciones al problema de la hiperinformación tenemos que tener en cuenta que el gran problema es la falta de accesibilidad que tiene la gente, la falta de poder aspirar a utilizar ese mundo digital”. Luego, analizó una serie de temas relacionados: la sociedad de la información, la educación en tiempos de hiperconectividad, los algoritmos y el derecho al olvido.

A su turno, Enrique del Percio aclaró que “no es la tecnología la que impacta tanto en la sociedad, sino que suelen ser las necesidades del sistema social las que generan determinado tipo de tecnología”. Recordó que en los años 70, las nuevas tecnologías informáticas y comunicacionales plantean un cambio muy profundo, tanto en torno a los medios de producción como a los medios de hacer la guerra. Profundizó en el impacto en el ámbito residencial, laboral y doméstico. “Nadie trabaja más en el mismo empleo. Una persona de 40 años que hoy va a pedir empleo y muestra en su hoja de vida que trabajó en un solo lugar, no va a ser bien visto. Hoy vos no conocés a tu compañero de trabajo. Por lo tanto, lo único que conocés del otro no es su historia, su trayectoria, sino lo que el otro te muestra y el otro te va a mostrar lo que consume”, expresó.

Asimismo, afirmó que “es muy difícil cuando vos no vivís con la misma gente, cuando hay cambios en el ámbito laboral, residencial, doméstico, vos estás solo. Es muy difícil aprender a vivir en común, es muy difícil tener una idea de algo así como la idea de pueblo”. En relación con lo anterior, manifestó: “Cuando tenés la crisis de autoridad dentro y tenés la crisis de autoridad de afuera, recuerden que autoridad viene de auctoritas -lo que te permite crecer-, cuando vos no te encontrás lo que te permite crecer, entonces vas a tener una fuerte crisis de autoridad”.

A su turno, Santiago Cantón consideró que “la generación actual es la que más insatisfecha está con la democracia comparada con las cuatro generaciones anteriores”. Comentó una investigación de la Universidad de Cambridge y un informe de Latinobarómetro de 2018. “Hay bastante consenso generalizado que la democracia no resolvió los problemas de la gente”, enfatizó. “Si ese es el único motivo, posiblemente esto sea parte de una ola y volvamos a vivir períodos con fuerza y con gran impulso democrático. Pero para poder llegar a esa conclusión tenemos que saber si no han ocurrido hechos en las últimas décadas que son distintos a épocas anteriores y que no hayan modificado la realidad de manera tal que los factores que estén debilitando la democracia sean distintos a los tradicionales”, postuló.

Seguidamente, retomó la pregunta por el impacto de las nuevas tecnologías: “Hay muchísimos estudios que plantean el grave impacto para la democracia que está teniendo, que han tenido los avances tecnológicos, en particular los relacionados con Internet y los medios de comunicación social”. Y puntualizó que “una democracia tiene por lo menos dos aspectos que son esenciales y que creo que están siendo afectados muy negativamente: el diálogo y la búsqueda de consensos”.

Por último, Carlos Pagni indicó que las nuevas tecnologías conllevan una paradoja. “Tenemos la sensación de que hay cosas que se empobrecen. Hoy, encontrar la verdad es como encontrar una aguja en un pajar. A su vez, nunca tuvimos tanto acceso a la información como ahora. Es verdad que me pueden manipular. Pero probablemente nunca yo logré conocer tanto al que me manipula como ahora”, explicó.

A continuación, se refirió al ejercicio del periodismo. “La función mía es emancipar a mi lector de prejuicios, que pueda elegir mejor a quien gobierna, que pueda decidir mejor como ciudadano, que pueda decidir como consumidor. Por eso a mí la ley me da un determinado marco de protección, porque lo está protegiendo a él. Ahora nos encontramos con que el avance de la industria de la información pone a la prensa en la situación de ofrecer lo contrario.”, describió.

En esa misma línea argumental, destacó que “el algoritmo hace me acerque a la información que yo ya quiero tener. Me acerque al medio al que ya estoy acostumbrado y finalmente va produciendo lo que se llaman las cámaras de eco. Es decir, me meto en una burbuja donde lo que escucho es lo mismo que opino. El sistema me devuelve mi propia voz, mi propia mentalidad, mis propios prejuicios, mi propias opiniones. Y esto sí afecta enormemente la calidad democrática, porque la democracia supone el diálogo de lo diverso”.