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Año XVI - Edición 295 16 de noviembre de 2017

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Derechos humanos de las personas mayores en la nueva Convención Interamericana. Claves para su aplicación

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En el marco del Ciclo de conferencias Norberto Bobbio sobre justicia y derecho de la vejez, el pasado 30 de octubre se llevó adelante la jornada “Derechos humanos de las personas mayores en la nueva Convención Interamericana. Claves para su aplicación” en el Instituto Gioja. Organizaron en conjunto el Seminario permanente de investigaciones sobre Derecho de la Vejez del Instituto Gioja y el Curso Profesional Orientado sobre Derecho de la Vejez (Departamento de Derecho Privado I).

La jornada comenzó con una introducción por parte de Isolina Dabove, quien sostuvo que la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores es un texto emblemático y absolutamente necesario para la defensa cierta de los derechos en la vejez y contó: “Argentina ha culminado el proceso de ratificación de la convención y, desde el 23 de octubre, nuestro país forma parte del sistema interamericano de protección de los derechos”.

Seguidamente, tuvo lugar el primer panel, titulado “Autonomía para vejeces robustas: empoderamiento y capacidad jurídica”. En este marco, disertaron Isolina Dabove (CONICET - UBA) y Ricardo Iacub (UBA), cuyas ponencias coordinó Alicia Leonardi (DGN - UBA).

Por su parte, Isolina Dabove expresó que “la autonomía es una dimensión humana que no le es privativa al derecho, es decir, no solo el derecho se ocupa de ello (…). Sin embargo, es cierto que para el derecho el concepto de autonomía estuvo implícito porque tiene que ver con el reconocimiento de la persona como fin en sí”. Específicamente, explicó que la autonomía ha sido leída en el marco del derecho de la vejez, ya que esta rama estudia la condición jurídica de las personas mayores de sesenta y más años de edad en el derecho interno, en el derecho regional y en el derecho internacional.

“El derecho de la vejez y la problemática de la autonomía personal fueron desarrollándose al hilo de nuevos escenarios sociales. En esta realidad social, hay un fenómeno que hemos denominado de ‘gerontoglobalización’, lo que significa que en el mundo el envejecimiento está creciendo a pasos agigantados”, puntualizó y agregó que “en este escenario, subsisten prácticas discriminatorias que aminoran la posición de cada uno de nosotros y cuyo síntoma emergente lo vemos en la autonomía personal”.

Desde el punto de vista jurídico, manifestó: “Se nos permite considerar a la vejez como un dato que hace a nuestra unicidad; como una característica valiosa que el derecho no puede desconocer tanto a la hora de elaborar instituciones jurídicas como a la hora de desarrollar políticas públicas o resolver un caso”.

Más tarde, se enfocó en el marco normativo que subyace a esta temática y resaltó que la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores hace referencia de manera explícita a la autonomía en el art. 7 y lo vincula al derecho a la independencia.

A su turno, Ricardo Iacub reconoció que hay situaciones que limitan la autonomía en la vejez y remarcó la necesidad de tenerlas en cuenta para poder crecer en la perspectiva de diversidad. Luego mencionó la gerontología comunitaria. “Desde hace un tiempo, con un grupo de gente trabajamos esta temática, cada uno por vías distintas. A mí siempre me interesó la cuestión del poder porque lo que veía era que, si hay un problema central en relación con la vejez, como con muchas otras minorías, tiene que ver con la carencia de poder”, desarrolló.

Por otra parte, reflexionó que la posición de menor poder que tienen las personas mayores no es una posición que aconteció a lo largo del tiempo, de la historia y de las culturas. “Es una posición mucho más relativa porque a lo largo de la historia nos encontramos muchas culturas gerontocráticas”, reconoció.

“Estamos tratando de redefinir las características de nuestra sociedad a partir de las múltiples perspectivas que nos permiten las minorías. Es decir, las minorías nos permiten mirar con un ojo distinto al ojo de las grandes visiones y esto nos enriquece a todos”, continuó diciendo el orador.

Con relación al envejecimiento, explicó que promueve que se puedan alterar de maneras parciales o definitivas ciertas condiciones de capacidad que pueden limitar la autonomía. En este marco, se refirió a las creencias y prácticas negativas en torno a la vejez. En este sentido, manifestó que tienen un peso muy fuerte y son discriminatorias, ya que ponen en duda o desconocen la autonomía o la capacidad jurídica de un sujeto.

Sobre las limitaciones de la autonomía y la capacidad, expuso que se asocian con tres factores: discriminatorios, circunstanciales y limitaciones cognitivas.

Durante el encuentro, se trataron temas tales como la discapacidad y vejez: entre la autonomía y la dependencia; el derecho de familia en sociedades multigeneracionales: los nuevos alcances de la responsabilidad parental; la salud y cuidados: prácticas, derechos y responsabilidades; el acceso a la justicia y protección internacional; y las acciones positivas y responsabilidad estatal: políticas públicas para la igualdad y no discriminación.