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Año XIX - Edición 335 30 de abril de 2020

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Doble pandemia: violencia de género y coronavirus

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El pasado 21 de abril la docente Tamara Hall dictó un taller online, denominado “Doble pandemia: violencia de género y coronavirus”, a través de la cuenta de Instagram oficial del Centro de Graduados. 

En primer lugar, la expositora ofreció una serie de argumentos para explicar el impacto diferenciado por géneros en el marco del aislamiento forzoso por la pandemia del COVID-19. “Las crisis sanitarias o sociales extremas por desastres de distintos tipos pueden exacerbar las desigualdades preexistentes y las violencias por razones de géneros con impactos diferenciales según la edad, el género, la nacionalidad y otros factores como la discapacidad”, sostuvo.
Luego indicó que “los casos de violencia de género suelen aumentar cuando se implementan restricciones de movimiento o medidas de cuarentena como en este momento”.

Otro aspecto que se ve afectado en el marco del aislamiento es el servicio de asistencia. “Merece especial atención que en el momento en que muchas mujeres y niñas necesitan servicios de asistencia, la evidencia internacional sugiere que es probable que esos servicios de asistencia disminuyan en la medida en que los recursos económicos se desvían para encarar la crisis de salud”, señaló. Los niños y las niñas enfrentan riesgos adicionales: “Tenemos evidencia empírica de que el impacto económico de las crisis de salud pública puede llevar a las familias a cometer abusos y violencia sexual sobre mujeres y niñas a cambio de transacciones económicas”.

Asimismo, expresó que “les niñes corren el riesgo de separarse de su cuidador o cuidadora, ya que su cuidador o cuidadora primaria puede ser puesto en cuarentena o no estar disponible por otras razones”. Y añadió que “también hay riesgos únicos que tenemos que considerar para les niñes que transitan en los hogares de sus progenitores por acuerdo de régimen parental compartido”.

Por otro lado, Hall afirmó que las crisis sanitarias generan cargas exacerbadas del trabajo de cuidado no remunerado en mujeres y niñas por ser “tareas altamente feminizadas”.

En ese sentido, enfatizó que “las consecuencias económicas del aislamiento tendrán repercusiones importantes en los ingresos de la mayoría de las personas, pero particularmente en los grupos más pobres, y dentro de estos grupos de menores recursos se encuentran representadas sobre todo las mujeres y ciertos colectivos como las personas con discapacidad, las comunidades indígenas, les afrodescendientes y la población LGBTIQ+”.

En relación con lo anterior, remarcó que “cuando hablamos de violencia de género a veces se piensa solamente en las mujeres, pero hay algo que hemos aprendido con todo lo que está pasando en los últimos tiempos, y es que hay otra realidad: el impacto que genera en la población travesti y trans”. Y sumó que “al ser un colectivo que sufre de múltiples discriminaciones y exclusión por parte del Estado, el impacto del COVID podría agravar la mortalidad en esta población, ya que en muchos casos, la población trans, travesti y no binaries presentan patologías previas, como por ejemplo el HIV, y esto aumenta mucho más su riesgo de morbilidad y mortalidad ante el COVID”.

Seguidamente, aseguró que para muchas mujeres el hecho de quedarse en su casa significa poner en peligro su integridad y configura un doble riesgo. “Si una mujer en situación de violencia está fuera de su casa puede contagiarse coronavirus y si está en su casa puede sufrir violencia de género. Por eso que hablamos de una doble pandemia”, planteó y agregó que “el COVID es mundial y la violencia de género es mundial”.

A continuación, comentó las medidas tomadas por el Estado argentino y las experiencias de otros países frente al COVID en relación con la violencia de género; cómo está trabajando la Justicia argentina los casos de violencia de género en el marco del aislamiento y brindó una serie de pautas para ayudar a la detección y abordaje de situaciones de violencia de género.

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