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Año IX - Edición 172 22 de diciembre de 2010

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El Convenio sobre la Biológica. Conservación y Desarrollo Sostenible

  • Notas

Con el auspicio de la Oficina de la Agregaduría Científica de la Embajada de Italia y bajo la organización de la Cátedra de Derecho Internacional Público de la Dra. Lilian del Castillo se llevó a cabo el seminario “El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), conservación y desarrollo sostenible”. Colaboraron en el evento el Instituto de Studi Giuridici Internazionali y el Consiglio Nazionale Delle Ricereche.

En la primera parte del seminario las exposiciones se centraron principalmente en el Convenio sobre la diversidad Biológica (CDB), considerando a este como un propicio marco jurídico tanto para la conservación como para la utilización sostenible de material genético.

En su rol de moderadora, María Isabel Morín introdujo a la Dra. Lilian del Castillo, quien expresó unas palabras para dar comienzo al evento. Tras los agradecimientos a los presentes y a quienes efectuaron esfuerzos para la realización del seminario, aprovechó para compartir una breve reseña sobre el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que se gestó en 1992, entrando en vigor al año siguiente y siendo parte de nuestro derecho positivo. El mismo adquiere relevancia al entender la protección de la diversidad en los recursos biológicos como un medio por el cual la acción del hombre se resume en un aprovechamiento responsable de estos recursos.

El primer panel estuvo integrado por el consejero diplomático José Luis Sutera, en representación de la Dirección General de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, junto con Leila Devia, Inés Kasulín, Cecilia Carmán y Visitación Conforti.

El Dr. José Luis Sutera se refirió a la importancia de mantener asociados el cambio climático y la biodiversidad, es decir, el calentamiento global con la extinción de especies, siendo ambos dos fenómenos que se interrelacionan y que hasta pueden llegar a retroalimentarse mutuamente. Seguidamente, optó por una breve introducción, que incluyó una visión general-histórica acerca de la relevancia de la biodiversidad y los beneficios de su protección. Asimismo, mencionó que en un contexto desfavorable en términos de protección del ambiente, especialmente de aquellos ecosistemas en peligro, la Naciones Unidas decide tomar partido fomentando la firma entre todos sus estados miembros de un convenio con el objeto de proteger la biodiversidad. Esto logra concretarse en 1992, en la Cumbre de la tierra, en Río de Janeiro, con la adhesión y posterior ratificación por parte de nuestro país. Destaca que no necesariamente existe un sentido moral o religioso, sino un carácter puramente utilitarista a la hora de decidirse por la defensa irrestricta del medio ambiente, ya que es bien sabido que no existirá rédito económico a largo plazo si la actividad productiva atenta contra el equilibrio natural de nuestro ambiente. El disertante agregó que “el desarrollo sostenible tiene tres pilares: integridad ecológica, fortaleza económica y equidad social”.

Al momento de abordar los principales objetivos de la convención, incluyó como objetivos la conservación de la diversidad biológica, el uso sustentable de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios provenientes de la utilización de los recursos genéticos. Por último, se refirió al principal órgano del convenio, es decir, las conferencias bianuales de las partes, cuya finalidad es idear planes estratégicos para lograr la aplicación de lo convenido en el año 1992. De hecho, en la última conferencia de partes se adoptó un protocolo de acceso a recursos genéticos y distribución de los beneficios derivados de su utilización.

Por su parte, la Dr. Leila Devia, especialista de los regímenes jurídicos de los recursos naturales, continuó con la exposición mencionando a que el espíritu de la Convención sobre la Diversidad Biológica es el intento por compatibilizar el comercio con el cuidado del medio ambiente. Remarcó que a la globalización económica se dio la globalización ambiental, aunque identificó a esta última como anterior a la primera. De hecho, se mostró optimista al manifestar que al mismo tiempo que avanzaba la globalización económica, también se dieron grandes avances con miras a la protección del medio ambiente, a través de acuerdos interacciónales a gran escala que en algunos casos concretos hasta llegaron a desalentar la importación de determinados productos que no cumplían con los requisitos mínimos de cuidado ambiental. Aunque también confesó que en su gran mayoría, dichos acuerdos internacionales estaban compuestos por cláusulas laxas y muy generales que permitían la libre interpretación de cada estado para su aplicación. Lo cierto es que muchos países que adhirieron a la convención podrían justificar las restricciones al ingreso de importaciones alegando que no cumplían estos productos con los requisitos mínimos de protección ambiental cuando al mismo tiempo se esconde el verdadero sentido de esta medida que es proteger la industria nacional en detrimento de aquello países exportadores. Estas controversias que suscitan las restricciones no arancelarias deben ser resueltas por medio de aquellos órganos que han sido específicamente creados para tales fines, aunque es cierto que aun hoy mucho se discute acerca de que órgano es el que realmente esta encargado de la resolución de conflictos entre estados en casos en que están comprendidos tanto intereses comerciales como aquellos orientados a la protección del medioambiente.
Por otro lado, propuso la posibilidad de crear un fondo común entre las diferentes naciones con el objeto de atender los casos más alarmantes en materia de protección ambiental, recordando la trascendencia que ha tenido en estos tiempos el principio de común responsabilidad entre estados, es decir, siendo todos responsables, pero cada uno en diferente grado.

Seguidamente, la bióloga Inés Kasulín, que desarrolla su actividad profesional en la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, se refirió a la aplicación del Convenio a nivel nacional y del trabajo realizado en pos del cumplimiento de lo acordado. Desde una perspectiva propia de las ciencias naturales, explicó a los presentes el modo en que el convenio incluye el fomento de la diversidad de nuestra fauna y flora, que desde ya es sumamente heterogénea en nuestro país, lo que implica un gran potencial en términos de desarrollo e investigación. En cuanto a la aplicación concreta de lo dispuesto por la convención, describió su cumplimiento como un gran desafiío debido a que la amplitud y generalidad de las cláusulas comprendidas dificultan la internalización e implementación de lo acordado sobre el plano nacional. Con la intención de ejemplificar esto último, se refirió a lo difícil que resultó para su equipo de trabajo que las autorizaciones que se emitían para transportar material genético sean de mayor rigurosidad.

A su turno y continuando con el análisis del Convenio sobre Diversidad Biológica desde un perspectiva propia de las ciencias naturales, Cecilia Carmarán y Visitación Conforti tomaron la palabra en representación del Departamento de Biodiversidad y biología experimental de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Ambas continuaron con la línea de análisis iniciada por Kasulín. De hecho, luego de reconocerse la interdisciplinariedad de la biodiversidad que nos obliga a reunir a biólogos y hombres de leyes en un mismo evento, se remarcó la gran variedad taxonómica con la que cuenta nuestro país lo que nos obliga a contar con diferentes análisis según la región que se trate. Además, se habló de lo mucho que aun falta para coordinar un proyecto amplio de investigación que abarque las áreas más importantes de nuestro país y no proyectos aislados que no coordinen su trabajo entre ellos, aunque también se reconoció la gran labor que la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales ha estado realizando al respecto.

La segunda parte del seminario trató la “Conservación ex situ e in situ: Herbarios, Fauna y Flora Silvestre, Áreas Protegidas” y contó con la moderación de Alfredo López Bravo y las reflexiones de Manuel Belgrano, María Tonelli, Ana Bulabusic y Gianfranco Tamburelli como principales disertantes.