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Año XIII - Edición 239 23 de octubre de 2014

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Corrupción Política: Aproximación a una teoría general

  • Notas

Organizada por la Cátedra de Derecho Administrativo del profesor Carlos F. Balbín, el 23 de septiembre pasado tuvo lugar en el Aula 1 de Extensión Universitaria la exposición de Ana Claudia Santano (doctora en Ciencias Jurídicas y Políticas por la Universidad de Salamanca) sobre “Corrupción Política: Aproximación a una teoría general”.

El profesor Carlos F. Balbín presentó a la expositora y respecto del tema de la conferencia consideró que desde la perspectiva jurídica se debería pensar cuáles son las causas de la corrupción y como combatirla. “Es necesario teorizar acerca de la corrupción”, sostuvo.

“Se suele notar mucho más la corrupción política que los otros tipos de corrupción”, remarcó Ana C. Santano. Con relación a la financiación de campañas políticas, explicó que existe la costumbre de confundir financiación de partidos con compra de agendas políticas. “No podemos pensar que quien financia una campaña tiene siempre el interés de comprar políticas públicas, eso no es cierto. Muchas veces, si uno financia una campaña es porque quiere participar de la política de manera financiera”, diferenció. En Latinoamericana, gran parte de los sistemas de financiación son mixtos, porque el Estado tiene un deber de colaborar con la democracia. “A partir del momento en que los partidos políticos son protagonistas, el Estado tiene que ayudarlos a cumplir con esas funciones dentro de la democracia”, señaló.

Por otro lado, indicó que la corrupción está asociada a algo negativo; sin embargo, en ocasiones, lo que significa corrupción para cierta sociedad puede no serlo en otra. “El soborno es mundialmente condenado, pero existen sociedades donde los regalos a los políticos son muy bien aceptados (…) Para analizar de manera científica la corrupción política, no se pueden utilizar cuestiones de moral, no podemos utilizar supuestos que van a inclinar el análisis hacia un lado ético o moral”, enfatizó. De esta manera, Santano propuso el análisis económico de la corrupción política porque así se disminuye el riesgo de caer en la tentación de tratar la corrupción de manera moral, como está pasando en Brasil. Además, indicó que el nivel óptimo de corrupción dentro del análisis económico no es cero. “Tenemos que partir del supuesto de que la corrupción existe única y exclusivamente porque el individuo ha decidido participar de una operación corrupta. No hay manera de que el Derecho pueda prevenir totalmente todas las hipótesis de corrupción política”, aseveró. En la misma línea argumental, Santano expresó que la legislación anticorrupción debe generar incentivos para que los agentes no practiquen actos de corrupción. “Que los costos sean mucho más altos y que ellos piensen que sea mejor seguir la ley”, resaltó como objetivo.

Para combatir este fenómeno, la oradora propuso un concepto de corrupción. En este marco, explicó que el acto corrupto no necesariamente es ilícito. De esta manera, muchas veces en la financiación de los partidos hay grandes problemas con la financiación privada. “El narcotraficante es el último interesado en violar las leyes de financiación de partidos, pero no podemos consentir que este dinero venido directamente del narcotráfico o del crimen legítimo pueda gastarse dentro de campañas electorales”, afirmó. Por otra parte, consideró que muchas veces las legislaciones anticorrupción cierran puertas pero abren otras y que las reformas legislativas suelen ser resultado de la aprobación de proyectos de ley muy poco reflexionados, movidos por escándalos políticos.

Además la corrupción implica la violación de un deber y principios personales. “La persona sabe que está practicando un acto de corrupción y siempre va a buscar un beneficio personal o indirecto”, declaró. En cuanto a la corrupción política específicamente, identificó que existe un consenso acerca de un concepto donde la conducta debe ser practicada por personas o grupos que estén en el ejercicio de algún cargo público, sea este de naturaleza representativa o de nombramiento indirecto. “Dicho cargo debe implicar el ejercicio de una autoridad pública, con algún margen de decisión sobre la gestión de recursos”, agregó. En idéntica tesitura, Santano estimó que cuanto más poder de decisión tenga el político o el agente, probablemente se hable de más corrupción. “El individuo debe estar consciente de que esta conducta significa actuar de manera corrupta y en contra de reglas establecidas, y que también, muchas veces, traiciona la confianza depositada”, enfatizó. Luego, afirmó que si se habla de un análisis económico del derecho sobre la corrupción política, se debe pensar cuáles son los incentivos que la legislación genera a los agentes. “Cuando las instituciones democráticas funcionan bien, la corrupción tiende a disminuir”, describió. Argumentó también que en los últimos estudios se ha entrado en el consenso de que la corrupción política es incentivada por la ausencia de un sistema de sanciones. “Se asume el riesgo de practicar actos de corrupción política porque uno se convence de que muy rara vez será descubierto. Puede que en la legislación haya sanciones, pero que no se aplican”, describió. En este sentido, esta sensación de impunidad es un gran motivo para que la corrupción política siga creciendo. Otro motivo que han señalado los últimos estudios es la casi total ausencia de accountability.

Hacia el final, Santano subrayó que lo ideal es la transparencia. “Si alguien tiene que ser castigado, tiene que ser por medio del voto informado. Queremos saber quién dona y cuánto para las campañas por medios de herramientas fáciles de entender. Eso suele ser mucho más eficaz contra la corrupción que las medidas prohibitivas o limitativas”, reflexionó.

“Si alguien tiene que ser castigado, tiene que ser por medio del voto informado (…) Eso suele ser mucho más eficaz contra la corrupción que las medidas prohibitivas o limitativas”, reflexionó Ana Claudia Santano.