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Año IV - Edición 74 15 de septiembre de 2005

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Homenaje a Germán J. Bidart Campos

  • Notas

Por Daniel Sabsay

Acaba de cumplirse un año de la muerte de Germán J. Bidart Campos. El recuerdo es constante y su obra la fuente permanente a la que recurrimos a la hora de dilucidar los temas más variados del Derecho Público. Sus opiniones suscitan un torrente de doctrina,  fundan prácticamente a todas las decisiones judiciales en las que se ventila alguna cuestión de orden constitucional. Innumerables congresos, seminarios, simposios, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo han sido dedicados a su memoria. Es más, de todo expositor que hemos escuchado en este lapso de tiempo, surge la necesidad de recurrir al pensamiento bidartiano para dar base a su palabra. Por supuesto que las aulas universitarias son testigos permanentes de la frecuencia en que es citado el gran maestro del derecho constitucional argentino. El impresionante talento de Germán hoy vive en la labor cotidiana a través de la cual se va construyendo el derecho.

Curioso el destino de este hombre, quienes tuvimos el honor de tratarlo cotidianamente recordamos con emoción que él dudaba sobre el valor de la inmensa obra que había realizado. Desde la humildad y la bonomia que tanto lo caracterizaban se interrogaba con pasión y profundo compromiso sobre el sentido de su esfuerzo. Era exageradamente exigente consigo mismo y conmovedoramente condescendiente con quienes se acercaban en búsqueda de algún apoyo.  Así contribuyó con su titánica labor en la formación de numerosas «camadas» de egresados de las facultades de derecho, tanto de universidades públicas como privadas, argentinas y extranjeras. La sola mención de su nombre es suficiente para que toda persona que actúe en el ámbito de las ciencias jurídicas, recuerde a Germán como a la figura determinante de su carrera o al menos de algún aspecto importante de ella.

Bidart tal vez sin percibirlo, fue en vida un hombre de un dinamismo fuera de serie, que mostró en todo momento una apertura hacia nuevas formas de pensamiento que le permitieron enriquecer la creación jurídica argentina. Es así como su palabra toma cuerpo a la hora de valorar los contenidos dogmáticos de la constitución, dejando de lado toda cortapisa que a partir de diferentes justificativos pueda resultar una valla a la jusdiciabilidad de los actos de gobierno. Al momento de enhebrar los sistemas nacional e internacional de derechos humanos no se puede sino recurrir a las ideas de Bidart Campos, ya que él como nadie expresó la necesidad de encontrar desde diferentes fuentes los puntos de apoyo que hicieran realidad el pleno reconocimiento de las libertades fundamentales. Son sólo dos ejemplos, la lista sería interminable y el inventario está contenido en las miles de hojas de los 70 libros y más de 3000 artículos producto de su incansable pluma. Así perdura su prédica que se agranda en el tiempo y el fenómeno habla por si solo de lo que significa la trascendencia de una vida y se constituye para los más jóvenes en un ejemplo para sus propias existencias.