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Año V - Edición 85 04 de mayo de 2006

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Educar para ser: cambiar la educación para cambiar al mundo

  • Notas

En el último tiempo, las jornadas de debate acerca de un tema tan importante como la educación han sido recurrentes en nuestra Facultad. Con este mismo fin, y como sucediera en el 2001, el profesor Claudio Naranjo fue invitado para dar una conferencia titulada Educar para ser: cambiar la educación para cambiar al mundo que fue realizada el miércoles 22 de abril en el Aula Magna de la Facultad.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de la psicóloga Lidia Gramático que expresó su emoción y sincera admiración por el disertante, resaltando su firmeza conceptual y rigurosidad investigativa. “La solidez de sus conceptos así como la eficacia de su método operativo es una esperanza que nos ha movido a trabajar entusiastamente en nuestro país para ofrecerlo a nuestros docentes” –indicó.

Seguidamente, el Profesor Naranjo agradeció la presentación y comenzó su exposición remarcando que el mundo está pasando por una crisis muy visible y que es imperante cambiar la educación para revertir el orden existente.

Para Naranjo lo que hoy se considera educación es tan solo instrucción. “Se instruye la parte racional cuando debería educarse la parte de benevolencia de los hombres” –expresó. Así, añadió que “no vamos a tener un mundo mejor si no tenemos gente más benévola”.

Siguiendo con este razonamiento, remarcó que hoy en día no se toma en cuenta la felicidad del educando. “Ello es muy grave porque el educador que no le importa la felicidad de la persona que tiene enfrente es un individuo sin capacidad para educar”. Es preciso tener un poco de relación humana con quien quiere aprender, siendo esto un factor fundamental que muchas veces no se tiene en cuenta; razón por la cual, muchos adolescentes de la sociedad contemporánea no tienen interés por instruirse.

Naranjo señaló que por la forma en que hoy se enseña, el sistema educativo pretende –cada vez más enfáticamente–, eliminar lo humano en su búsqueda de “eficienticismo”.

En la actualidad se habla de “educación de calidad”, poniéndose el acento en las calificaciones escolares, pero se deja al margen tal vez lo más importante y que está constituido por los valores humanos. Con esto estamos generando un “ridícula definición de calidad porque pasamos por alto estos valores” –continuó diciendo.

Lo que se está llamando educación de valores, no tiene valor transformador porque la transformación tiene que ser realizada por “personas transformadas”. Sólo una persona libre va a transmitir libertad y sólo una persona solidaria puede enseñar solidaridad a través del contacto que tenga con los demás –ejemplificó. La educación es el órgano con el que cuenta la sociedad para su desarrollo. Lamentablemente, se ha transformado en la institución más retrógrada de la cultura, en algo de inmenso tamaño que no se puede mover cuando en verdad debería ser todo lo contrario.

Nuestro invitado continuó su discurso sosteniendo que los fines de la educación deben ser redefinidos para poder producir un cambio. Si buscamos transformar la educación, es condición necesaria que previamente, se transforme a los educadores. “Se puede tener una visión de lo que debería ser la educación”  –destacó Naranjo.

No debemos ocupar la mente de los educandos con tanta información, sino comenzar a  comprender la información con la que contamos, saber acceder a ella. No obstante, en las instituciones se siguen prolongando los horarios de cursada con el absurdo fin de enseñar más de lo mismo –subrayó. Sobre este punto dijo que los educadores, inconscientemente le roban tiempo al individuo. Cito el caso de Estados Unidos –donde las dos terceras partes de los ingresantes abandonan– porque es muy difícil soportar la presión de un sistema que es únicamente para pasar exámenes. “Hoy en día la educación es sólo para pasar exámenes, para tener un ticket que sirva al mercado de trabajo”. Se enseña a la gente a no hacer preguntas ni cuestionamientos. El sistema es ciego a esto por factores, en parte económico y en parte político.

A pesar de ello, Naranjo se preguntó: ¿Hasta qué punto es por ceguera? ¿Hasta qué punto es por política que tenemos una educación que no apuesta por la conciencia? La educación pareciera que fuera para formar robots: estar quietos en los asientos, no hacer preguntas y hacer lo que se nos dice. “¿Es por casualidad, por falta de luz, porque hay una voluntad política o porque existe la intuición de que sería peligrosa la gente si aprendiera a pensar por sí misma?”. Creo que la educación viene a continuar un proceso de autodomesticación de la especie humana que después de aprender a domesticar a los animales comenzamos a domesticarnos a nosotros mismos y no nos acostumbramos a confiar en que podemos tener un mundo verdaderamente democrático. En ese sentido, declaró que la democracia no existe porque nadie se ha atrevido a probarla.

Para Naranjo, es fundamental que la educación funcione de tal manera que la gente sea más completa desarrollando sus potencialidades.

Al mismo tiempo, recalcó que debe haber tiempo invertido en la educación emocional, señalando que es necesario para comenzar con este proceso es necesario formar a los educadores.

Finalmente, agradeció a la gran cantidad de público presente por haber escuchado su mensaje, deseó que sus palabras sirvan para mover a la gente y cumplir ese gran sueño de cambiar la educación para cambiar al mundo.

El Dr. Claudio Naranjo realizó estudios de Medicina y Psiquiatría en Chile y Psicología en Harvard. Estudió terapia Gestalt con Fritz Perls y formó parte del equipo original del instituto Esalen en la década del 60.

Fue profesor de Psicología Humanista en la Universidad de Santa Cruz, de Meditación en Berkeley y de Religiones Comparadas en el Instituto de Estudios Asiáticos de California.

Entre su producción escrita, encontramos títulos como Carácter y Neurosis, Autoconocimiento transformador, Cantos del Despertar, Entre meditación y psicoterapia, El Eneagrama de la Sociedad, Males del mundo, males del alma, entre otros.