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Año XVIII - Edición 317 11 de abril de 2019

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Desafíos de la reparación a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos en el contexto de prácticas de "Justicia Transicional" en la Argentina

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El pasado 26 de marzo, en el SUM del Gioja, tuvo lugar la jornada "Desafíos de la reparación a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos en el contexto de prácticas de justicia transicional en la Argentina", organizada por Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales Ambrosio Gioja y Research Line on Human Rights and Transitional Justice, Leuven Institute of Criminology, University of Leuven y en el marco del "Seminario Internacional sobre Justicia Transicional: Garantías de no repetición como formas de reparación a las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos: Las reformas judiciales en la Argentina de la post-dictadura desde 1983".

La presentación del encuentro estuvo en manos de Daniel Rafecas (juez titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 3 de Capital Federal a cargo de causas por crímenes de lesa humanidad), Julieta Mira (UBA) y Stephan Parmentier (University of Leuven).

En primer lugar, Daniel Rafecas manifestó que “para nosotros este seminario es de capital importancia especialmente porque desde nuestra perspectiva aquí en la experiencia Argentina se ha generado una suerte de prejuicio con relación a los estudios y las propuestas de la llamada justicia transicional y entonces este seminario tiene un cometido muy importante en ese sentido de acercar las posiciones, mostrar los puntos de contacto y remover esos prejuicios que podemos albergar con relación a estos estudios”.

Por su parte, Julieta Mira indicó que “esta actividad es parte de los trabajos de memoria que seguimos haciendo”, y sostuvo que “tuvimos la suerte de ir sumando voces de diferentes proveniencias, los protagonistas del camino de justicia en la argentina con jueces, fiscales, profesores e investigadores”.

Stephan Parmentier manifestó una serie de agradecimientos y expresó que “es particularmente importante estar en Argentina porque para mí y para muchos investigadores de la justicia transicional Argentina es la cuna, el inicio de la justicia transicional internacional”. Se refirió, por otro lado, a los principios base de Naciones Unidas de 2005 que establecen cinco categorías de reparación: restitución, compensación, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.

Luego expusieron Daniel Rafecas, María Laura Garrigós de Rébori (secretaria de la Asociación Justicia Legítima; y socia fundadora de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina), Verónica Torras (directora de la Asociación Memoria Abierta) y Jorge Taiana (diputado nacional para el Parlamento del Mercosur; y director general del Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad Nacional de San Martín).

El panel lo comenzó Daniel Rafecas al exponer en torno a los postulados comunes que “tenemos en la comunidad de derechos humanos en Argentina entre activistas y funcionarios que trabajamos en temas de memoria, verdad y justicia con relación a crímenes cometidos desde el Estado”. Entre ellos, hizo mención del postulado del “régimen autoritario de 1976 a 1983 fue el último y más acabado intento de imponer en Argentina el modelo de nación guiada por la cruz y por la espada. Es decir, por los sectores más retrógrados de la Iglesia Católica y por el partido militar como garante de las relaciones de dominación”. Otro de ellos es que “la provisión de justicia ha sido y sigue siendo en mi país la forma real y genuina de reparación de justicia, que hace palidecer otras políticas de reparación –económicas, simbólicas–, que pueden terminar siendo funcionales a esquemas de olvido e impunidad”. En este sentido, enfatizó: “El caso argentino reveló que no ha sido posible hablar de transición sin atrasar el arduo camino de la justicia material frente a crímenes masivos cometidos desde el Estado”.

A continuación, María Laura Garrigós de Rébori comenzó diciendo que “si nosotros tenemos que hablar del proceso de avance y crecimiento en materia de restauración reparación a las víctimas de las violaciones de derechos humanos en nuestro país no podemos eludir la consigna madre de Memoria, Verdad y Justicia. Pero también hay que leerla inversamente. La verdad y la justicia se necesitan para la memoria, que es la garantía de no repetición”. Asimismo, manifestó que “cuando hablo de verdad y justicia, no puedo eludir la actividad del Poder Judicial. La verdad siempre es la verdad del juicio”. En este marco, detalló que “en los juicios se consigue la verdad que se construye en esos juicios. Se construyen hechos y a los intervinientes de esos hechos en los papeles que cumplieron en los mismos. Entonces, la sentencia reconoce la calidad de víctima o damnificado con necesidad de ser reparado y constituye la garantía de evitar repeticiones, pero también declara culpabilidades y pone las cosas en su lugar”.

Acto seguido, Verónica Torras presentó la Asociación Memoria Abierta: “Es una organización que crearon los organismos históricos de derechos humanos en argentina a fines de los años noventa y es un proyecto colectivo para trabajar en temas de memoria”. Además, recordó que “se creó en un momento de plena impunidad en nuestro país donde los organismos empezaron a pensar cómo trabajar con su legado y cómo se iba a transmitir la historia del movimiento de derechos humanos en Argentina”. Y agregó que “Memoria Abierta ha sido una de las estrategias y es interesante porque pone en evidencia la visión de los organismos de derechos humanos de Argentina de la necesidad de trabajar en la memoria”. Puso de manifiesto la importancia de tener en cuenta que el trabajo de memoria es un trabajo de lucha y que no da garantía de no repetición y reflexionó: “La única posibilidad que tenemos es seguir trasmitiendo esa memoria y reactivando esa memoria para que se ponga en juego en relación con las situaciones del presente que de algún modo nos hacen volver ese pasado aunque sean microinstancias”.

Finalmente, Jorge Taiana aseveró que “los argentinos solemos creer que todo lo que nos pasa es excepcional y no es verdad. Nos pasan las cosas que pasan en casi todo el mundo y más o menos en la mismas épocas, pero lo que sí es cierto es que nos pasan de manera particular”. Y añadió que “en relación con las violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos cometidas por Gobiernos dictatoriales la memoria, la presencia y la actualidad de ese tema es bastante excepcional (…). Entonces, sí hay una particularidad o una fuerza en el tema del debate sobre el pasado, la memoria, la verdad y la justicia que se expresa de una materia muy notoria”.

Por otro lado, puntualizó que “se privilegió el castigo a los culpables y, en un sentido un poco más general, la lucha contra la impunidad. El sentido más importante del movimiento de derechos humanos, que surge con reivindicaciones muy específicas: básicamente que aparezcan los que se llevaron y se fue convirtiendo en realidad en un gran debate social sobre la lucha contra la impunidad, es decir, esto no puede quedar así”.