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Año XIX - Edición 337 28 de mayo de 2020

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El trabajo pericial en la escena del crimen en época de COVID-19

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El pasado lunes 11 de mayo el Centro de Graduados, a través de su cuenta oficial en Instagram, llevó a cabo el taller titulado “El trabajo pericial en la escena del crimen en época de COVID-19”. La misma estuvo a cargo de Walter Gorbak, docente y licenciado en criminalística de la Universidad de Buenos Aires.

De modo introductorio y haciendo referencia a la cuarentena, el docente explicó la afectación que el coronavirus y la pandemia han provocado en los diferentes ámbitos del derecho, pero más fundamentalmente, en el fuero penal. Sostuvo que aunque en algunas órbitas se ha visto una disminución del delito, en otras ha aumentado considerablemente.

Con respecto al proceso que se da en la escena del crimen, explicó: “Tenemos que considerar que el equipo que va a registrar los diferentes elementos del escenario depende del hecho denunciado o advertido por la autoridad policial o judicial en su condición. Si estamos frente a un accidente de tránsito, en el cual quizás uno de los fallecidos puede ser potencialmente víctima del COVID-19 debe haber, necesariamente, un perito infectologista”.

Luego de una breve explicación sobre el abordaje de los cuerpos sin vida con enfermedades contagiosas, advirtió: “El traje de protección no lo es todo porque el principal problema que tenemos con el coronavirus es que el contagio se da a través de las mucosas. La mínima protección que debe tener el personal pericial para el abordaje de estos escenarios es la mascarilla N-95 que permite, al menos, la retención del 95% de las partículas mayores a 0,3 micrones pero lamentablemente la partícula del COVID-19 posee un tamaño de 0,06 a 0,12 micrones, es decir, casi la mitad del tamaño que esta mascarilla puede retener”. Asimismo, afirmó que las partículas del coronavirus generalmente están inmersas en las micro-gotas que se desprenden de las personas o cuerpos infectados. Estas suelen ser de 0,5 micrones por lo que en estos casos, la mascarilla N-95 impide el contagio rotundamente.

En relación con la recolección de evidencia, afirmó: “Hemos visto que en algunos procedimientos realizados en las últimas semanas se está envasando la gran cantidad de evidencia física en contenedores de plástico. Esto se da porque se quiere proteger al operador de la tarea pericial pero, en ocasiones, puede entorpecer e ir en detrimento con la actividad de laboratorio que se debe realizar después. Si se recolecta un celular o cualquier otro elemento dentro de un envase de plástico, la duración del virus puede ser de hasta 3 días”.

Hacia el final, Gorbak concluyó haciendo una reflexión sobre la autopsia: “Por más que el cuerpo externamente indique el tipo de causal de muerte, debe ordenarse y ejecutarse la autopsia. Es decir, que tengamos un cuerpo sin vida con un hachazo en su cráneo no significa que la causal de muerte haya sido ese hecho porque quizás estamos hablando de un cuerpo que previamente fue envenenado o tuvo algún otro tipo de mecanismo de muerte, quizás una muerte natural y alguien para simular ese hecho recreó esta circunstancia. Sin embargo, en torno al COVID-19 hay una recomendación del Ministerio de Salud de la Nación de no efectuar autopsia cuando es evidente que la causal de muerte es el coronavirus”.

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