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Año XIII - Edición 238 09 de octubre de 2014

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Derechos Humanos e Interculturalidad: Los Pueblos Originarios en la Argentina del siglo XXI

  • Notas

Conjuntamente organizada por las Cátedras de Derechos Humanos y Garantías y Derecho Internacional Público a cargo del profesor Juan Antonio Travieso y el Departamento de Derecho Público II, el pasado 10 de septiembre se llevó a cabo una jornada sobre Derechos Humanos e Interculturalidad: Los Pueblos Originarios en la Argentina del Siglo XXI”.La actividad contó con la participación de Juan Antonio Travieso, Félix Diaz, Noole Cipriana Palomo, Diana Lenton y Paula Mercedes Alvarado.

Para comenzar, Juan Antonio Travieso, director del Departamento de Derecho Público II, diferenció la Constitución de 1853 de la del año 1994. En ese sentido, indicó que mientras que en la primera se habla sobre conversión de los indios al catolicismo, es decir, incorporar a los pueblos originarios forzadamente; en la de 1994 se empieza a entender otro tipo de acciones que tienen que ver con los pueblos originarios y con el respeto hacia su cultura. Sin embargo, en la reforma del Código Civil en vez de entender los temas del Derecho Público, como son los temas de las comunidades, se coloca a las tierras en el mismo régimen jurídico de la propiedad de los derechos reales. “Estamos tomando un tema de Derecho Público que nos conmueve, sobre el cual tenemos obligaciones morales y constitucionales, y lo estamos colocando en el ‘ropero’ del Código Civil”, manifestó. De esta manera, comprendió que cuando lo colocamos en el lugar más oculto, es en ese momento que le damos los caracteres del derecho exclusivamente privado. Entonces, al exigirles a las comunidades que se inscriban como si fueran una sociedad anónima, les sacamos toda la jerarquía que tiene una comunidad espiritual. En cuanto a la comunidad espiritual, Travieso explicó que no significa que sean solamente un conjunto de personas que tienen determinados aspectos con respecto a la tierra y una vinculación con determinados valores espirituales, sino que también tiene que ver con la forma en que se concretan los derechos.

Seguidamente, Paula Mercedes Alvarado, covicepresidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), señaló que a los derechos humanos de los pueblos indígenas les corresponden tanto derechos individuales, que tiene cada uno como persona, como derechos colectivos, los cuales tienen ellos como pueblo. “Hubo un cambio de paradigma alrededor del año 1994”, recordó. En la Constitución del año 1853/60, el indígena era visto como un ajeno, y la idea era convertir los indígenas al catolicismo y resguardar las fronteras de ellos. Por el otro lado, a partir de 1994, se introduce a los hermanos originarios en la Constitución. “Así se incorpora el principio de respeto a la cultura, el cual es internacional. A partir de allí, tenemos incorporado en la máxima norma constitucional el derecho de los pueblos indígenas”, observó.

A continuación, Diana Lenton, doctora en Antropología por la UBA, hizo mención a su experiencia de trabajo con comunidades mapuches que están en conflicto con la explotación petrolera y minera. Así, relató que casi todas las comunidades en la meseta neuquina están en conflicto con alguna empresa, las cuales a veces son estatales. “Estos conflictos han tenido picos de gravedad en los casos donde hay heridos graves”, remarcó. No obstante, la doctora indicó que cuando no se da el pico del conflicto lo que sí hay son estados de conflicto de baja intensidad, donde el problema perdura, pero no se llega a la violencia física. “Son estos momentos de conflicto de baja intensidad los que terminan siendo más negativos porque son los que desencadenan el abandono de los territorios, las casas y las rupturas y conflictos internos de las comunidades”, examinó.

Noole Cipriana Palomo, presidenta del Consejo de Mujeres de la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá, describió que el Consejo representa a 22 comunidades de la provincia de Formosa. “Nosotros lo que estamos haciendo es que los derechos indígenas que están vigentes sean cumplidos”, reseñó. De este modo, aseguró que para que estos derechos sean cumplidos se debe respetar y escuchar a las comunidades. Posteriormente, se refirió a un problema que tienen las comunidades de la zona: el derecho a la tierra y el territorio. “Nosotros tenemos que tener un lugar seguro que puedan tener nuestros nietos para vivir, porque la tierra está para eso”, elucidó.

Luego, Félix Diaz, Querashe de la Comunidad QOM Potae Napocna Navogoh, reflexionó: “Para nosotros es muy interesante que ustedes también conozcan y entienden el por qué estamos preocupados en estos tiempos”. Cuando se habla de la consulta, entendió que el indígena siempre fue muy respetuoso de poder pedir permiso a los seres sobrenaturales, que habitan en los montes o bajo el agua. “Cuando se desmonta, esos seres se alejan y ya no pueden sostener la vida, porque se les está invadiendo y dañando su territorio y ambiente”, declaró. De esta manera, comentó que aquella relación que tenían con los seres sobrenaturales se fue rompiendo debido a que la imposición del evangelio decía que adorar al dios que vive en el monte era cosa del diablo. “El pueblo indígena fue perdiendo muchas cosas mediante una imposición que el Estado ordena a los misioneros para poder cambiar la mente del indígena. Nos han civilizado, volvimos a ser cristianos”, razonó. En lo que concierne al territorio, esto no se refiere a una porción de tierra, sino que hay muchas más cosas que se encuentran dentro de ese territorio, como por ejemplo, las vidas. “Esta desesperación que tiene el mundo indígena al carecer de territorio, hace que suceda el quiebre que tiene el mundo indígena con la naturaleza. Nos expulsan a las ciudades y nos volvemos vagabundos, porque no tenemos oficio”, observó. Así, aclaró que la forma de vida de los pueblos indígenas es distinta a la de la sociedad, y es allí donde nace la explotación. Es por eso que se han creado leyes en donde el Estado y la sociedad reconocen a los pueblos y los incorporan como seres iguales, quienes tienen acceso a la justicia, a la educación y a la salud. “Creo que en estos últimos tiempos que estamos viviendo tenemos la gran oportunidad de defender y luchar por lo nuestro, pero necesitamos la ayuda de ustedes para que nos acompañen”, concluyó.

“Así se incorpora el principio de respeto a la cultura, el cual es internacional. A partir de allí, tenemos incorporado en la máxima norma constitucional el derecho de los pueblos indígenas”, observó Paula Mercedes Alvarado.