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Año XX - Edición 357 24 de junio de 2021

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COVID-19: patentes y vacunas

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El 31 de mayo el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) organizó la charla "COVID-19: patentes y vacunas".

Participaron de la actividad en calidad de expositores/as: Carlos Correa (South Centre-CEIDIE UBA), Nicolás Hermida (CEIDIE-UBA), Pablo Lavarello (CEUR-CONICET) y Vanesa Lowenstein (CEIDIE-UBA).

Para comenzar, Carlos Correa se refirió al Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC o TRIPS, por sus siglas en inglés). “En el art. 27 párr. 1 estableció la obligación de proveer patentes en todos los campos de la tecnología y esto representó un cambio dramático para muchos países en desarrollo que hasta la entrada en vigor del acuerdo en los diversos países no reconocía patentes sobre productos farmacéuticos”, puntualizó y mencionó el debate actual que se está desarrollando en Ginebra en el Consejo de los ADPIC en torno a adoptar un waiver. “Es un perdón que ha sido solicitado inicialmente por la India y África del Sur en relación con las obligaciones que prevé el acuerdo TRIPS en lo que concierne a los productos para la prevención, la contención o el tratamiento del COVID-19, lo que implicaría que los países miembros, si este waiver fuera aprobado, no podrían ser objeto de un reclamo por parte de otro país miembro en el caso de que desconocieran la protección otorgada por patentes o por información no revelada, lo que incluye el know-how de secretos industriales y no solamente en relación con vacunas, sino con otros productos que puedan ser de interés por el COVID-19”.

En este marco, explicó que “la razón principal de quienes apoyan este mecanismo es que ha habido una distribución absolutamente inequitativa en materia de vacunas, sobre todo para el COVID-19”. En este momento, expuso, los países desarrollados han avanzado significativamente en el proceso de vacunación, muchos de ellos han adquirido o preadquirido vacunas que es mayor a la demanda de sus propios países. Mientras que en países en desarrollo las vacunas que se han administrado son un número insignificante. “Esto es atribuible a un problema muy claro que es la falta de oferta de vacunas. Si bien ha habido una respuesta muy rápida y se desarrollaron vacunas en un tiempo récord, la capacidad de producción de las empresas que han logrado desarrollar y aprobar vacunas para su comercialización o distribución no es suficiente para abastecer la demanda mundial”, detalló.

Nicolás Hermida, por su parte, expuso que “la postura de todos respecto a este waiver tiene un poco de incertidumbre y de esperanza frente a una situación compleja como la que tenemos, ya que una solución multilateral podría ser beneficiosa”.

Asimismo, planteó que “el mercado de las vacunas es un mercado extraño porque el cliente principal de este mercado es la compra pública por parte de los estados. Salud pública es la que se lleva el gran porcentaje de compra de vacunas y ha sido así casi siempre. A la vez tenemos dos generaciones de vacunas: las de vieja escuela y las nuevas”. Y sostuvo: “La realidad es que frente a esta pandemia caímos en la cuenta de que había una muy baja capacidad de producción de vacunas a nivel mundial. Más allá de que intentásemos acelerarlo de manera brusca nos encontramos con muchas barreras técnicas, logísticas y de producción. Es un problema que no hemos visto o no hemos querido ver desde la propiedad intelectual y desde la salud pública en general”.

Por otro lado, reconoció: “El waiver tal como lo planteamos, si sucede, no creo que aumente significativamente la producción de vacunas en un plazo inmediato”.

En esta línea, agregó: “A la vez vemos cómo los países desarrollados se han asegurado la producción de las mismas y han sido bastante codiciosos con compras públicas aseguradas por varias veces la cantidad de su población”.

Además aseveró que “hay todo un paquete de complicaciones que hay que resolver de la manera más urgente posible y todo se traduce en la transferencia de tecnología”. Dentro de ese paquete uno de los elementos de mayor peso es el de la propiedad intelectual, si no, no había la cantidad de familias de patentes respecto de vacunas.

Luego se enfocó en el paquete de vacunas de Moderna. “Hay 270 patentes ya concebidas respecto de ARN mensajero que tiene Moderna. En el 2014 tan solo tenía 6. Esa era su plataforma tecnológica respecto de vacunas mensajeras. Al 2021 pasó de 6 a 270. Mi gran duda es cómo llevamos a una empresa de este tamaño a que transfiera el know-how cuando el núcleo de su negocio no pasa por las 6 o 7 patentes que tiene relacionadas con el COVID, sino por las patentes para cáncer u otras enfermedades”, especificó.

A continuación, Pablo Lavarello expuso acerca de las capacidades tecno-productivas del sector biofarmacéutico frente al nuevo escenario COVID-19: algunos elementos para la política industrial. “Partimos de las capacidades que se han desarrollado en nuestro país a pesar de ser un país de grado de desarrollo intermedio en lo que es la industria biofarmacéutica. Son estas capacidades las que permiten una inserción en una de las cadenas de valor de las multinacionales en la producción de un elemento complejo, como es el principio activo para una vacuna”, resaltó y explicó: “Para analizar este tipo de situaciones partimos de la historia previa al COVID-19 del contexto competitivo internacional que está marcado justamente por las grandes oportunidades y promesas que plantea la biotecnología para la industria farmacéutica y sabemos que gran parte de las vacunas son de base biotecnológica. “En general la biotecnología viene a revertir la caída en la productividad de la investigación y desarrollo que venía trayendo la investigación en síntesis química, productividad que se mide por nuevas moléculas aprobadas por la FDA”, expresó.

También señaló que “hay una gran discusión en torno a cómo los cambios institucionales en los países desarrollados, en particular en Estados Unidos, generan un modelo de monetización de la propiedad intelectual donde pasa a ser un intangible de empresas que cotizan en la Bolsa y explican la evolución del índice Nasdaq, pero eso no se condice con un aumento en la productividad del I+D”.

Finalmente, Vanesa Lowenstein disertó sobre el debate waiver sí, waiver no versus las flexibilidades y los artículos que ya existen en el acuerdo sobre los ADPIC que, en principio, permitirían hacer uso de las flexibilidades del acuerdo y, en ese sentido, permitirían un escenario donde varias de las cuestiones que estamos conversando se hagan efectivas más allá de la existencia o no de este waiver al cual adhieren más de cien países. “La existencia del waiver en este debate, más allá de que los marcos regulatorios hagan que el impacto efectivo de este tipo de medida ocurra en un futuro para los tiempos de la pandemia, es necesario y es interesante por el cuestionamiento desde el punto de vista político, regulatorio y legal y de política económica”, desarrolló.

En este contexto, mencionó la cuestión de la certidumbre legal y económica: “Cuando uno sabe que estas normas no van a ser operativas durante un plazo determinado las empresas que van a hacer grandes inversiones o los Estados o Gobiernos que van a invertir en el desarrollo de vacunas o tratamientos o dispositivos médicos asociados al tratamiento o a la prevención del COVID saben que esto no sería judiciable en principio”, indicó y sumó que “los tratados de libre comercio que firmamos y los acuerdos de inversión que los países ya tenemos harían que esto pudiera ser judiciable igualmente en fueros multilaterales o de libre comercio y también a nivel local, lo que tornaría más dificultosa su implementación”.

Además reflexionó que es importante considerar que existen ambas alternativas, la del waiver y las flexibilidades de los artículos: “Para la defensa de los tribunales nacionales o la defensa en otro tipo de fueros, o si el waiver no se puede hacer efectivo, hay que analizar que existen otros artículos dentro del acuerdo de ADPIC que podrían ser funcionales y operativos en caso de que el waiver no subsistiera o no siguiera su camino o tardara demasiado tiempo su aplicación”.

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