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Año XVI - Edición 281 06 de abril de 2017

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Diplomáticos en acción

  • Notas

El pasado 6 de marzo se realizó la conferencia “Diplomáticos en acción”, organizada por la cátedra del profesor Juan Antonio Travieso y el Departamento de Derecho Público II. Moderó el evento Germán C. Campi, profesor adjunto (I) de Derecho Internacional Público y de Derechos Humanos y Garantías del Departamento de Derecho Público II.

En primer lugar, tomó la palabra Eduardo Bustamante, subsecretario de Desarrollo de Fronteras del Ministerio de Seguridad, quien realizó un repaso del ingreso a la carrera diplomática y contó algunas aventuras y desventuras en el Servicio Exterior de la Nación de los jóvenes diplomáticos. “Tuve la suerte de recorrer distintas partes del trabajo en una embajada, desde una sección consular, a una sección comercial, a una sección política, (…) de ser segundo de una embajada en un lugar geopolíticamente complicado y de alto interés para el mundo, como era Pakistán. Tuve la suerte de poder caminar por Kabul, llevé lo que era la información que la cancillería pedía sobre Afganistán y Tayikistán. Tuve la suerte de recorrer casi todo el subcontinente indio”, relató. Luego, remarcó que “hay mucha vida en el servicio exterior más allá de Londres, París, Nueva York y Roma. Hay una carrera fantástica que pueden hacer sirviendo a la República en todo el mundo”. Asimismo, sostuvo que “el examen de ingreso al Servicio Exterior es un gran mito (…). Los insto a todos a que se preparen y a que den el examen y que lo aprueben e ingresen a la carrera”.

Seguidamente, Miguel Ángel Espeche Gil, embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Argentina, expresó que en general se tiene un estereotipo del diplomático. En esta línea, sostuvo que “la parte frívola de la carrera es necesaria pero es una mínima parte de la actividad. Lo demás, suele ser, como todas las cosas de la vida, bivalente”. Por un lado, grandes satisfacciones y por el otro, las amarguras, porque no es una carrera fácil para la vida familiar. Más tarde, indicó necesario evitar los contagios que pueden suceder. Uno de ellos es el de creerse un funcionario internacional, es una deformación. “Somos funcionarios de la Nación Argentina y representamos al país en todos sus aspectos, provenimos de la escala universitaria pero también debemos acordarnos que estamos representando a los 13 millones de pobres, a las tribus que hay todavía y nuestros conciudadanos indígenas que sufren privaciones espantosas, y la conciencia de que esa es nuestra realidad de país nos tiene que prevenir contra el otro vicio que es el de la soberbia”, resaltó.

A su turno, Elsa M. Álvarez Rúa serefirió a los distintos peligros que a veces se dan en el ámbito de la diplomacia, porque a pesar de que de acuerdo a las convenciones y al derecho consuetudinario, hay un montón de inmunidades que gozarían las misiones, que gozarían los diplomáticos, los cónsules y sus familias, sus bienes y su residencia, esto no siempre sucede. En este marco, hizo mención del atentado que sufrió la embajada rusa el 11 de febrero de 1819 en Teherán. “Esto fue consecuencia de que Teherán no era la capital de Irán sino que era el Imperio Persa y había habido una guerra a comienzos del siglo XIX entre Rusia y el Imperio Persa, que había terminado con un tratado de paz pero, unos años después, se rompe este tratado”, relató.

Finalmente, Juan A. Travieso se enfocó en ciertos diplomáticos que se han destacado en otros rubros. Hizo referencia a Pablo Neruda indicando que “fue un diplomático chileno importantísimo que está muy vinculado con la historia argentina”. También, se refirió a un diplomático mexicano perseguido por la dictadura y por el porfiriato, Alfonzo Reyes. En este marco, manifestó que estas personalidades no solo luchan por desarrollar su literatura sino, al mismo tiempo, por desarrollar ese amor a su país, porque representan a su país y a la poesía de su país. Luego, se refirió a Octavio Paz, “un mexicano extraordinario, un poeta excelso, un ensayista impresionante”, señaló. Más tarde, mencionó a Rubén Darío y, hacia el final, a Eduardo Mallea, Héctor Tizón y Carlos Saavedra Lamas.

“Somos funcionarios de la Nación Argentina y representamos al país en todos sus aspectos, provenimos de la escala universitaria pero también debemos acordarnos que estamos representando a los 13 millones de pobres, a las tribus que hay todavía y nuestros conciudadanos indígenas que sufren privaciones espantosas, y la conciencia de que esa es nuestra realidad de país nos tiene que prevenir contra el otro vicio que es el de la soberbia”, resaltó Miguel Ángel Espeche Gil.