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Año XVIII - Edición 331 28 de noviembre de 2019

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Conversatorio sobre historia del feminismo argentino desde 1983

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El pasado 22 de octubre en el Aula 1 de Extensión Universitaria se llevó adelante el encuentro "Conversatorio sobre historia del feminismo argentino desde 1983", que organizaron en conjunto la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos y la Cátedra de Derechos Humanos.

En este marco, expuso la licenciada Mabel Bellucci, autora de Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo. Coordinó la profesora María José Lubertino.

“Hacia fines de la década del sesenta como un conejo de la galera surgió el ‘Movimiento de Liberación de la Mujer’ (MLM). La historiadora Marysa Navarro recuerda que recién, en la década del ochenta, fue bautizado ‘Feminismo de la Segunda Ola’. Aunque cueste creerlo algunas metrópolis de Estados Unidos fueron el centro de exploración de los movimientos sociales de izquierda independiente en su más amplio cruce en cuanto a clase, género, raza, etnia, edad y posicionamientos contraculturales, antimilitaristas y anticapitalistas.

Ahora bien, gran parte de las reivindicaciones levantadas por el grueso del activismo estadounidense se alejaron de la tradicional demanda de igualdad entre sexos y sus críticas se ampliaron a todos los aspectos de la vida: la cotidiana, la sexual, el mundo conyugal y familiar”, desarrolló la oradora. Asimismo, indicó que “al tiempo que seguía su lucha en torno a las sexualidades, por la anticoncepción y el aborto, y dada su impronta internacionalista, el feminismo internacional acompañó otras causas de radicalidad que resistían el régimen del orden impuesto por décadas y siglos. El MLM de Estados Unidos, Inglaterra y Francia representaba la cabecera y la matriz de la lucha por los derechos de las mujeres. Esa atmósfera que fomentó el accionar político desde los más diferentes estratos de la sociedad para abrir la senda hacia lo nuevo también hizo vibrar todo el escenario latinoamericano. Mientras tanto, la Argentina no fue ajena a los vientos de cambio y se adentraba en la experimentación de causas revolucionarias”.

Luego expuso que durante el inicio de la década de 1970, se trasladó el debate a la Argentina, en especial, a Buenos Aires, con la aparición de dos pequeños grupos feministas: la “Unión feminista Argentina” (UFA, 1970-1976) y el “Movimiento de Liberación Feminista” (MLF, 1972-1976). La UFA se constituyó con una lista de figuras relevantes que luego ocuparían espacios protagónicos en las organizaciones feministas posteriores: María Luisa Bemberg, Gabriella Christeller, Nelly Bugallo, Marta Miguelez, Leonor Calvera, Alicia D’Amico, Hilda Rais, entre las más eximias. “Proponían que entre sus objetivos centrales se encontraba alcanzar la liberación femenina. Para ello consideraban de suma importancia la formación de cuadros ideológicos a partir del funcionamiento de grupos dedicados al esclarecimiento teórico de la opresión y de la toma de conciencia”, puntualizó. Y además expresó: “De regreso a la democracia, en 1983, nuestras primeras feministas hicieron su entrada triunfal junto con aquellas militantes políticas vueltas del exilio externo devenidas feministas. Más que nada en este renacer pleno de tensiones, resurgieron con la vehemencia propia de un sismo, nuevas puntas para constituir agrupaciones feministas decididas a intervenir políticamente más adelante. De verdad, significó un gesto de osadía y resistencia por parte de un puñado de feministas que recién asomaba a la intemperie con cierto altruismo”.

“El MLM de Estados Unidos, Inglaterra y Francia representaba la cabecera y la matriz de la lucha por los derechos de las mujeres. Esa atmósfera que fomentó el accionar político desde los más diferentes estratos de la sociedad para abrir la senda hacia lo nuevo también hizo vibrar todo el escenario latinoamericano”, aseguró Mabel Bellucci.