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Año VI - Edición 109 19 de julio de 2007

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Conferencia - “Feminismo Crítico y Derecho”

  • Notas

El pasado 20 de junio se realizó en el Salón Verde de nuestra Facultad, una conferencia a cargo de la Dra. Diana Maffia, Coordinadora Académica del Instituto Hanna Arendt y Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). En el marco del tema convocado, reseñó las formas que las categorías de género y sexo han sido asimiladas por la sociedad, imponiendo sus representaciones, sus prácticas y sus dominios.

En primer lugar, la disertación se dirigió a señalar los lugares de conformación de la mujer siendo para ello principal, la constitución del “sedentarismo” provocado por las nuevas economías de agricultura. El lugar de la mujer será el oikos (hogar) siendo el del hombre la caza. En efecto, en tanto se expandía la conformación de la identidad femenina sujeta por el hombre, se construía a través de la violencia de significados las dicotomías imperantes, dicotomías creadas a partir de estrategias de  disciplinamiento.

La problematización de las dicotomías como herencia platónica de reflexión, estuvo en el centro de la discusión, asumiendo como dicho carácter, señalado ya por Frances Olsen, reduce y estructura los espacios en los cuales se vislumbra el determinismo biológico: el sexo como componente de sujeción de los cuerpos e invadiendo su dimensión socio-política. En este escenario, la dicotomización presentará a la mujer como aquella poseedora de lo irracional, lo pasivo, el sentimiento, la emoción, la naturaleza, la sensibilidad, lo subjetivo, lo concreto, lo particular, siendo lo masculino aquello que se urde como lo racional, lo activo, el pensamiento, la razón, la cultura, el poder, lo objetivo, lo abstracto, y lo universal. La referencia a las continuas expresiones de emocionalidad, servirá al modelo cultural para suprimirla de determinado espacios (v.gr. “es demasiado emocional para asumir tal responsabilidad”).
Otra esfera subyacente en la explicación de la Dra. Maffia, fueron las maneras en las cuales la mujer es puesta en cierto lugar por la lógica racional como componente subalterno de la simbolización masculina en tanto su cuerpo la determina por las contingencias (v.gr.maternidad) a ser desplazada por la cultura dominante. Asimismo, no escapó la incidencias de la negociación, o imposición de significados, esencialmente, aquello que hace a la utilización  de “universales” y aquellos que se orientan a los “singulares” resultando excluyente en el par dicotómico de lo revestido por el carácter de mujer.

Luego de reflexionar sobre los tintes históricos que conformaron el carácter socio-político de lo femenino, hizo hincapié sobre los movimientos reconocidos como irrupción, distinguiendo los tres principales: en primer término, el feminismo de la igualdad, desarrollado en los ’70, y que aspira a ocupar aquellos lugares que naturalmente han sido atribuidos a lo masculino donde exista igualdad laboral, en  el ingreso a las Universidades, igualdad educativa, leyes de divorcio, leyes que permiten igualdad de los hijos ante la ley, patria potestad, etc. Sin embrago, señaló la disertante, que dicha discusión no hacía más que legitimar dicha jerarquización. En este sentido, la valorización de aquellos espacios negados a la mujer solo termina discutiendo sobre la sexualización del par. El feminismo de la igualdad lucha por la igualdad legal, por la igualdad formal, por acceder a los mismos lugares.

Por otro lado, en los ’80 aparece el feminismo de la diferencia: el empleo de la subjetividad que rescate al “otro” discutiendo la jerarquización, pero aceptando la sexualización del par.

Por último, aparece en los ’90 el feminismo crítico, en el cual se introducirá en una discusión integral de todos lo términos. La influencia posmoderna será determinante en dicha mirada, reflexionando asimismo desde una perspectiva nietzscheana sobre la la dicotomización platónica. Nuevos lugares se abrirán en punga con la racionalidad, esgrimiendo la complejización del problema y discutiendo tanto la sexualización como la jerarquización.

No obstante, la discusión sobre el lugar de lo femenino como concepto político, se tornará hacia posiciones donde el cuerpo ya no sea solo un ámbito de menoscabo de derechos. En este sentido la Dra. Maffia sostuvo  que la utilidad del “contrato moral” servirá de plataforma a una construcción amplia de nuevos significados.

Finalmente, nuevas construcciones, según afirma Judith Butler, admitirán que el género solo revestirá la fuerza de un medio discursivo/cultural en el cual la ‘naturaleza sexuada’ se produce y establece como ‘prediscursivo’, en una superficie políticamente neutral sobre la que actuará la cultura. Un enfoque reflexivo en este sentido, evitará la multiplicación de las dicotomías existentes.

Derecho al Día agradece a Lucas Guardia por la cobertura de esta nota.