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Año XIV - Edición 258 05 de noviembre de 2015

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¿Hay empoderamiento de la mujer en los grupos terroristas?

  • Notas

Conjuntamente organizado por SEMPITHIDIA, el Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP) y la Asociación Respuesta para la Paz, el pasado 29 de septiembre en el Aula 352 de Posgrado tuvo lugar un nuevo encuentro con Laura Balbuena González, Profesora de la Universidad Católica del Perú e integrante del Consejo Directivo del Observatorio de Género del Perú.

Para comenzar, Emiliano Buis explicó que la idea de estos seminarios es aprovechar “que tenemos profesores amigos expertos en muchos temas que nos interesan para invitarlos que se acerquen a la UBA y que nos comenten en qué están trabajando”. De esta manera, introdujo a la expositora, a quien describió como una experta en trabajos de género, y en particular, su relación con el terrorismo.

Acto seguido, la oradora expresó: “No hay duda de que la mayoría de las organizaciones subversivas que existen en el mundo están formadas básicamente por hombres. El terror tiene un rostro masculino”, explicó. No obstante, señaló que en los últimos años se ha visto que hay mujeres que están participando como bombas humanas. “En los conflictos armados en el Medio Oriente hemos visto que se ha incrementado el número de mujeres que participan y el número de organizaciones que las han acogido”. Esto significa un gran shock no solamente para los habitantes de las zonas donde ocurren los conflictos, sino también para las organizaciones y el mundo entero, “porque la violencia es vista todavía como una acción básicamente masculina, en la mayoría de las culturas”. El cuerpo femenino es visto como generador de vida. El acto violento que comete una mujer suicida provoca mayor rechazo por el género de quien lo comete que por la violencia del acto mismo.

En este sentido, mencionó el caso de la organización Sendero Luminoso, organización política maoísta peruana, cuyo accionar fue terrorista, donde la cantidad de mujeres que participaron en el accionar terrorista fue numerosa. “Esta participación tan grande fue una excepción”, remarcó. Otro caso mencionado por la oradora es de las mujeres bomba. “Cuando mueren los hombres bomba, a la prensa no le importa. En cambio, cuando es una mujer sí: se sabe el nombre, la edad de la chica”, describió. Del mismo modo, indicó que la prensa peruana, tanto como la prensa israelita, no podían concebir que las mujeres cometieran actos “poco femeninos que fueran en contra de su propia naturaleza”.

Con relación al concepto de terrorismo, sostuvo que se debe tener mucho cuidado cuando se utiliza esta palabra, porque se utiliza en el contexto internacional como sinónimo de fundamentalismo islámico. “Hay que separar esto. Si existe una carga religiosa fundamentalismo de terrorismo en el Medio Oriente, existe otra que es la secular, la lucha es nacionalista, no es religiosa”, añadió. Así, la expositora definió al terrorismo como el uso de la violencia sobre población civil desarmada en conflictos armados, ya sea por parte del Estado o de organizaciones subversivas, para lograr la intimidación, coerción o aterrorizar a un blanco específico.

Posteriormente, indicó que una mujer bomba es el caso más extremo de la poca importancia del cuerpo femenino. “Las mujeres no tienen poder político dentro de las organizaciones subversivas islámicas, a diferencia de Sendero, donde sí lo tuvieron”, comparó. De esta forma, la oradora explicó que la mujer está siendo usada al extremo. “Su cuerpo, que ya de por sí es objetivado en una sociedad patriarcal, se convierte en un mero objeto. Te uso porque contigo tengo mayor efectividad, no te uso porque te quiero dar más poder o te quiero reconocer”, expresó y agregó: “La mujer bomba es un objeto arma en las manos de los hombres que manejan los movimientos terroristas”.