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Año XIV - Edición 255 24 de septiembre de 2015

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Encuentros de Derechos Humanos
Desafíos del activismo en Derechos Humanos

  • Notas

El 3 de septiembre pasado el Centro de Derechos Humanos (CDH) invitó a la Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, para hablar sobre los desafíos del activismo en derechos humanos.

Para comenzar, Martín Sigal, Director del CDH,presentó a la expositora y explicó el objetivo de este tipo de encuentros. Tras esto, Mariela Belski,respecto a Amnistía Internacional, describió que se trata de un movimiento de personas. “Amnistía Internacional no se dice a sí misma ‘somos una ONG’. Es un movimiento porque tiene una característica muy particular, son 7 millones de personas que colaboran con la organización de distinta manera”, destacó. Asimismo, comentó que existe una Amnistía por país aproximadamente. “En Rusia no se puede, en China tuvimos problemas con temas de Google, internet y Amnistía y demás. En los países que se puede tener, hay una sección de Amnistía”, mencionó. Belski también resaltó que Amnistía tiene un fuerte trabajo con activistas. Luego, hay muchos jóvenes, que son otro grupo, y después existen los voluntarios. En este sentido, se trata de un movimiento de personas que hacen distintas cosas por la organización. “Después estamos nosotros, el staff que trabaja y hace realidad la agenda temática de la organización”, continuó.

Posteriormente, expresó que hace cuatro años llegó a ser Directora Ejecutiva y se tomó su tiempo para pensar qué hacer con Amnistía en Argentina. “El desafío que yo tenía era posicionar a Amnistía en Argentina. Posicionar una institución en un país significa, básicamente, que la organización empiece a ser una voz relevante en los temas que la organización trabaje, que coinciden con la agenda política de un país”, detalló. De esta manera, analizó que esto presenta una particularidad: Amnistía no solo trabaja temas de Argentina, sino también temas regionales e internacionales. “Teníamos dos desafíos más: posicionar los temas que Amnistía trabaja internacionalmente en Argentina, por ejemplo lo que pasa en Siria, Libia (…) En un país donde se habla bastante poco de lo que pasa en el mundo con los derechos humanos”. El otro desafío se vinculaba con los temas regionales. En este sentido, aseveró que se armó hace cuatro años un equipo de trabajo con una agenda. “La agenda de Amnistía Internacional se establece a nivel internacional. Estos 7 millones de miembros que les conté, al ser miembros, tienen el derecho a participar de la formación de la agenda de la institución. La agenda de la institución se forma y define en un espacio internacional”, indicó. Con relación a esto, aclaró que no todos los países en los que trabaja Amnistía son prioritarios. Lo que se hace, por parte de Amnistía, es decidir qué países son prioritarios en términos de derechos humanos. “Por un lado, nuestro trabajo consiste en visibilizar la situación de derechos humanos en esos países que se definieron como prioritarios, y también, en generar una agenda doméstica local de temas relevantes”, manifestó. Por otra parte, expresó que Amnistía tiene dos campañas muy fuertes que realiza durante dos años. “Si bien se priorizan algunos países, todo el movimiento, todos los países del mundo que tienen una Amnistía trabajan para potenciar esas dos campañas. Las dos campañas que terminan ahora son salud sexual y reproductiva y tortura”. En la misma línea argumental, señaló que los países tienen cierta libertad de bajar esa agenda a un contexto y una coyuntura local. Posteriormente, indicó que Amnistía tiene una fuerte presencia en Naciones Unidas. Del mismo modo, subrayó que Amnistía tiene ciertas estrategias dentro de la ONU, por ejemplo, lograr que se apruebe el tratado contra el comercio de armas. “Ese fue un logro para el que Amnistía hizo campaña durante 20 años”, agregó. Para contribuir con este trabajo, explicó que las secciones tienen mucho trabajo en la Cancillería, haciendo lobby. “Todos hacemos lo mismo en las distintas cancillerías del mundo. La idea es que, cuando se llega a Naciones Unidas en la época de Asamblea, los países puedan poner en agenda los temas por lo que Amnistía estuvo haciendo lobby”, afirmó. Entretanto, declaró que la agenda tiene una estrategia más política, que tiene que ver con hacer lobby en el Congreso para que se debata la despenalización del aborto, “pero a la vez tenemos una agenda que trabaja en el Poder Ejecutivo para lograr que se implemente el aborto legal”. Belski también hizo alusión al trabajo en medios, ya que “la única manera de que nuestro trabajo sea difundido es que se conozca en los medios”. Destacó, asimismo, que “Amnistía es una organización a la cual la recibe cualquiera del gobierno al que le pidas una reunión”, describió. Las organizaciones, en cambio, no tienen esa posibilidad. Entonces, uno de los valores agregados que Amnistía les puede dar a las organizaciones es acercar a las organizaciones para que dialoguen con el gobierno, que de otra manera no las recibiría. “Otra de las fortalezas que tiene Amnistía y que puede colaborar con otras organizaciones es internacionalizar los temas que trabajan”, remarcó.

“Amnistía Internacional no se dice a sí misma ‘somos una ONG’. Es un movimiento porque tiene una característica muy particular, son 7 millones de personas que colaboran con la organización de distinta manera”, destacó Mariela Belski, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.