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Año VIII - Edición 140 23 de abril de 2009

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Distintas vertientes del terrorismo islamista actual

  • Notas

En el marco del curso “Terrorismo Internacional y Derechos Humanos” del Ciclo Profesional Orientado a cargo del Profesor Agustín Zbar, el mes pasado fue invitado a disertar el Profesor Ely Karmon, Investigador Senior del Instituto de Contraterrorismo del Centro Interdisciplinario en Herzlya, Israel. Entre el público asistente estuvo presente el Dr. Omar Álvarez, Profesor de la asignatura “El terrorismo y el derecho internacional”, junto a los alumnos de su curso.

En primer término, el expositor reconoció la dificultad ínsita en intentar definir a Al Qaeda, aunque indicó que se trata de una corriente sunnita desarrollada a partir de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética. Adicionó que el objetivo de este movimiento es derrocar a los regímenes musulmanes considerados corruptos, que no utilizan la sharia como base; “para alcanzar su finalidad, deben expulsar toda influencia occidental, pero también los valores de la democracia liberal e, incluso, del comunismo”, expresó.

Acto seguido, dijo que si bien a raíz del gran ataque del 11 de septiembre se pensaba que Al Qaeda era muy jerárquica y organizada, ella nunca fue bien estructurada. “Existen algunas miles de personas adiestradas y grupos locales considerados asociados de la corriente, en el Sudeste Asiático y en el Magreb, que aceptan la ideología de Bin Laden, los objetivos finales y muchas veces el método de lucha principal: el terrorismo”, prosiguió. Luego, sostuvo que a partir de la década de 1990 cobró auge la modalidad suicida del terrorismo debido a que se llegó a la conclusión de que no hay respuesta operacional a su utilización. “Hay lazos o coordinación, pero no debemos derivar de ello la existencia de una organización o red”, concluyó.

Seguidamente, describió el significado del ataque perpetrado en 2001 en Estados Unidos y reseñó lo sucedido en el ámbito estratégico desde entonces hasta la actualidad. A partir de diciembre de 2001, Al Qaeda debió cambiar su estrategia, prueba de lo cual es el hecho de que todos los ataques efectuados hasta marzo de 2004 sean en países musulmanes: Túnez, Indonesia, Marruecos, Turquía, Arabia Saudita. Asimismo, la mayor parte de los objetivos fueron turísticos, por ser representantes simbólicos de los valores occidentales y una de las fuentes de ingresos más importantes de los países.

Por otra parte, argumentó que Al Qaeda quiso tomar ventaja de la invasión estadounidense a Irak para “volver al mundo árabe”. En tal sentido, recordó un manifiesto emitido en video en el cual los líderes de la organización piden a todos los musulmanes muyahidin ir a luchar a Irak; “ellos quieren transformar (lo) en un nuevo Afganistán” y piensan que ese será el campo de batalla donde los Estados Unidos perderán la guerra contra el islamismo. Así empieza una insurgencia en la que Al Qaeda no es el principal. Además, todos los grupos sunnitas luchan contra los chiítas que, tras la ocupación norteamericana, han tenido la posibilidad de formar un gobierno.

Posteriormente, recordó que recién en Madrid, en 2004, se produjo un ataque contra un país europeo, que fue un éxito estratégico en el sentido de que la muerte de 200 personas provoca un cambio de gobierno y la retirada unilateral de España del frente iraquí. A continuación, se refirió a los ataques perpetrados en Londres en 2005 y, en lo referido al segundo de ellos -fallido- entendió que tal circunstancia implica la existencia de problemas operacionales de Al Qaeda. En idéntica tesitura, puntualizó que, a partir de entonces, todos los planes existentes para hacer más ataques, son neutralizados en España y Gran Bretaña. Luego, estimó que como resultado de la situación actual en Medio Oriente puede vislumbrarse una radicalización de las comunidades musulmanas europeas, incluso en los conversos.

Por otra parte, opinó que, pese a los constantes mensajes de amenaza de Bin Laden y Al-Zawahiri, no ha habido otro ataque en los Estados Unidos ni en ninguno de los países “advertidos”. De tal premisa, extrajo que “el trabajo de las fuerzas de seguridad está neutralizando parte de su actividad”. Entretanto, destacó la inexistencia actual de ataques que intenten desestabilizar a los regímenes musulmanes.

Hacia el final de su ponencia, se refirió a Pakistán, al que calificó como una amenaza muy grave y actual, fundamentalmente debido a su arsenal nuclear. También señaló que la paralización del proceso de paz entre palestinos e israelíes es consecuencia de una decisión que fue tomada en una conferencia en Teherán, en la cual varias organizaciones radicales habrían acordado sabotear cualquier iniciativa, a través del terrorismo. “¿Cuál es la razón? Esto es contrario a los intereses de subversión y de hegemonía de Irán y sus aliados. Si hay paz entre Israel y los árabes, la tentativa de exportar la revolución, de transformar los regímenes en símiles radicales no puede tener éxito”.