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Año XIV - Edición 254 10 de septiembre de 2015

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III Mesa de Poesía y Derecho: Homenaje a Jacobo Fijman. Poesía, Derecho y Salud Mental

  • Notas

El 21 de agosto pasado tuvo lugar en el Salón Azul de la Facultad de Derecho la III Mesa de Poesía y Derecho, esta vez realizada en homenaje a Jacobo Fijman. El evento fue organizado por el Departamento de Ciencias Sociales y coordinado por su director, Ricardo Rabinovich-Berkman.

Para comenzar, Ricardo Rabinovich-Berkman expresó que Jacobo Fijman no es un nombre que pasa desapercibido y se sabe que tuvo importancia, aunque la mayoría de las personas no lo ha leído. “Estoy bastante contento de haber descubierto a Fijman y estuve totalmente de acuerdo con Guido en dedicarle este encuentro”, declaró. Fijman, a diferencia de otros homenajeados, no estudió derecho y no se recibió en la UBA. En este sentido, puntualizó que el vínculo se da en el tema de la salud mental. “Los juristas escriben enormes capítulos acerca de la demencia y normalmente no sabemos un comino de la demencia”, sostuvo.

Seguidamente, Vicente Zito Lema entendió que “hablar de Fijman es hablar de alguien a quien quise mucho y que sufrió mucho”. De esta manera, consideró que su sufrimiento está ligado a causas que aún organizan el pensamiento y la práctica del poder en la Argentina, en todas sus formas. “La manera de pensar y la manera de poner los pensamientos en actos de la sociedad argentina ha desembocado en un mundo absolutamente injusto; diría Marx, en una reproducción material de la existencia; agrego yo, que solo existe para que el infierno exista en nuestras vidas”, señaló. Asimismo, aconsejó leer el Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal, donde aparece en el filósofo Tesler la figura de Jacobo Fijman. Entre otras menciones, indicó que Oliverio Girondo contó que había sido íntimo amigo de Fijman y que lo admiraba. “Haciéndolo un reportaje a Sábato también me comenta que había conocido a Fijman y me hablaba maravillas”, remarcó. En resumen, analizó que “las principales figuras de la cultura que yo conocí a principios de la década del 60 me hablaban maravillas de un gran pintor, pensador, poeta, filósofo. Y luego venía una especie de sombra: nadie sabía si estaba vivo o si estaba muerto”. Por otra parte, describió que Platón en las categorías de los posesos, habla de dos categorías de la locura: la locura de los poetas y la locura de los que aman. “Después estará toda la obra de Freud, también Freud va a sospechar y escribir que el enamoramiento es una de las formas, más que de neurosis, incluso de psicosis, o sea que toma las propias categorías de Platón”, adicionó. Del mismo modo, Zito Lema explicó que Freud, cuando se refiere al proceso creador en el arte específicamente, habla de la incidencia de “lo que podemos llamar los desvaríos, en lengua de estos tiempos, la psicosis, en la producción del arte”. Hacia el final, recordó el entierro de Fijman en el cementerio de la Chacarita. “Poco después yo me fui al exilio. Cuando vine, el cuerpo de él había desaparecido. Pero se pueden leer sus libros y podrán entrar en el maravilloso universo de uno de los poetas que dio realmente felicidad a la poesía de Argentina”, finalizó.

Luego, Guido Leonardo Croxatto opinó: “Nosotros tenemos una especie de insatisfacción generacional con el Derecho que recibimos, y por eso hacemos poesía, para hacerle decir cosas nuevas al Derecho. La poesía es subversión y nosotros queremos ser subversivos”. Asimismo, el orador se manifestó en contra de un Derecho que discapacita a las personas, que declara y encuentra enfermos discapacitados y personas “inválidas” como personas. “Para el Derecho solo puede haber personas”, adicionó. Croxatto también comentó que Eduardo Luis Duhalde le enseñó, por un lado, a no ser moderado y usar la inteligencia para ser corrosivo y crítico. Por otro lado, le enseñó que “el silencio no es alud, que en nombre del ‘estar en silencio’ se mata y encierra a las personas, se las caratula y se la hace vivir un infierno sin nombre, como el infierno que vivió Fijman”.

Por su parte, Julián Axat leyó dos poemas, uno de Fijman (El Molino) y un poema de su propia autoría, dedicado a pensar la locura y la forma en que el Derecho construye la razón.

“Yo me fui al exilio. Cuando vine, el cuerpo de él había desaparecido. Pero se pueden leer sus libros y podrán entrar en el maravilloso universo de uno de los poetas que dio realmente felicidad a la poesía de Argentina”, finalizó Vicente Zito Lema.