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Año VII - Edición 135 27 de noviembre de 2008

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El Vicepresidente. Luces y sombras de una institución compleja

  • Notas

El pasado 4 de noviembre fueron convocadas en el Salón Verde los Dres. María Angélica Gelli, Mario Justo López (h), Daniel A. Sabsay y Mario Serrafero para disertar sobre “El Vicepresidente. Luces y sombras de una institución compleja”. El evento fue coordinado por el Director del Departamento de Derecho Público I, Dr. Mario H. Resnik.

De manera introductoria, el Dr. Mario H. Resnik señaló la complejidad de la temática argumentando que la figura del vicepresidente habría llevado, en distintos momentos de la historia, a desequilibrar el sistema político. De este modo, se refirió a tres vicepresidentes argentinos que se destacaron en el ejercicio de sus funciones. En primer lugar, mencionó a Alejandro Gómez, quien habría entrado en conflicto con el presidente a raíz de exigir el cumplimiento de su programa electoral. Por otra parte, recordó a Carlos Álvarez, quien habría permanecido en pugna con todo el sistema social por una demanda social no satisfecha. Por último, respecto al actual vicepresidente argentino, destacó que ha dado un ejemplo viviente de la dificultad de la institución vicepresidencial, y ponderó su actitud de permanecer en el cargo a pesar de la difícil situación.

Al comenzar con su exposición, la Dra. María Angélica Gelli explicó dos cuestiones previas al examen de la figura del vicepresidente. En primer término, se refirió a las prácticas institucionales, dado que el derecho posee una perspectiva social, política y valorativa. Luego, mencionó al sistema constitucional argentino. En este sentido, subrayó que contamos con un sistema presidencialista poderoso ya que en el imaginario social se advierte que el poder, los aciertos y los errores recaen en la figura del presidente.

A continuación, se refirió a las funciones del vicepresidente mencionando aquella que comprende la sustitución temporal o definitiva del presidente en el caso que se produzca acefalía presidencial y, en segundo lugar, la de presidir el Senado.
En un marco de análisis de la historia argentina del siglo pasado, rememoró el caso de la renuncia de Carlos Álvarez y opinó que las dimisiones en estas magistraturas, más allá de que estén motivadas en principios, no debieran producirse. “Hay que dar la batalla democrática y republicana hasta el final”, afirmó.

Respecto al episodio de Julio Cobos, calificó como acertada su postura de permanecer en el cargo y destacó que, en ejercicio de sus funciones, tiene la potencialidad de favorecer las políticas públicas de la presidenta en el Senado. Pero destacó que, para que esto sea posible, la presidencia tiene que hacer participar al vicepresidente en las políticas en las que está interesado. “Quizás el voto ‘no positivo’ sea en el futuro valorado cuan positivo fue en destrabar un conflicto”, agregó.
“Quizás esto muestre las posibilidades que la institución tiene, pero que posee siempre y cuando el presidente y el vicepresidente sepan captar que los liderazgos necesitan de los consensos y del diálogo. Yo votaría porque las renuncias se dejen de lado, se asuman las responsabilidades, y haya amistad institucional entre los integrantes de los poderes en general y de los integrantes del Poder Ejecutivo en particular”, finalizó.

A su turno, el Dr. Mario Justo López (h) habló sobre las formas que hacen a la figura presidencial. De este modo, marcó tres defectos con los que se ha calificado a dicho sistema: su contrariedad, basada en la construcción de un poder fuerte y a la vez limitado; la doble legitimidad que genera, ya que el titular del Poder Ejecutivo tiene su propia legitimidad; y, por otra parte, existe la legitimidad del congreso. Por último, marcó como defecto del modelo, su rigidez, en tanto las elecciones tienen períodos estipulados, máximos y mínimos determinados y no brinda la posibilidad de un cambio en la forma presidencial, sino cuando este estipulado.

“La aparición del vicepresidente es un producto de este modelo. La existencia del presidente se explica, en parte, por la posible necesidad de un reemplazo presidencial, ya que el ciudadano está limitado para expresarse hasta que venza el plazo de elecciones. El vicepresidente es conflictivo por exceso o por defecto de personalidad política, y es conflictivo, mientras el presidente está en ejercicio y cuando es reemplazado. Pero esa dificultad que recae sobre la institución no es propia sino que deriva del sistema presidencial”, sostuvo.

El Dr. Daniel A. Sabsay comenzó por describir cómo funciona la figura vicepresidencial en Estados Unidos, para luego marcar las diferencias existentes con nuestro modelo. Respecto al funcionamiento de la dinámica política, aseguró que en Estados Unidos se produce la necesidad de crear una institución de reserva, lo que se complementa con un congreso que no sigue el principio de disciplina partidaria.

Dentro de la reseña histórica realizada, el Dr. Sabsay remarcó que el vicepresidente tiene la misma legitimidad del presidente, pero en Argentina se transformó en una institución conflictiva y secundaria.

“Frente al episodio del voto no positivo, el voto de calidad, el vicepresidente lo debería hacer valer pensando en el lugar institucional que ocupa en el Senado y no en la opción política a la que pertenece”, afirmó al aludir el caso del vicepresidente Cobos.

Seguidamente, el Dr. Mario Serrafero mencionó una visión cada vez menos influyente pero que, en un principio, veía a la vicepresidencia como una sustitución legal y automática. Por otra parte, enumeró las cuestiones que marcan su dimensión. Primeramente, dijo que se trata de una institución de crisis porque cobra relevancia cuando surge una crisis. Asimismo, sostuvo que no implica una sucesión legal y automática y que el triunfo o utilidad de la vicepresidencia tiene como función construir una legitimidad de reemplazo.

De igual manera, analizó tres escenarios donde se desarrolla la vicepresidencia. En cuanto al contexto electoral, subrayó que es importante observar la representación política del binomio y el criterio territorial, a la hora de componerlo. Con relación al marco gubernamental, afirmó que es donde se juegan cuestiones de confianza-desconfianza del presidente y lealtad-deslealtad del vicepresidente. En último lugar, explicó la circunstancia en la que el vicepresidente ejerce su carácter de sucesor presidencial.

“Con la vicepresidencia hay tres posiciones: la primera propone eliminarla, otra dice mantenerla y, una tercera, apuesta por su modificación”, finalizó.
La segunda etapa del encuentro se desarrolló en un contexto de diálogo y debate de lo expuesto.