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Año XX - Edición 363 07 de octubre de 2021

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El Instituto Gioja y el regreso a la vida democrática

  • Notas

El pasado 14 de septiembre de 2021 el Seminario de investigación sobre "40 años de democracia en Argentina" (Director: Juan Carlos Frontera) realizó una mesa redonda sobre "El Instituto de Investigaciones Jurídicas y de Ciencias Sociales 'Ambrosio Lucas Gioja' y el regreso a la vida democrática". Expusieron Alberto Castells, Andrea L. Gastron y Abelardo Levaggi. Moderó Marianela Nizzo Miguens.

“La investigación no comenzó en esta Facultad con la creación del Instituto Gioja. No, hay antecedentes, podemos hablar de etapas sucesivas que culminan con el Instituto, o sea hasta 1984”, comenzó exponiendo el profesor Abelardo Levaggi. En este sentido, señaló que en el siglo XIX y las primeras décadas del XX las tesis eran de investigación individual, “lo único institucional que persiguen es la obtención del doctorado, salvo excepciones (…) esas tesis no se podían considerar trabajos de investigación científica, sino que eran trabajos elaborados sin apego a reglas metodológicas y sin demasiada extensión”.

En cuanto a las excepciones, mencionó que considera la tesis de Enrique Ruiz Guiñazú, “La magistratura indiana”, como primera tesis que se encuentra en un plano científico. También, aludió a la obra de Agustín Pestalardo, “Historia de la enseñanza de las ciencias jurídicas y sociales en la Universidad de Buenos Aires “. Y resaltó la tesis de Faustino J. Legón, “Doctrina y ejercicio del patronato nacional”.

Más adelante en la historia, comenzó una etapa en la que se desarrolló la investigación institucional, promovida por Ricardo Levene, ya que propuso, dirigió y organizó el Instituto de Historia del Derecho Argentino y Americano, el cual obtuvo la aprobación y la inserción dentro del conjunto de los departamentos. Fue el primer instituto que tuvo la Facultad dedicada a la investigación, fundado en 1936. El profesor expresó: “Una institución que cumplió una labor notable en este campo y que no siempre se recuerda cuando se habla de la investigación en la Facultad de Derecho. Es un olvido que merece una reparación (…) A diferencia de otros institutos que se crearon después (…), en su mayoría fueron sellos de goma, es decir que no tuvieron en realidad una actividad sería con relación a la investigación. Frente a ello, la actividad que le imprimió Levene a su instituto de Historia del Derecho fue notable, descomunal”.

En su turno, Andrea L. Gastron tomó como puntapié el libro El curso de la vida (1974) de Glen Elder. Detalló que según la teoría de este autor cada biografía individual está “incrustada” (embedded) en un contexto social, y lo que Elder investiga es cómo se entrecruzan las biografías individuales con la historia social. “Me parece un dato muy interesante para analizar en qué sentido a nosotros, a las personas de mi propia generación, nos marcó la transición democrática, pero también nos marcó ese momento, con el cual termina la excelente exposición del profesor Levaggi, de los años ochenta, 1984. Y lo que pasó a partir de ese momento, en el cual yo estaba estudiando Derecho y me incorporo al Gioja como becaria de investigación”, comentó aclarando que deberá apelar a la autorreferencialidad por la impronta que dejó el instituto en su vida y en la de los becarios que también fueron parte.

Continuó analizando los objetivos para los que fue creado el instituto (según la página web oficial): “Coordinar y centralizar la investigación en un único espacio a fin de evitar la dispersión de esfuerzos y prevenir la eventual superposición de tareas ante la existencia previa de numerosos institutos”. Por un lado, la expositora resaltó la idea de la investigación. Por el otro, la idea del espacio: “Es una idea muy importante sociológicamente hablando porque está directamente asociada a lo que es el territorio (…) Es decir, el territorio como un espacio en el cual se establecen estas relaciones sociales. Para nosotros el Gioja era eso, un lugar de encuentro donde por un lado nos relacionábamos los becarios y las becarias entre nosotros, por otro lado, donde nosotros como becarios nos relacionábamos con quienes eran nuestros maestros y maestras”. Asimismo, destacó el objetivo de crear una comunidad académica, teniendo en cuenta el contexto en el que se crea, investigadores que habían sido prohibidos, exiliados o desaparecidos. Se refirió al rol fundamental que ocupó Juan Carlos Agulla como director del instituto, quien reforzó la idea de que el lugar natural donde se debía investigar era en el espacio que brindaba el Gioja. Recordó la “mesa redonda” que se daba en el instituto, “tiene que ver con esa construcción colectiva de conocimiento, todos a la hora de investigar podemos dialogar entre nosotros en igualdad de condiciones”.

Finalmente, expuso Alberto Castells. En primer lugar, aclaró que es parte del Instituto Gioja desde la creación de este (1984) y desde 1970 es adscripto al Instituto de Derecho Público y Constitucional. “Más de 50 años vinculados a esta casa tras haber navegado por la zozobra de incertidumbre de los años de plomo y de las falsas democracias”, expresó. Destacó el año 1984 como un punto inflexión del instituto luego de una etapa antidemocrática y predemocrática, “Después de esa fecha, regresó a la vida democrática en toda su extensión. Con sus valores, no solo formales y procesales, sino como verdadero estilo de vida democrática”.

Posteriormente, se refirió a la etapa antidemocrática y predemocrática de la vida nacional, etapa en la cual Alberto Castells fue parte de instituto de Derecho Público y Constitucional. Detalló cómo fueron los años durante esa etapa, desde 1973 hasta los años ochenta. Resaltó la Jornada de Derecho Constitucional organizada en pleno gobierno militar, “Colaboré en su organización, supuesto el espíritu democrático de tiempos de vísperas que nos motivaba a todos en aquel instante”. Continuó comentando sobre la creación del Instituto Gioja ya en el regreso definitivo a la democracia con la presidencia de Alfonsín. Fueron invitados a la sala del director los miembros fundadores, incluido el orador, para la ceremonia inaugural del nuevo instituto. “Tanto Bulygin como Agulla tomaron la posta y se refirieron a la estrategia del nuevo instituto”, recordó los objetivos ya mencionados por Andrea Gastron y subrayó: “Qué importante era generar ese espacio territorial dedicado a la investigación”.

Por último, remarcó la labor del fundador Juan Carlos Agulla: “Reunidos alrededor de una enorme mesa de directorio que aún existe (…), una veintena de profesores e investigadores debatíamos en un clima plural y participativo, bajo la conducción de un auténtico demócrata”.

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