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Año IX - Edición 165 01 de septiembre de 2010

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Ciclo de conferencias de Filosofía del Derecho “El Constitucionalismo latinoamericano”

  • Notas

En el marco del Ciclo de Conferencias de Filosofía del Derecho, la Maestría y el Departamento de Filosofía del Derecho han invitado al Prof. Roberto Gargarella, quien expuso sobre “El constitucionalismo latinoamericano” el pasado 8 de julio en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho.

En primer término, recordó que en América Latina, durante el período fundacional y en el siglo XIX, existió una sucesión de Constituciones que dejaron la impresión de un caos por la cantidad que se dieron de un país al otro. Sin embargo, remarcó que el viejo constitucionalismo americano va mucho mas allá, ya que se intentó encontrar proyectos en disputa, relacionado con distintos modos de pensar cómo organizar las nuevas sociedades. En este orden de ideas, distinguió tres proyectos: la impronta conservadora, que contenía la imagen del orden y la moral, caracterizado por un Poder Ejecutivo fuerte, una centralización de la autoridad, antifederalista y de imposición moral. Por otra parte, el proyecto russeauniano se basó en la soberanía popular, en el autogobierno, el cual tuvo mucha importancia en los primeros siglos de 1800 y a mediados del 1900. Por último, el proyecto liberal desafió a ambos ya que no perseguía la tiranía ni la anarquía. “El liberalismo marcó sus Constituciones en diálogo y en crítica a esos dos proyectos alternativos, contra la concentración de poder en el Ejecutivo y contra la posibilidad de que el poder sea abusado por la Legislatura; así surgió la idea de los frenos y contrapesos”, expresó. Resaltó entonces la permanencia de este proyecto liberal en las Constituciones de Latinoamérica.

Asimismo, subrayó que las primeras Constituciones de América Latina se establecieron contra ciertos problemas que fueron identificados como centrales en las sociedades. “El constitucionalismo dominante hacia fines del siglo XIX y en el siglo XX es un pacto entre liberales y conservadores, dejando afuera al impulso russeauniano”, manifestó. De este modo, hizo referencia al debilitamiento del Poder Legislativo, considerando que esta situación resultó de la idea de que las mayorías eran una amenaza; por lo tanto, “la distancia institucional entre representantes y representados es resultado de una opción vinculada con cierto modo de pensar la política”, opinó. En tal sentido, indicó que esta realidad se tradujo en mandatos más largos y estabilidad en los cargos como medidas para alejar a los ciudadanos de los representantes. “Nuestras Constituciones están fundadas en presupuestos que hoy podrían generar repudio, pero era el ideario elitista propio de finales del siglo XIX”, aseveró el disertante. Añadió también que Alberdi y Sarmiento tenían una impronta muy hostil hacia la participación ciudadana y la extensión de derechos políticos, lo cual observó muy presente en todas las Constituciones latinoamericanas.

A su vez, señaló que “mucho de lo que se hizo en el sigo XX en el constitucionalismo latinoamericano fue un intento de recuperar aquello que ha sido excluido en el siglo XIX; por ejemplo, las reformas que se hicieron a comienzos del sigo XX con las incorporaciones de derechos sociales”. Así, advirtió que la historia de los derechos sociales versa sobre la dificultad de incorporar instituciones del proyecto radical republicano en un cuerpo liberal conservador. Estimó necesario, finalmente, asumir que la parte orgánica y dogmática de la Constitución están en diálogo entre sí y se encuentran relacionadas, asegurando que lo que se haga en materia de derechos tiene impacto sobre cómo se va a reorganizar el poder.