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Año VII - Edición 127 17 de agosto de 2008

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Conferencia “Políticas de la Unión Europea: la política agrícola comunitaria y la política para la innovación en Europa. ¿Cómo construir una sociedad basada en el conocimiento?”

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Organizada por el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE), se celebró el 26 de junio la conferencia “Políticas de la Unión Europea: la política agrícola comunitaria y la política para la innovación en Europa. ¿Cómo construir una sociedad basada en el conocimiento?”. El evento, desarrollado en el Salón Verde de la Facultad de Derecho, contó con la ponencia del destacado Profesor Gabriele Orcalli (Universita degli Studi di Padova). Asimismo, la Subdirectora del CEIDIE, Dra. Sandra C. Negro, ofició como moderadora.

“La política agrícola común fue un tema principal en el proceso de integración comunitaria europea”, aseveró el Prof. Gabriele Orcalli, quien sostuvo a su vez que la imprevisibilidad de la producción agrícola hace difícil organizar el mercado. Luego, opinó que la principal motivación de la intervención pública en la agricultura es la baja elasticidad del precio de la demanda de la producción agrícola. Ello responde al hecho de que, ante el aumento de la disponibilidad de renta, el incremento de la demanda de productos agrícolas es inferior a la que experimentan los productos industriales. En consecuencia, observó que la tendencia a la pobreza de la población agrícola genera la obligación de intervención pública. En tal sentido, recordó que, con anterioridad a 1957, cada país europeo tenía sus propios mecanismos para proteger a los agricultores y que, la creación de la Unión Europea determinó la necesidad de practicar, a este respecto, una política común.

Por otra parte, indicó que la eliminación de barreras tarifarias hacia el interior de la comunidad, acarreó el necesario problema relativo a la conjugación de esta medida con la intervención pública, en tanto la principal manifestación de esta consistía en la compra de mercaderías como modo de asegurar un precio mínimo, lo cual sólo era posible con restricciones a la importación. De esta manera, expresó que la solución fue la centralización de la intervención.

A continuación, propuso una explicación alternativa como basamento de la política agrícola común: la naturaleza de la constitución económica europea. “Una Constitución económica, para ser eficiente, debe solucionar problemas vinculados a la existencia, propia de toda integración, de países ganadores y perdedores en el corto plazo”, reflexionó. En idéntica tesitura, remarcó que Europa solucionó aquella cuestión garantizando el resultado positivo del proceso de liberalización comercial por medio de la aplicación de políticas sectoriales compensatorias para los países con fundados temores a sufrir pérdidas en el corto plazo. De esta manera, se intentó garantizar un precio elevado de los productos agrícolas acudiendo a dos mecanismos: la clásica intervención en la compra y la protección comercial mediante la aplicación de una tarifa respecto de los productos provenientes del exterior de la Comunidad. Seguidamente, destacó que la particularidad de dicho arancel está dado por su carácter variable.

Posteriormente, recordó que cuando Europa estuvo en condiciones de exportar sus propios productos agrícolas, decidió subsidiar aquella actividad de manera de compensar la diferencia entre el precio mundial y el europeo. Esta intervención provocó un exceso de oferta y su consecuencia necesaria: la baja de los precios internacionales de los productos agrícolas. Asimismo, subrayó que desde el ingreso de Inglaterra a la Comunidad Europea, se produjo un movimiento de réplica y contestación hacia las políticas agrícolas. Con este fundamento, explicó la primera reforma, la cual creó una suerte de desacoplamiento cuantitativo entre producción y ayuda. La última de las modificaciones, acaecida hacia el año 2000, implicó el desacoplamiento completo de la proporcionalidad entre producción y ayuda, esta última condicionada al simple mantenimiento de la tierra en condiciones de no crear problemas ambientales. Finalmente, recordó que la Unión Europea se ha comprometido a eliminar los subsidios a la exportación para 2013, y añadió que “los europeos han solucionado un problema interior, pero no han sido capaces de solucionar inconvenientes externos”.