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Año IX - Edición 167 07 de octubre de 2010

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El crimen de Genocidio. Comparación entre la Shoá y el Genocidio Armenio

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Organizada por la Cátedra libre sobre “Holocausto, Genocidio y Lucha contra la Discriminación”, la Fundación Boghós y Siranoush Arzoumanian, el 1º de octubre se llevó a cabo en el Aula Magna de la Facultad de Derecho la conferencia "El crimen de Genocidio. Comparación entre la Shoá y el Genocidio Armenio" a cargo del Dr. Yves Ternon (Universidad Paris IV - Sorbonne), quien comenzó sus investigaciones históricas en 1965 sobre los crímenes de la medicina nazi y quedaron plasmadas en numerosos libros. En la presentación del evento, hicieron uso de la palabra los Profesores de esta Casa de Estudios, Dres. Gregorio Flax y Roberto Malkassian.

A modo de introducción, el Prof. Gregorio Flax comentó las actividades académicas que organiza la Cátedra libre sobre “Holocausto, Genocidio y Lucha contra la Discriminación” en la Facultad, con el fin de reflexionar y determinar las situaciones que acontecieron en esta materia.

Por su parte, el Prof. Roberto Malkassian indicó que quienes apoyan estas actividades están a favor de la paz, la bondad y esperan tener un buen futuro para nosotros y nuestros descendientes.

A continuación, el Dr. Yves Ternon brindó una comparación de los crímenes de genocidio durante el siglo XX. De tal modo, señaló que la Convención sobre la prevención del crimen de genocidio, votada en 1948 por la Asamblea General de Naciones Unidas, establecía tres incriminaciones: la primera era el crimen contra la paz; la segunda, los crímenes de guerra; y la tercera, crímenes contra la humanidad. De tal modo, caracterizó al genocidio como la destrucción intencional de un grupo nacional étnico, racial y religioso como tal. Recordó entonces que recién hacia el final del siglo XX, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal para Ruanda definieron una jerarquía de crímenes: en primer lugar, el crimen de genocidio; en segundo, el crimen contra la humanidad; y en el tercero, el crimen de guerra. “Esta jerarquía mantiene la Convención de Roma del 17 de julio de 1997, la cual crea finalmente una Corte Internacional Penal y en su artículo 5 retoma las tres incriminaciones”, explicó. En tal sentido, agregó que con este aparato jurídico funciona actualmente el Derecho Internacional Penal. Además, aclaró los componentes que deben reunirse para que se configure el crimen de genocidio: la destrucción física; el grupo humano, calificado por el asesino; la magnitud de la destrucción, porque una parte sustancial del grupo no se puede reconstituir como antes; como tales, es decir que los miembros de ese grupo sean asesinados en razón de su pertenencia al grupo, cualquiera sea su edad y sexo; y la intención criminal, la planificación del crimen, lo cual es difícil de probar.

Mencionó entonces los tres genocidios del siglo XX, que se encuentran en el principio, en la mitad y en el final: el armenio por el imperio otomano en el transcurso de la primera guerra mundial, desde abril de 1915 hasta diciembre de 1916; el de los judíos en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, desde julio de 1941 hasta el fin de la guerra, en 1945; y el de los tutsis en Ruanda en 1994. A su vez, distinguió los tres momentos de un genocidio: el proceso que lleva al genocidio y se instala con una duración prolongada, la perpetración del crimen y el período posterior al genocidio.

Hizo referencia, asimismo, al nacionalismo y al nacimiento del racismo biológico, que consiste en la transformación del racismo, que es una vieja idea sobre la desigualdad de las razas, e incorpora un pensamiento biológico centrado en la genética. También aludió a la cultura de resentimiento, la revancha y el desarrollo de un Estado totalitario, por el cual se detectó en algunos pueblos la necesidad de revancha luego de una derrota, eligiendo un culpable que en realidad no lo es, pero para ellos resulta la causa de todos los males.

Con respecto al genocidio armenio, remarcó el desarrollo de una teoría del complot, por la cual se entendía que los armenios querían obtener su independencia, cuando en realidad lo que pedían eran reformas dentro del imperio y tener cierta autonomía. En cuanto al genocidio judío, al final de la primera guerra mundial se los acusó de ser responsables de la situación catastrófica de Alemania tanto militar como económica y se desarrolló el partido nacionalsocialista que centraba su ideología en el antisemitismo. “Cuando los nazis llegaron al poder en 1933 practicaron una política discriminatoria contra los judíos alemanes por medio de leyes coercitivas y se creó la noción de enemigo interior, que es muy peligroso porque no es visible; con ayuda de la propaganda, el asesinato del grupo se convirtió en legítimo”, expresó el disertante.

Así, destacó que el genocidio supone la participación de todos los órganos de gobierno y de parte de la población que ha sido trabajada por la propaganda, es decir que el responsable del genocidio es un Estado.

Para finalizar, precisó que el trabajo continúa y que todavía quedan muchas cosas por hacer con respecto a estos dos acontecimientos. Sin embargo, subrayó que en Alemania avanza más rápido porque los historiadores alemanes colaboran, en cambio en Turquía no reconocen nada, por lo tanto, el trabajo de investigación se encuentra bloqueado porque lo que ha llamado el negacionismo, es decir, la voluntad de grupos extremistas de negar la verdad. “Si bien los pueblos armenio y judío fueron víctimas de este crimen absoluto, que es el crimen de los crímenes, no concierne no sólo a ellos su reflexión sino a toda la humanidad”.