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Año XIX - Edición 343 02 de septiembre de 2020

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Guía de conducta organizacional responsable en la pospandemia

  • Notas

El 7 de agosto el Centro de Derecho Ambiental organizó esta jornada que contó con la participación Adriana Rosenfeld (coordinadora de la Licenciatura en Información Ambiental Universidad Nacional de Luján) y Cristina Celia López (presidente de la Fundación el Otro).

Para comenzar, Cristina Celia López manifestó que el objetivo de base que se plantearon para realizar la guía desde la Fundación el Otro fue de qué manera se puede fortalecer la gestión organizacional como para poder afrontar la situación pospandemia. “Desde esta mirada aprovechamos este período de cuarentena desde el comienzo para terminar un proyecto que tenía varios meses y pudimos concluir esta guía de gestión de la conducta organizacional responsable que pretende ser una herramienta para que las organizaciones puedan adaptarse a la dinámica de transformación que se está instalando muy fuertemente”, comentó López y añadió que la idea es también establecer pautas para ver de qué manera las organizaciones pueden integrar en su estrategia y en sus operaciones un enfoque de sustentabilidad que dé respuesta a estas transformaciones que se espera de estas organizaciones por parte de las diferentes partes interesadas.
En esta línea argumental, explicó que “el concepto de partes interesadas corresponde a todas aquellas redes relacionales que la propia organización define en función de sus operaciones: los empleados o los trabajadores en general, los accionistas, los proveedores, la autoridad de aplicación. Todos los actores con los cuales se vincula la propia comunidad y que pueden llegar a afectar las decisiones de la organización o que la organización puede llegar a afectarlos”.

Por otro lado, indicó “los temas nuevos que se espera que se aborden tienen que ver no solamente con cuestiones de ética y transparencia, sino que se empiecen a realizar procesos genuinos de identificación de las expectativas y las necesidades de estas partes interesadas y ver de qué manera estos intereses y expectativas se integran en la estrategia de la organización (...), y que por supuesto se respeten los derechos humanos y laborales. Este es un tema central en la agenda a nivel internacional”.

Por su parte, Adriana Rosenfeld expresó que la guía es “el punto de partida para que las organizaciones puedan adaptarse a estos nuevos requerimientos de las partes interesadas que son tan diversos y a veces opuestos pero sin embargo es necesario involucrarse y llegar a tenerlos en cuenta”. Y reflexionó: “Toda esta adaptación no puede darse si no hay un propósito organizacional que incluya y que haya contemplado todas estas cuestiones pero que, además, ese propósito organizacional o empresarial en el caso particular de las empresas esté sostenido por este modelo de gestión que hemos llamado de conducta organizacional responsable”.

Asimismo, desarrolló: “Cuando hablamos de la actitud de las personas también entendemos que si no existen valores organizacionales y no son claros y no se transmiten a todos los demás integrantes a través de un fuerte liderazgo, no estaríamos hablando de la posibilidad de efectivizar una gestión de la conducta organizacional responsable. Estaría fallando el modelo de gestión si no se hubiera establecido el propósito, si no se hubieran aclarado cuáles eran los valores y no se transmitieran a través del liderazgo”. Y planteó: “Si no se está familiarizado con el concepto de gobernanza es importante notar la diferencia entre lo que es gobernanza, órgano de gobierno y gestión. Acá nos estamos refiriendo a supervisar, a rendir cuentas, pero la parte de gestión sería más aquella que tiene que ver con los que trabajan en sistemas de gestión llaman la alta dirección. Hay una diferencia en cuanto a cuál es la lógica y lo esperable en su funcionamiento”.

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