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Año IX - Edición 171 02 de diciembre de 2010

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Homenaje a Giuliano Vassalli (1915-2009)

  • Notas

El pasado 22 de octubre en el Salón Azul de la Facultad de Derecho se realizó una jornada en homenaje a la memoria del reconocido jurista italiano Giuliano Vassalli, cuya obra se ha divulgado y estudiado en muchos países de América Latina y España. En el acto estuvieron presentes los Dres. Roberto Bergalli, David Baigún, Eugenio R. Zaffaroni, Joaquín da Rocha y Alberto Filippi.

Para dar inicio al acto, el Profesor Emérito Dr. David Baigún -que desde hace décadas ha estado vinculado con el insigne jurista italiano- recordó que “la Facultad tenía una deuda pendiente con el profesor Vassalli, fallecido el 21 de octubre del año pasado, quien con su preclara personalidad, su fe republicana y su vocación por la defensa de las instituciones democráticas, bien merece este homenaje al cual brinda su caluroso apoyo la Decana Dra. Mónica Pinto, ausente debido a una misión fuera del país”.

Luego intervino el Dr. Alberto Filippi, filósofo de la Universidad de Roma La Sapienza, quien destacó como en esas mismas horas en Roma la Accademia dei Lincei y los juristas italianos le estaban rindiendo un homenaje similar recordando su figura.
Mencionó que Vassalli, si bien de una generación posterior, formaba parte junto a Calamandrei, Bobbio, Lelio Basso y La Pira, de ese formidable grupo de juristas que después de la hecatombe del nazifascismo y de la Segunda Guerra Mundial dedicaron sus esfuerzos a la reconstrucción jurídica de Europa y a la consolidación de la reciente república italiana. Dirigente del socialismo italiano desde 1962, diputado nacional y luego senador desde 1983 hasta 1987 fue Presidente de la Comisión Justicia del Senado y, posteriormente, Ministro de Justicia desde cuyo cargo fue promotor y redactor del célebre Códice di Procedura Penale que entró en vigor en 1991.

Filippi recordó que el homenajeado había conocido nuestro país en 1971, en ocasión de los 50 años del Código Penal pasando varios días en Buenos Aires junto a Giuseppe Bettiol, otro destacado penalista italiano. Conservó siempre un gran recuerdo de Argentina y siguió muy de cerca la resistencia y la lucha contra la dictadura. Fue y no acaso uno de los primeros juristas en Europa e Italia en celebrar y comentar el juicio a las Juntas Militares como fue el caso de una célebre conferencia dictada en Roma –citada por el profesor Filippi de julio de 1986- que es el primer texto que resalta la originalidad y la trascendencia de semejante sentencia.

Durante toda su vida académica y militante se ocupó de elaborar las bases teóricas y la ingeniería institucional que permitiera el ejercicio de una justicia internacional, deslindando y vinculando, al mismo tiempo, las esferas del “derecho penal internacional” y del “derecho internacional penal”, siendo uno de los artífices del Tribunal Penal Internacional. Su última aparición en público a los 94 años fue en un acto en el mismo lugar, Via Tasso 145 adonde en 1943 había sido brutalmente torturado por los nazis que ocupaban Roma. Ahora ese lugar es la sede del Museo de la Liberación adonde el 26 de enero del año pasado pronunció su último discurso titulado “Sin memoria no hay futuro”. 

Acto seguido, el profesor Roberto Bergalli de la Universidad de Barcelona recordó al destacado civilista Filippo Vassalli –padre del homenajeado-, quien, asimismo como lo fuera su hijo varias décadas después, también revistiera como Guardasigilli en el Ministero di Grazia e Giustizia italiano. De la misma manera destacó a su tío, Mario Angeloni, comandante de los italianos antifranquistas y antifascistas (miembro del Partito d’Azione) que luchó y falleció en Barcelona. Subrayó, a su vez, que Giuliano Vassalli haya sido coautor de la fuga de Sandro Pertini y Giuseppe Saragat recluidos por los nazis ocupantes de Roma.

Hizo también referencia a las múltiples y ricas actividades políticas e institucionales del homenajeado, entre las cuales vale remarcar su intensa vida parlamentaria y su enorme aporte a las reformas legislativas en el campo penal en Italia.

Luego, tomó la palabra el Procurador del Tesoro de la Nación, Dr. Joaquín da Rocha, quién recordó haber conocido a Vassalli gracias a la recomendación de David Baigún. “Yo había ganado la beca del Gobierno de Italia para hacer un posgrado de investigación en derecho penal y así fue que en octubre de 1978 viajé a Roma, donde tuve el gusto de conocer y apreciar las altas cualidades de quien iba a ser durante seis meses mi director de investigación. Vassalli era para ese entonces, con más de 60 años de edad, toda una eminencia en su país y en el mundo. A su larga trayectoria como profesor universitario, en ese entonces en la Università della Sapienza y abogado del Foro de Roma, agregaba un pasado casi mitológico como partisano de la segunda guerra mundial y una carrera política destacada dentro del Partido Socialista italiano. Era un momento muy especial de su vida. No ejercía cargo político alguno y estaba solamente dedicado a la abogacía y a la cátedra universitaria. Tiempo después supe que en ese mismo momento, el aciago año 1978 del secuestro y asesinato de Aldo Moro, había figurado nada menos que en una terna para la presidencia de la República italiana”.

Comento que Vassalli, además de los consejos sobre su investigación, se preocupaba por la situación política de la Argentina, en especial sobre las violaciones a los derechos humanos, bien conocidas en Europa, pero sistemáticamente ocultadas por la dictadura militar que gobernaba cruelmente en esos tiempos. “Gracias a su don de gente, tuve oportunidad de conocer su casa, una Villa sobre el Lungo Tevere Vallati en Roma, heredada de su padre, y donde departí con su gentil esposa, que al fallecer pocos años después, produjo su desconsuelo por el resto de la vida del Professore”.

Concluyó la jornada el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni, que tuvo el honor de conocer a Vassalli en un congreso internacional en México al final de los años ‘60. Citó varios párrafos de algunas de las obras del profesor italiano que constituyen un patrimonio invalorable de la ciencia jurídica europea democrática. También hizo referencia a la compleja relación que Vassalli y los penalistas italianos han tenido con el Código Rocco cuya abigarrada arquitectura, mezcla de ideologías recuerda la imponente Stazione Centrale de Milán.