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Año XVI - Edición 283 04 de mayo de 2017

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El Derecho de la Integración en transición: ¿Reconfiguración o consolidación?

  • Notas

El 21 de abril, organizada por el Seminario Permanente de Integración Latinoamericana (SPIL), tuvo lugar la exposición “El Derecho de la Integración en transición: ¿Reconfiguración o consolidación?”.

La introducción de la actividad estuvo a cargo de Luciana Scotti. Tras esto, Mariana Antón Pérez presentó a los expositores. De esta manera, María Celia Martínez de Castro se refirió a “Las reconfiguraciones en la integración regional en América Latina ante ¿el fin del ciclo progresista?”. En este marco, se preguntó qué se puede entender por progresismo dentro de la integración regional y si hubo un ciclo progresista en América Latina. En tercer lugar, hizo alusión a un nuevo escenario regional que plantea desafíos para los esquemas de integración que surgieron en la década del 2000. Entre los desafíos, mencionó el fin de la etapa del crecimiento que tuvo América Latina porque comienza con decaimiento en el precio de los commodities, esto va a crear un clima bastante adverso en las economías domésticas. “La prioridad ya no es tanto mirar hacia afuera y ver cómo se produce el relacionamiento regional sino cómo se reducen las tasas de pobreza, es un clima adverso también para las metas de desarrollo de los países de la región. Vemos en esta etapa un desafío y una estigmatización de los acuerdos de integración regional por parte de algunos sectores bastante influyentes en las agendas exteriores de los países latinoamericanos”, describió.

A su turno, Luciane Klein Vieira se dedicó a “El brexit y la (des)integración europea”. Así, hizo referencia a antecedentes del brexit, por lo que entendió esta salida no es algo nuevo. El Reino Unido ingresó al proceso de integración europeo en 1973, “después hizo un referéndum para consultar a la población si permanecer o no en la por entonces Comunidad Económica Europea y ganó la permanencia”. El 22 de junio de 2016 se hizo un referéndum preguntando a las personas si les gustaría salir o quedarse en la Unión Europea, y ganó el “sí”. “El 64% de los jóvenes de hasta 24 años votaron por permanecer en el bloque, mientras que el 58% de las personas con más de 65 años votaron por la salida”, comentó. Asimismo, se ve que Escocia, Irlanda del Norte y la propia Londres votaron por quedarse, mientras que el resto de Inglaterra y Gales quisieron retirarse. Esa configuración de inmediato trajo una serie de interrogantes y de reflejos en la situación política y económica, como la renuncia del primer ministro David Cameron.

Por su parte, Leopoldo M. A. Godio se enfocó en “La Alianza del Pacífico: ¿alternativa o complemento para los procesos de integración subregionales?”. Para abordar esta cuestión, Godio destacó tres pilares básicos: la importancia de Latinoamérica, en cuanto a su extensión y a sus habitantes y el flujo comercial que generan; los lazos históricos y culturales que constituyen un terreno fértil para la relación entre esos estados, donde una integración económica puede ser ventajosa para los estados de la región; el tercer pilar es el potencial comercio intrarregional, no solamente en negociaciones hacia el exterior de la región, que tienen estos estados de América Latina, “que potencialmente posee en algunos sectores de su desarrollo industrial un alto nivel de excelencia, donde incluso Argentina en algunas cuestiones es puntera”. Estos pilares se completan con un contexto en el que las microrregiones hoy en día juegan un rol fundamental en el escenario internacional actual.

Finalmente, Luciana B. Scotti explicó “La situación de Venezuela en el Mercosur: escenarios alternativos”. Consecuentemente, Scotti manifestó que la relación de Venezuela con el Mercosur ha sido una relación de “amor-odio”. “Es una historia que comienza el 8 de diciembre de 2005 cuando se firma el acuerdo marco para la adhesión de Venezuela al Mercosur, es el primer estado que formalmente pide su adhesión y decide, asimismo, retirarse del proceso de la Comunidad Andina de Naciones”, relató. Ese acuerdo marco da lugar a un protocolo de adhesión que tiene fecha del 4 de julio de 2006. “La relación entre Mercosur y Venezuela que parecía que iba avanzando satisfactoriamente se estanca por unos cuantos años, porque hacemos un salto al 29 de junio de 2012 cuando empieza a formalizarse en serio la relación”, continuó. Consideró que este “matrimonio” estaba en alguna medida viciado, porque esta fecha era el momento en que se decide la suspensión de Paraguay, invocando el Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático y a la vez, teniendo una vara muy alta con la situación de Paraguay, se aprueba la declaración sobre la incorporación de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur. “Iban hacia la incorporación de Venezuela tras la suspensión de Paraguay, de ahí el vicio”, resaltó.