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Año XVII - Edición 298 22 de marzo de 2018

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El Proyecto de Reforma Laboral: una mirada interdisciplinaria sobre sus alcances y perspectivas

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En el SUM del Instituto Gioja, el pasado 4 de diciembre tuvo lugar el encuentro “El Proyecto de Reforma Laboral: una mirada interdisciplinaria sobre sus alcances y perspectivas”, organizado por el Proyecto UBACyT "La Constitución argentina de 1949 y la vía argentina al constitucionalismo social" y el Proyecto PICT “Los DESC como Derechos Exigibles en Argentina: aportes para una metodología de argumentación desde una perspectiva integral”.

En esta oportunidad, expusieron Héctor O. García (profesor adjunto regular de la Facultad y asesor jurídico de la CTA de los Trabajadores), Guillermo Gianibelli (profesor adjunto regular de la Facultad y asesor sindical), Andrea Del Bono (doctora en Ciencias Políticas y Sociología, UCM e investigadora del CONICET, UNAJ), Victoria Gallo (licenciada en Sociología, UBA e integrante del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género) y Luis Campos (doctor en Ciencias Sociales, FLACSO y coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma), cuyas ponencias fueron coordinadas por Julieta Lobato (Facultad de Derecho) y Jorge Afarian (Facultad de Derecho).

En primer lugar, Héctor O. García manifestó que “esta reforma laboral tiene algunas similitudes con otras por las cuales hemos transitado, pero creo que estamos ante una reforma diferente en muchos aspectos”. En esta línea, agregó: “Yo creo que la reforma no va a contribuir en lo absoluto a la creación de empleo, ninguna reforma laboral lo ha conseguido, y mucho menos empleo de calidad”. Asimismo, resaltó que diversos estudios, tanto nacionales o internacionales, coinciden en que en los últimos treinta años las reformas aplicadas a la contratación laboral que apuestan a la disponibilidad colectiva, a potenciar el poder negociador del empresario y a la supresión de derechos, han fracasado en el intento. “Tales medidas han contribuido, en la mayoría de los casos, a aumentar la desigualdad y la precarización, así como la informalización del empleo; y han fomentado la discriminación en el mercado de trabajo contra los jóvenes”, sintetizó.

Seguidamente, Guillermo Gianibelli propuso establecer una mirada de largo plazo con respecto a la reforma con la finalidad de incluir toda reforma laboral en la estructura sobre la que se sostiene el derecho del trabajo y las relaciones capital-trabajo; estructura que tiene que ver con los procesos de regulación, desregulación, reregulación que están vinculados con la correlación de fuerzas. “La correlación de fuerzas hace que las reformas laborales se tengan que apoyar en los dos polos de la regulación: el capital y el trabajo, que provocan una suerte de regulación y repulsión entre sí, la regulación termina siendo el resultado de una estructura de base material y una estructura de poder”, puntualizó y aseguró que el Derecho del Trabajo no es una construcción científica, sino una construcción histórica consecuencia del devenir de las fuerzas sociales. “Necesariamente esto hace que tengamos que mirarlo en término de modificaciones o alteraciones con la mirada en la correlación de fuerzas”, aclaró.

Por su parte, Andrea Del Bono reflexionó sobre el trasfondo de la reforma laboral desde una perspectiva sociológica. Se preguntó sobre los motivos que impulsaron el proyecto: “Yo creo que las razones no son técnicas, sino políticas”. Luego explicó que, desde la Sociología, se debe analizar la flexibilidad que propone esta ley, y que propondrán otras, como una variable dependiente. Asimismo, entender de qué variables depende la flexibilización que es propuesta y si es un salto hacia el futuro o un salto hacia el pasado. “Yo veo como ausencia en la propuesta de reforma laboral una conceptualización clara de en qué mundo del trabajo nos encontramos. Si realmente nos encontramos en un mundo laboral globalizado, de la libre competencia, del trabajo cognitivo e inmaterial, o en qué lugar se sitúa nuestro país como nación dependiente”, expresó y concluyó que “nosotros estamos insertos de manera periférica en el mundo, en cadenas globales de valor que no tienden necesariamente hacia el escalamiento industrial. Este rol periférico demuestra, según varios teóricos, que la única opción que nos queda es competir a la baja, con salarios bajos en condiciones precarias de trabajo”.

A continuación, Luis Campos se refirió a la dimensión colectiva de la reforma laboral. “A grandes rasgos, si uno mira los contenidos normativos en materia de relaciones colectivas, por ahora estamos hablando de una no reforma, ya que las pocas disposiciones que afectan a las asociaciones colectivas aún no están confirmadas”, señaló Campos.
Seguidamente, aclaró que, por otro lado, sí hay una reforma que se está dando silenciosamente en materia de asociaciones sindicales y que no tiene que ver con una cuestión normativa, sino con una cuestión de intervención por parte de la autoridad administrativa del trabajo en el sistema de personerías e inscripciones gremiales en nuestro país: “Esto ha sido una constante desde el año 1945 a la fecha. Han habido momentos de mayor o menor intervencionismo, pero la administración del sistema de inscripción gremial ha sido constante de todos los gobiernos”.

En último lugar, expuso Victoria Gallo sobre la situaciónde las mujeres en relación con los distintos ámbitos de su participación en la vida social política laboral, haciendo hincapié en el impacto diferencial que tiene el proyecto de reforma sobre las mujeres. “Las reformas, las leyes y los cambios tienen impactos diferentes en distintos colectivos. Hay pocos estudios y fundamentos empíricos sobre por qué se supone que se necesita esta flexibilización laboral y cómo afectaría a los distintos colectivos”, remarcó. En esta línea, explicó que las mujeres en Argentina tienen una inserción diferente al mercado laboral, sobre todo en el formal. “En principio las mujeres tienen menor tasa de actividad, sufren más el desempleo, la subocupación y el empleo precarizado que los hombres y existe una gran brecha salarial”, detalló.

Por último, Gallo rechazó la idea de que las licencias atentan contra la productividad porque generan un costo: “En realidad, las licencias de cuidado no afectan la productividad y muy por el contrario, mejoran el compromiso, la dedicación de las personas al trabajo, la protección social y varios aspectos que deben verse como una inversión necesaria y no como un costo”.

“Las reformas, las leyes y los cambios tienen impactos diferentes en distintos colectivos. Hay pocos estudios y fundamentos empíricos sobre por qué se supone que se necesita esta flexibilización laboral y cómo afectaría a los distintos colectivos”, remarcó Victoria Gallo.