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Año XV - Edición 270 14 de julio de 2016

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Cuidados paliativos en cirugía

  • Notas

Conjuntamente organizada por el Observatorio de Salud de la Facultad, el Seminario de Investigaciones en Derecho y Salud del Instituto Gioja y la Fundación DAICIM, el 21 de junio de en el SUM del Instituto Gioja, se realizó una conferencia sobre “Cuidados paliativos en cirugía”. La actividad fue coordinada por Andrea Andreacchio y Maximiliano Nitto. Participaron destacados profesionales de las ciencias jurídicas y médicas, quienes compartieron experiencias e inquietudes en el abordaje de esta disciplina. En sus palabras de bienvenida, la directora académica del Observatorio, Marisa Aizenberg, destacó que la primera obligación médica es curar pero cuando la salud ya no puede ser repuesta, existen herramientas para garantizar al paciente un cuidado digno y una mejor calidad de vida. Los cuidados paliativos aparecen, en este escenario, como una filosofía sincrética, secular y humanista: el paciente deja de ser un conjunto de órganos que no funciona adecuadamente para ser reconocido como un ser humano padeciente que necesita hallar una respuesta integral y holística. Por último, se refirió a la necesidad de la adaptación de las legislaciones sanitarias locales y su contextualización con los Derechos Humanos en general y los cuidados paliativos en particular, es aún un camino en construcción. En este contexto, se refirió a la Ley Nº 26.742 y la garantía prestaciones de los cuidados paliativos que enumera el nuevo Código Civil y Comercial. Luego, Mariano Gimenez, director de la Fundación DAICIM, se refirió a los cuidados paliativos como una especialidad interdisciplinaria que tiene por objeto aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida en los pacientes con enfermedades sin cura. Asimismo, agregó que se trata de una disciplina con más años que la medicina curativa. Manifestó también la importancia de los cuidados paliativos para aquellos pacientes que saben que el dolor no va a desaparecer. Más adelante, Daniel Chaves, expresidente del Consejo Académico de Ética en Medicina, realizó un repaso histórico con la mención de los primeros profesionales de la salud que dieron origen a los tratamientos en la lucha contra el cáncer. Además, señaló que actualmente el 80% de las patologías pueden ser abordadas con intervenciones quirúrgicas paliativas, al mismo tiempo que el ejercicio profesional de la medicina en el final de la vida de un paciente siempre se va a mover dentro de dos pilares muy definidos que son el criterio clínico/quirúrgico y criterios éticos. Por último, mencionó los tres errores más frecuentes en la atención en materia de cuidados paliativos: tratar a un enfermo terminal como recuperable; pensar que ya no hay nada que hacer; considerar como terminal a quien no lo es. A su turno, Jorge Manrique, profesor de Cirugía de la Facultad de Medicina de la UBA, realizó una introducción sobre el ejercicio de la práctica médica como una práctica de fe, donde el paciente se entrega de acuerdo a la confianza que tenga en ese médico, quien pondrá su mayor esfuerzo para realizar el tratamiento que mejor se adecúe a su patología. En definitiva, el paciente como sujeto de derechos, es soberano de sus decisiones y por tal motivo será él quien en última instancia decida acerca de acceder al tratamiento propuesto o no. Esto último resulta novedoso, ya que históricamente el tratamiento del cáncer era vejatorio. Hacia el final, remarcó que el médico no acepta a la muerte como parte del proceso de la vida y por ese motivo los cuidados paliativos son fundamentales ya que por más que la enfermedad sea terminal, siempre hay algo para hacer, nunca se debe dejar de asistir. Finalmente, Susana Ciruzzi, integrante del Comité de Bioética del Hospital Garrahan, comenzó abordando el concepto de vida como derecho humano, pero que, como todo derecho, no es absoluto. En este marco, agregó que los cuidados paliativos que aparecen al final de la vida, se encuentran íntimamente ligados a la dignidad de la persona, como elemento decisorio para acceder al tratamiento y transitar el último tramo de la vida como un proceso lógico y no como padecimiento. Es por este motivo que uno de los grandes dilemas que se presentan en estos casos es si se debe “preservar la vida” o “prolongarla innecesariamente”. Por último, remarcó que los cuidados paliativos son un derecho humano y que su acceso es desigual en los distintos países, lo que sin dudas es una falla de gravedad, más aún para aquellos países que, como el nuestro, han adherido a tratados internacionales de derechos humanos.