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Año XVI - Edición 293 19 de octubre de 2017

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Encuentro de Derechos Humanos con Roberto Gargarella

  • Notas

El pasado 9 de octubre en la Sala Vélez Sarsfield, el Centro de Derechos Humanos (CDH) llevó adelante un Encuentro de Derechos Humanos con Roberto Gargarella.

Cabe destacar que el orador es sociólogo, abogado y doctor en Derecho por la Universidad de Buenos Aires, L.L.M. por la University of Chicago Law School, master en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, J.S.D. por la University of Chicago y realizó un post-doctorado en la Balliol College, Oxford. Asimismo, es profesor invitado de la Escuela de Derecho de la UTDT y profesor titular de la Facultad de Derecho de la UBA.

Tras una introducción por parte del director del CDH, Martín Sigal, tomó la palabra el profesor Roberto Gargarella.

En primer lugar, el expositor expresó que la carrera académica es muy satisfactoria, sobre todo si a la persona le gusta escribir o someter a crítica lo que ve. “A mí me gustaba estudiar y empecé en el momento de quiebre de la dictadura a la democracia”, contó y agregó que, en ese momento, la Facultad estaba muy desorganizada y él tenía en su memoria la vivencia que habían padecido algunos colegas mayores que en los años de peronismo habían tenido su carrera truncada entre los conflictos internos en la administración peronista y la llegada a la dictadura. Cuando él comenzó, se encontró con oportunidades abiertas de una carrera que empezaba a reorganizarse. En este marco, señaló que en 1982 se reabrió la carrera de Sociología en la Facultad y por eso realizó las dos carreras en simultáneo. “Eso tuvo un impacto enorme en mí porque lo que se enseñaba en derecho y lo que se enseñaba en sociología era muy distinto”, manifestó. Indicó, además, que estudiar Sociología en términos de vocación fue muy importante porque se enseñaba desde un punto de vista y modalidad distintos a como se enseñaba en Derecho y lo ayudó a pensar el derecho desde otro lado.

“Otro hecho crucial en mi vida fue empezar a asistir a las sesiones de los seminarios que hacía Carlos Nino”, compartió. También, reconoció: “Empecé a aprender derecho cuando terminé la carrera en parte por estos seminarios” y añadió que nada lo formó tanto como esas charlas con Nino.

En cuanto a la carrera académica, sostuvo que la ganancia en términos personales, en tiempo y en posibilidades es infinita.

“La experiencia de ir afuera a una universidad buena y dedicar tiempo completo a la lectura y al estudio es vitalmente extraordinaria”, resaltó y lo recomendó para cualquiera que tenga la posibilidad por lo que implica en términos personales y en términos de formación.

Seguidamente, reflexionó: “Si alguien tiene vocación académica, ahí hay un camino que es extraordinario y que vale muchísimo la pena” y les sugirió a los asistentes estar atentos a los focos que haya de discusión dentro de la Facultad. Asimismo, describió que la vida del académico es extraordinariamente promisoria en términos de libertad y en términos de autorrealización.